Hablábamos ayer de las principales grapas relacionadas con el último mes del evento Rey de Negro, pero aún quedan un par de tomos en los que se recogen varias series limitadas y one shots de personajes, siendo generosos, de segunda fila. Y con personajes que no le interesan a casi nadie se pueden hacer cosas muy divertidas. Vamos a ver si ha sido el caso…

En Los Héroes tenemos cuatro one shots que no tenían cabida en ningún otro sitio, dedicados al Caballero Negro, Pantera Negra, Wiccan y Hulkling y el Motorista Fantasma. A día de hoy, el único personaje de los cuatro que tiene serie propia es Pantera Negra, pero sus bajas ventas hicieron que su serie en grapa fuera cancelada y pasara a formato tomo semestral.

El especial del Caballero Negro nos presenta a la versión trastornada de Dane Whitman que estamos viendo desde Pecado Original, que en cierto modo recuerda al Caballero Luna. En esta historia ambientada en China se relaciona la Espada de Ébano con la Necroespada -tampoco es que haya tantas espadas negras en el Universo Marvel, era un paso bastante obvio- y sirve principalmente como primera toma de contacto con el personaje del siempre interesante Simon Spurrier, responsable de la próxima miniserie protagonizada por el personaje, Black Knight: Curse of the Ebony Blade, tercera miniserie protagonizada por el Dane Whitman como Caballero Negro. Al dibujo, un Jesús Sáiz que es lo más destacable del tomo en el plano gráfico haciendo un trabajo francamente bueno.

El segundo one shot del tomo es el dedicado a Pantera Negra. Hablemos claro: si no sigues la colección de T’Challa pasa de largo estas páginas. Es un tebeo ramplón repleto de personajes y situaciones que sonarán a chino a los que no estén familiarizados con el personaje. Escribe Geoffrey Thorne, un autor que viene de la animación, y dibuja correctamente pero sin estridencias el argentino Germán Peralta.

El tercer número está dedicado a los recién casados Hulkling, Emperador Skrull, y Wiccan, hijo -o algo así- de la Bruja Escarlata y Mago de la Corte, que se dieron el sí quiero en el anterior crossover editorial, Imperio. De evento a evento y tiro porque me toca, aquí llega su luna de miel en un resort Shi’ar que, entre copas de champán, tendrá su dosis de problemas con forma de dragones. Tini Howard escribe una historia muy simpática que dibuja Luciano Vecchio con una estética muy kawaii.

Y cerramos el tomo con un especial dedicado al Motorista Fantasma con Ed Brisson y Juan Frigeri, el mismo equipo creativo que tenía su última serie, cancelada en el número siete. Sí, hay algún simbionte suelto por ahí, pero realmente para lo que sirve este número es para cerrar las tramas que se quedaron abiertas con el abrupto final que tuvo la, por otro lado, interesante colección en la que pudimos ver a Johnny Blaze con el casco de Rey del Infierno.

Y si secundarios son los personajesque vemos en Los Héroes, lo de Planeta de Simbiontes ya llega en algún momento a hacer necesario tirar de wikipedia para ver quién demonios es según qué tipo que sale por ahí.

Arrancamos con la miniserie Gweneno contra Matanza, tres números en los que los experimentos del Chacal en Tierra 65 acaban creando la versión de ese universo de Matanza, y como es de esperar y anuncia el título, acaba a palos con nuestra querida Ghost Spider. Knull y las tramas del Rey de Negro están un poco metidas con calzador y nos resulta muy triste que cancelaran la serie de Spider Gwen para algo tan desangelado como esto, y que tan innecesario resulta para la trama principal. Al menos, dejando a Seanan McGuire escribir esta historia ha podido repescar la trama del Chacal que tenía preparada para futuros de la serie.

El resto del tomo lo completa la miniserie Planeta de Simbiontes, que no tiene en común con la historia clásica nada más que el título. Es una serie de tres números, cada uno de los cuales tiene dos historias cortas de diez páginas. Y si hablábamos de personajes de tercera fila en Thunderbolts o de tie ins de un número, aquí tenemos medio número para grandes estrellas como Grito, el Kaiju Americano, el Avispón o Toxina, del que nos acordamos aquí porque acabamos de ver reeditada la miniserie en la que debuta. Pero vamos, que Pat Mulligan, su anfitrión humano, murió durante la estancia de Rick Remender en Veneno allá por 2012, y el simbionte Toxina fue aparentemente destruido en la serie de Matanza de hace cuatro años. Aquí tenemos un nuevo anfitrión para el hijo de Matanza al que echaba de menos absolutamente nadie. Los personajes más importantes que vemos aquí son Capa y Puñal, y tampoco es que estén atravesando precisamente su momento de máxima popularidad.

En resumen, tenemos aquí dos tomos absolutamente intrascendentes para la comprensión del evento, y que su compra sólo es recomendable, además de para el tradicional completista, para los que se quedaran con ganas de saber cómo terminaba la historia de Ed Brisson en Motorista Fantasma y para los que ya tengan mono de Ghost Spider.

Y hasta aquí hemos llegado con Rey de Negro. Aún nos queda un epílogo, con el número de despedida de Donny Cates, y un par de miniseries más de las que hablaremos el mes que viene. ¿Conclusiones? Una historia que nos ha dejado buen sabor de boca con un buen puñado de tie ins sacacuartos de los que el lector puede pasar por completo sin miedo a perderse nada. Ya podían ser todos así.