Cuando uno abre por primera vez El mundo de Milo y lo hojea, lo primero que se le vendrá a la cabeza es Ghibli. No sé si es un homenaje y está hecho a posta, pero el aspecto gráfico de esta obra rememora al momento las creaciones del gran Hayao Miyazaki. El mundo de Milo podría ser perfectamente una de sus historias, no solo está dibujada a la semejanza de las obras del autor de La princesa Mononoke o El viaje de Chihiro. La historia te traslada a esos mundos mágicos en los que los seres humanos se relacionan con otras criaturas de aspecto fantástico con esa cotidianidad tan presente en esas películas. Planeta Cómic nos trae esta obra publicada originalmente en Francia por la editorial Dargaud en un bonito tomo con una historia completa (incluye los dos primeros volúmenes franceses). En Francia ya han salido 4 libros de la serie.
La historia.
La historia comienza con Milo, un chico que vive prácticamente solo en una cabaña junto al río. El chico vive solo porque es huérfano de madre y su padre pasa la mayor parte del tiempo trabajando, pero cuenta con las visitas periódicas de tres tías ancianas que le llevan comida y comprueban que está bien. En uno de sus viajes al río a pescar cangrejos, Milo se encuentra un misterioso huevo dorado que acaba eclosionando como un pez dorado. El huevo parece despertar la curiosidad de un enorme visitante de extraño rostro que tiene capturada a una joven. Aunque parezca que os he contado toda la historia, solo es lo que ocurre en apenas las primeras 20 páginas de la obra. Viajes a un mundo paralelo, guerras mágicas, y más sobre el pasado de Milo completan las 0tras casi 100 páginas.
Los autores.
La historia está escrita por Richard Marazano, de quien en España hemos podido leer obras como Cuervos (Glénat) o La expedición (Diábolo) entre otras, y dibujada por Christophe Ferreira, del cual no hemos podido leer ninguna otra obra suya y que ha dedicado gran parte de su carrera a la animación japonesa (Ankama).
El trabajo de Marazano al guión es, como ya digo, un homenaje a las historias de Ghibli. Está basado en un cuento chino (no es una expresión, es que es un cuento tradicional chino…) y su ritmo es muy similar al de las películas de Miyazaki, con un comienzo muy tranquilo, con personajes normales y algo extraordinario que comienza a conducir la acción y a dar paso a la aparición de numerosos personajes secundarios.
Sí le noto un ritmo algo irregular en cuanto a que la presentación del villano de la obra está muy medida, poco a poco se va revelando algo más y de repente… ya aparece, se enfrenta y concluye esta primera aventura. Tal vez sea un cierre algo precipitado, pero sin duda se debe a la gran cantidad de secundarios y de información que van suministrando. Probablemente sea una de las grandes pegas que tenga el parecerse a las películas de Miyazaki: Estamos tan acostumbrados a ese ritmo tranquilote y a ese desarrollo sin prisas, que este ritmo (que no resulta fallido en ningún momento) se puede antojar más precipitado de lo que realmente es.
El tono es muy acertado. Es una obra que puede gustar igualmente a niños y a adultos. Tiene personajes más serios y responsables, tiene al personaje entrañable (la niña Mindi), tiene al personaje que sirve de alivio cómico (el padre de Mindi), a la adolescente rebelde (Valia), a los esbirros de inteligencia opuesta… Y tanto niños como adultos van a encontrar un personaje que le atraiga para conectarse a la historia. Por otro lado, es una historia que sin ser excesivamente simplona, no resulta nada enrevesada, por lo que puede ser una lectura entretenida para los más pequeños. Para que os hagáis una idea, es muy similar en cuanto a variedad de personajes y a tono de la historia al Bone de Jeff Smith.
El dibujo de Ferreira tiene grandes reminiscencias del manga, con una estética que podría pasar perfectamente por una adaptación de cualquiera de las películas de Ghibli. Un estilo muy pictórico, con colores pastel muy variados, especialmente en las escenas en el bosque o la playa. Tiene un impacto visual bastante grande, porque es un dibujo que entra muy fácil, es muy atractivo de ver aunque solo sea hojeando. Los diseños de los personajes también son muy variados y pensados. Los personajes más tontos son rechonchos, los más astutos altos y esbeltos y los nobles destilan esa nobleza con una belleza tranquila.
En definitiva, El mundo de Milo.
El mundo de Milo es una obra europea, que emula el estilo japonés y que Planeta nos trae en un tamaño americano. ¡Más mezcla de géneros no puede haber! Una historia para grandes y pequeños, que tal vez habría sido más disfrutable en su tamaño original (24×32), pero que sin duda habría encarecido más el producto. Ese es probablemente el punto más flojo del libro, y que más puede asustar, puesto que Planeta lo ha editado en formato cartoné, con 120 páginas a un tamaño 18×27 a un precio de 22€. Tal vez si hubiera respetado el formato europeo, ese tamaño inmediatamente hace que pienses que estás ante una obra europea cuyos precios son más parecidos a esos, y lo aceptas más fácilmente. Sin embargo, el reducir el tamaño puede hacer que no se conecte con el formato original (sobre todo teniendo en cuenta el aspecto japonés del dibujo) y haga pensar que estamos ante un producto caro.
Sea como sea, es una obra muy recomendable, que se lee con facilidad y puede ser leído por todos los miembros de la familia: Puede gustar a niños, mayores, chicos y chicas. En ese aspecto sí es una inversión muy rentable… XD
Lo mejor: Tan entrañable como las películas de Ghibli, muy imaginativa y con un dibujo precioso.
Lo peor: El precio asustará sin duda a alguno.
Para fans de Miyazaki y de Ghibli. Para niños, mayores, de ambos géneros que gusten de historias de aventuras. Para los que quieran leer un buen manga con estilo europeo.
