Hola a todos, soy Miriam… Bueno, qué tonta, no hace falta que lo diga, si soy la más popular de esta página de Es la hora de las tartas. Hoy voy a hablaros de Los Kurdles, un libro que me ha gustado mucho y que trata sobre…

– Papá: ¡Mimi! ¡Menudo susto! El pestillo de la puerta se ha cerrado solo y no podía salir del cuarto…

– Miriam: Sí… jeje, qué mala suerte que se haya cerrado “solo”. Jijijiji.

– P: Oye, ¿a qué viene esa risa?

– M: ¡Pero papi, que estamos aquí para hablar de los Kurdles! ¿No te acuerdas?

– P: Mmm… supongo que es verdad. Bueno, pues vamos allá. A ver, los Kurdles. Cuéntanos, ¿de qué va este libro?

– M: De una osita que se escapa de casa. Se llama Sally y se encuentra con un unicornio (que se llama Hank), un espantapájaros (que se llama Phineas) y un personaje muy extraño que tiene cuatro patas.

– P: ¿El perro?

– M: Nooooo, parece un pulpo, pero no lo es. Y se llama Pentapus.

– Diana: Miriam es un perro.

– P: ¡Por favor! ¡Con una diva tengo suficiente! Diana, tú sigue mirando las viñetas de Gameboylands…

– M: Papaaaaa… Kurdles…

– P: Uf, estas reseñas cada vez son más complicadas. Venga, seguimos. Estabas hablándome de Pentapus. ¿Cómo es? ¿Tiene alguna peculiaridad?

– M: Sí, tiene cuatro patas muy raras y cambia de color.

– P: ¿Como un camaleón?

– M: Pero papaaaaa, si no es un camaleón, es un pulpo super raro.

– P: Vale. Oye, ¿Y sally? ¿Qué es? ¿Un oso normal?

– M: Primero, Sally es una osita de peluche. Segundo, no es un oso normal.

– P: Ya entiendo, es un osito de peluche que se separa de su dueña y acaba encontrándose con esos personajes. Bueno, ¿y qué pasa una vez se encuentra con ellos?

– M: Que van a recuperar su casa. Tenía mucho pelo y podía hablar. Estaba enferma.

– P: ¿Solo hablar?

– M: No, también ver y cantar.

– P: Eso, especialmente cantar… Bueno, pues ya sabemos más o menos de qué va. ¿Qué te ha parecido el dibujo? ¿Te ha parecido diferente?

– M: Espera, papá, que me falta un personaje. Schleb Rohan.

– P: Bueno, pero eso vamos a dejarselo a nuestros lectores para que lo descubran ellos, no se lo contemos todo. Venga, el dibujo.

– M:  Muy diferente, no me recuerda a nada de lo que he leído antes.

– P: Sí es verdad, pero son dibujos muy bonitos, ¿verdad? Y tienen unos personajes muy curiosos.

– M: Sí, a mí me han gustado mucho.

– P: Vale, pues nos queda claro. Muchas gracias por tus opiniones. Oye, y que no se te suban a la cabeza todos esos comentarios que te hace la gente diciéndote lo que les gustan tus artículos, ¿vale?

– M: Vale, muchos besitos amigos. Muacs muacs.

Los Kurdles es una obra de Robert Goodin, que se ha prodigado hasta ahora en el terreno de la animación con series como Padre made in USA o Rugrats. Como se dice en el propio libro, heredero de obras como Bone de Jeff Smith, usa personajes antropomórficos y con un aspecto muy atractivo para edades infantiles, aunque su narrativa la hace igualmente atractiva para adultos. Un dibujo con acuarelas muy bien definidos, con un acabado muy vistoso y algunas escenas en splash pages dobles auténticamente deliciosas.

El diseño de personajes es de lo que más destaca. Sin aparente orden ni lógica, los personajes son un oso de peluche, una especie de pulpo de gelatina que va cambiando de color, un espantapájaros que parece salido de Los Teleñecos y un unicornio con cuerpo de forzudo. A pesar del tono fantástico y casi onírico, no es un estilo exagerado o paródico. A eso me refería con la comparación con Bone, es un estilo muy similar, aunque con diseños algo más complejos.

La historia es realmente sencilla: Una niña caprichosa tira a su osa de peluche por la ventana del coche en una rabieta y esta se levanta y acaba conociendo al grupo que tan bien ha descrito mi mini-reseñadora. La osita Sally pide al grupo que la ayude a volver a la carretera de donde se perdió y estos le contestan que lo harán una vez arreglen su pequeño problema doméstico. La narrativa de Goodin me parece tan simple como efectiva y muy acertada. Se lee muy rápido, no tiene excesivo texto y algunas páginas ni siquiera  tienen texto. El tono absurdo que le da a la historia tiene su medida exacta para no quedar en una historia incomprensible o sin sentido, pero suficientemente poco convencional para que un adulto también pueda encontrar interesante la aventura.

Como hago siempre, repaso lo que me ha llamado más la atención de esta lectura con mi pequeña:

– En esta no ha habido carcajadas, no es una historia de situaciones cómicas ni que busque la risa fácil.

– Se lo ha leído de un tirón, sin costarle lo más mínimo: Como he dicho, la narrativa es muy fluida y los dibujos hacen su lectura muy atractiva para ella.

– No sé por qué, pero Schleb Rohan, un personaje que ni aparece, solo lo nombran varias veces, le ha calado, supongo que por el nombre tan poco convencional.

– Los personajes femeninos SIEMPRE le llaman mucho más la atención, ya puede haber uno masculino que sea tan original como Pentapus, que va cambiando de color en cada viñeta, o el unicornio, que para ella, Sally es la mejor… porque es una osita.

– Cualquiera que tengáis niños sabéis que si una película le gusta, ya puede acabar de verla que pide que se la pongas otra vez. Con los libros pasa también. Nada más terminar, ha pedido volver a leerlo.

En definitiva, una obra muy interesante, con un dibujo que me parece francamente bueno, y adecuado para niños de 6 a 99 años, Los Kurdles está editado por La cúpula en un libro de 68 páginas cartoné con papel de alto gramaje rugoso y un tamaño reducido de 16,6×22,8 a un precio de 16,50€.

Lo mejor: El dibujo, una gozada.

Lo peor: Me han faltado risas. No le hace falta a la historia… pero yo ya me he malacostumbrado a disfrutar de sus carcajadas.