Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Reseñas desde Star City: La Patrulla Condenada 2. Camino al paraíso.

ECC Ediciones continúa con su edición en tomos de lujo de la etapa de Grant Morrison al frente de La Patrulla Condenada. Una etapa muy aclamada tanto por crítica como por público desde su publicación de 1989 a 1993. En mi reseña anterior del primer tomo os confesaba que no pertenezco al nutrido colectivo de grouppies del escocés, y que hay obras suyas en las que veo una búsqueda del surrealismo en las que llega a perder el control y no solo no me gusta sino que puede llegar a molestarme. Pero aquí creo que no llega a perder el control en ningún momento. Cuando se comenzó a publicar en España por Zinco esta serie, me acerqué un par de veces a sus páginas y no conseguí encontrar nada atractivo que me hiciese comprarla, a pesar de conocer al grupo por su aparición en otras series de DC como en los Nuevos Titanes, por poner un ejemplo. Así que recuperar ahora esta etapa me daba un poco de miedo, tanto por si llegaba a la conclusión de que era “un raro” que va a contracorriente del resto del mundo y no encontraba la genialidad, como por si el paso del tiempo (casi 30 años) podía suponer un sesgo para mi objetividad crítica. Ya deduciríais de mi anterior reseña que mis miedos eran infundados, y que me está gustando mucho. En este segundo tomo de La Patrulla Condenada, Camino al paraíso, Morrison empieza a gustarse y riza el rizo todavía más, introduciendo conceptos que orinan encima de la definición de surrealismo.

El tomo abre con el número 30, Hacia el subterráneo, un número absolutamente genial en el que Rebis y el profesor Caulder manipulan el cerebro de Robotman para que entre en el ídem de Crazy Jane, con objeto de intentar recuperarla de su encierro voluntario. Un número que representa magníficamente esto que he denominado como el surrealismo contenido de este Morrison. Esta historia se desarrolla dentro del cerebro de un personaje con un trastorno disociativo de personalidad severo (personalidad múltiple, como se conoce vulgarmente), por lo que es una absoluta locura en el que nos iremos encontrando con muchas de las personalidades de Jane e incluso nos sirve para entender su pasado y qué la ha llevado adonde está en este momento. No obstante, a pesar de toda esa chifladura de escenarios, te mantiene con los pies en el suelo porque sabes que están dentro de la mente de Jane, y que en cuanto vuelvan al exterior, todo volverá a ser normal. No llegas a perderte en lo onírico, porque sabes dónde estás en todo momento.

A continuación tenemos un arco argumental en tres partes, en el que un misterioso individuo, Kipling, acude en busca de la ayuda de La Patrulla Condenada para enfrentarse a la secta del libro no escrito, unos personajes que son unos conceptos a cuál más loco, cuya meta es la búsqueda de un individuo que representa la palabra encarnada, un tipo que tiene escrito en el cuerpo el libro de la quinta ventana , y que serviría a la secta para invocar al Deconstructor, que acabaría con el Universo conocido. En este arco Morrison comienza a encontrarse cómodo. Después de un año en la cabecera y mantener un buen nivel de venta y crítica, supongo que el escocés iba ganando confianza y empezaba a soltar un poco de lastre a la hora de dejar volar su mente. Aquí nos encontramos ante una sucesión de personajes explosivos representados en los escuadrones asesinos de la secta: esos niños en triciclo con máscaras de gas, las cometas de piel humana, las hermanitas de nuestra señora de la cuchilla… y muchos más. El plus para los lectores españoles es que este arco se desarrolla en Barcelona y con la Sagrada Familia o el parque Güell de fondo y en determinados momentos, con protagonismo propio.

El siguiente vuelve a ser un número aislado, con una historia en la que Monsieur Mallah y Cerebro se enfrentan al nuevo cuerpo de Robotman que parece estar tomando entidad propia y su cerebro, que se encuentra en aislamiento a la espera de encontrar otro cuerpo. Un número curioso porque usa un paralelismo entre ambos cerebros y cuerpos bizarros (gorila vs robot).

Lo siguiente es otro nuevo arco de dos número en esta ocasión, en la que los hombres de N.A.D.I.E., liderados por el señor Jones intentarán cumplir su misión de agentes de la normalidad, erradicando la excentricidad, anomalías y peculiaridades del mundo. Su objetivo en esta ocasión es Danny la calle, una calle viviente con la capacidad de teleportarse a cualquier ciudad del mundo. Otro arco muy loco que cuenta con dos peculiaridades: un número (el único de este tomo) no dibujado por Richard Case, y sustituido en esta ocasión por Kelley Jones; y la aparición del personaje que acabaría contando con su propia miniserie, Flex Mentallo.

Nuevamente nos encontraremos ante otro número independiente que sirve para separar arcos y, además, de prólogo para el siguiente arco argumental: Perséfone. En este número, Lodestone (Rhea Jones) despierta de su coma con una apariencia bastante peculiar, y escapa hacia un circo que no es más que un portal hacia otra realidad y desde el que se intentará evitar que sus compañeros de grupo consiga detener a Rhea en su viaje. Este número sirve de prólogo del siguiente arco, de cuatro números, en el que Morrison se desata definitivamente. Veremos que Rhea ha sido atraída por Huss, que es el líder de una facción ultraquista (neologismo marca de la casa) de un grupo conocido como la Ortodoxia. Más que desatarse, Morrison explota. Nos cuenta una historia de guerra en un entorno onírico sin barreras. Introduce conceptos surrealistas uno detrás de otro y nos pone en primera fila de una batalla entre dos bandos poderosos, cada uno con representantes de la Patrulla Condenada: los Hussitas tienen a Rebis y Rhea consigo mientras que la Ortodoxia cuenta con Crazy Jane y Robot Man. En este arco tan loco podéis pensar: “Oye, ¿no decías nosequé sobre surrealismo contenido?” Esta historia es MUY surrealista. Con conceptos muy imaginativos y metafóricos, y un sinfín de referencias literarias. Pero si eso te molesta… también puedes ver la historia como un enfrentamiento sin más entre dos bandos en un mundo fantástico, igual que puedes conectar con la historia de El señor de los anillos. Aquí en vez de huargos y orcos tenemos a perros con boca por cabeza, nubes de cristales asesinas o palabras que destruyen…

En definitiva, La Patrulla Condenada 2 Camino al paraíso.

Sigo absolutamente fascinado por esta obra. Morrison va in crescendo ¡y no estoy cabreado! Si no os gustan las obras surrealistas ni os acerquéis, pero si aunque os cueste un poco sois capaces de disfrutar con algunas películas/series de Lynch o encontráis alguna belleza al cubismo… ¡no dejéis escapar esta edición! Encima tiene un detalle que me ha encantado, y que encima se encuentra en las últimas páginas de este tomo. Como ya he dicho el último arco es ya un quitarse la máscara completamente por parte de Morrison y declarar que va a contarnos sus locuras más grandes. En pleno desenlace de la batalla entre Geomantes Hussitas y Anatemáticos de la Ortodoxia del entramado insecto, y con la Patrulla Condenada habiendo realizado su trabajo, Cliff se va hacia una Jane pensativa, y muy conciliador le pregunta si está bien, como esperando que le hable de cómo esta aventura la ha superado en su ya de por sí hipertrófica mente. Sin embargo lo mira y le contesta que estaba intentando acordarse del nombre del actor que hace de amigo de Al Pacino en Tarde de perros… Una manera de reírse de sí mismo, como poniendo en evidencia que sabe que se le ha ido la mano en intensidad y que tampoco hay que darle tanta importancia… Fabuloso.

Camino al paraíso está editado como el tomo anterior, en cartoné, con 320 páginas a color a un precio de 30,50 €. Contiene los números 30-41 de la serie americana original.

Lo mejor: El surrealismo contenido. La imaginación no solo no cesa, sino que va a más.

Lo peor: Habérmela perdido estos casi 30 años.

Para incrédulos con Morrison. Para los que saben disfrutar de una buena historia aunque tenga colores planos sin degradar y un estilo gráfico lejos de imágenes superdetalladas. Para los que quieran poner a prueba de explosiones su mente.