El pasado mes de mayo comenzó a editarse en España la serie Injustice God Among Us, una serie de DC Comics, surgida a rebufo del videojuego que salió en distintas plataformas de consolas  a principios del pasado 2013. Desde el primer día la consideré como un subproducto que no me interesaba y la dejé a un lado, y no reparé en ella ni me molesté en leer una sola página. Pero entonces comenzaron a llegar algunas críticas positivas de la serie y algún amigo que me conoce a mí y a mis gustos, insistió en que le diera una oportunidad, porque merecía la pena. Así que en un rato libre decidí echarle un ojo al primer número sin esperarme más que un refrito de personajes y situaciones vistas una y mil veces, y sobre todo, tirando de una historia que por el hecho de estar pensada para un videojuego, carecería de demasiado rigor o fidelidad al Universo que leo mes a mes en las páginas de los cómics, y que sería un pestiño. Me equivocaba.

La historia.

La historia que cuenta esta serie parte de una situación en la que el Joker ha salido de Gotham y ha puesto rumbo a Metropolis, allí hará una de las suyas con unas repercusiones fatídicas, especialmente para el hombre de acero. Lo que hace el villano provoca la ira del kryptoniano hasta el punto de dirigirse en su búsqueda para acabar con él. Batman intentará interponerse y hacerle ver que los héroes no matan y que no pueden perder la compostura en ningún momento, incluso cuando el dolor les sobrecoja. Sin embargo, Superman se dará cuenta de que hasta aquí podían llegar y decide acabar con las guerras y el mal… a las bravas. Esto provocará que algunos de sus compañeros de la Liga de la Justicia se posicionen a su lado, algunos de manera beligerante como es de esperar por su naturaleza de guerrera, y otros como Batman intentan hacerles volver en sí y recuperar la cordura y volver a ser ese boy scout azulón que siempre mira por los valores humanos.

El guionista.

Apuntad este nombre porque lo vais a oír mucho a partir de ahora: Tom Taylor. Australiano de 35 años, comenzó su carrera como autor teatral en su Melbourne natal, pasando pronto a la capital australiana donde pasó casi 10 años. En 2012, comienza a realizar un cómic para la editorial australiana Gestalt (The deep) y comienza a escribir algunas series de Star Wars para Dark Horse. DC se fija en este prometedor autor y le deja esta serie, sin demasiadas presiones, con una libertad relativa pues le explica la premisa de partida y le dice dónde comienza el juego, el resto lo debe explicar él. Los resultados han sido inesperados tanto en crítica como en ventas hasta el punto de que DC lo ha escogido como sucesor de nada menos que James Robinson para hacerse cargo de la serie Tierra-2 que actualmente publica.

Los dibujantes. 

Enumerarlos a todos llevaría tiempo… Y es que como buena colección “de relleno” sirve para probar a autores noveles o para ir cubriendo como se vaya podiendo. Así en los primeros números hemos podido ver a dibujantes como Jheremy Raapack, Alex Gimenez, Mike S. Miller, Bruno Redondo o David Yardin. Cuando la serie ha ido cogiendo fama y las ventas han comenzado a ser considerables, DC ha optado por ir introduciendo a otros autores de peso, de la talla de Kevin Maguire, Tom Derenick o Neil Googe, aunque ha premiado el buen trabajo de los primeros y han seguido formando la base del dibujo. Como toda obra tan “coral” el resultado es difícil de juzgar, aunque el estilo es más o menos uniforme y no son dibujos nada desechables, todo lo contrario.

La serie.

La premisa de la serie puede ser poco original, el héroe superpoderoso que decide tomar las riendas y erigirse como paladín de lo que es o no correcto lo hemos visto en otras series, algunas recientes como la Irredeemable de Mark Waid por poner un ejemplo con el que comparte muchas similitudes. Pero lo que me gusta de esta Injustice es el ritmo que usa Taylor. Los números son de 32 páginas, y sin embargo en cada número sucede una cosa que podría definir bien ese número. A pesar de que la historia es seriada, cada número tiene un asunto principal. Podríamos hacer una sinopsis del número en el que se enfrenta a Aquaman, el número en el que Superman decide acabar con Arkham, … etc etc. Eso es algo a lo que no estamos demasiado acostumbrados últimamente, y que me ha gustado mucho. Además, el tratamiento de los personajes es muy acertado porque partimos del punto del UDC que conocemos de los cómics y los va a acercando a ese juego que quien lo haya jugado puede que no llegue a entender, por ver a un Superman tan altivo, o a otros personajes que actúan de manera diferente a la habitual. Me gustó muchísimo el número 5, en el que Aquaman se planta ante Superman para decirle que sus nuevas reglas de pacificación obligatoria puede aplicarse para la Tierra, pero que deje a un lado Atlantis, y le hace su demostración de fuerza para disuadir a su hasta entonces compañero. La respuesta aplastante de Superman pone los pelos de punta y te hace ver al personaje como nunca lo habíamos visto. También me gusta mucho el tratamiento de Green Arrow, quien viendo que no tiene nada que hacer frente a un Superman que no está para bromas, decide actuar en la sombra y quitar de enmedio a Harley Queen para que el hombre de acero no pueda ajusticiarla a su manera.

En definitiva.

Una serie que seguro que muchos habéis pasado por alto por la misma razón que lo hice yo: Por ser un subproducto salido de un videojuego, y que podéis equiparar a otras “series menores” como Smallville o Arrow, series que sirven de desfogue de autores noveles y para que “hagan muñeca”. No os equivoquéis, en este tipo de series se puede descubrir a grandes talentos, como el español Jorge Jiménez que comenzó a dibujar los primeros números de Arrow y ahora se encuentra en Smallville y hace un trabajo fabuloso, que le ha permitido dar el salto a las “series mayores” y ahora tiene a su cargo dibujar la serie Superboy que escribe Aaron Kuder. Con Injustice podréis descubrir  Tom Taylor, un autor a tener en cuenta, y una serie muy seria, muy bien escrita, con algunos diálogos memorables (ver a la derecha), con un dibujo correcto y con aventuras interesantes y diferentes a lo que Didio y sus secuaces nos tienen acostumbrados desde que inauguraron el nUDC. La tenéis en grapas simples mensuales a 2,50€ editada por ECC. Dadle una oportunidad, no os defraudará.