Hasta ahora, los mejores autores británicos (con permiso de Brian Azzarello) han ido desfilando uno por uno al frente de la cabecera más longeva de Vertigo. Por eso, hoy que reseño el Hellblazer de Denise Mina, tal vez muchos de vosotros torzáis el gesto intentando averiguar quién es esa buena mujer. Salvo si habéis leído sus novelas Campo de Sangre o Hora de muerte, editadas por Roca Editorial en nuestro país, o algunas de sus otras novelas en inglés, es raro que os suene por su andadura en cómics, que se limita a estos 13 números y a la adaptación de la saga Millenium también en Vertigo. Quien pensara en ella para ponerse al frente de la cabecera del cínico ocultista inglés lo hacía por su habilidad para el género negro y por su afinidad confesa por el personaje. En su día fue una decisión que resultó algo extraña, porque quedaban aún muchos autores de renombre que pudieran haberse hecho cargo de la colección, pero sin duda proporcionó una etapa muy cohesionada, que sirvió para hacer una enorme novela gráfica de 12 números (extraigo el 223) que sirve como historia autoconclusiva.
La historia.
Este tomo abarca 13 números, divividos en un primer arco argumental de 7 números, un número suelto con una historia con Mapa y un arco de 5 números con el que cierra la historia planteada en el primero.
El primer arco se titula La empatía es el enemigo. En él nos cuenta cómo John concerá a Chris Cole, un tipo que accede a un hechizo de manera casual por el cual las personas a las que se le lanzaran tendrían que obedecerle. Ese hechizo tendría un efecto secundario no advertido por el cual Chris comenzaría a experimentar empatía por el entorno de aquellos que había hechizado. Comenzaría a sentir lo mismo que los demás y a experimentar su dolor y pena. Esa empatía estaría haciendo que su cordura peligrase por no ser capaz de desprenderse de ella. Y lo peor de todo, esa empatía parece poder estar extendiéndose como una epidemia entre la gente, lo cual podría conducir a un apocalipsis de proporciones épicas, por lo que Constantine acabará en Glasgow intentando averiguar cómo detenerlo todo. La historia principal se ve mezclada por relatos del pasado en los que se ve cómo se está creando una misteriosa orden religiosa, y nos van presentando a Steve Evans, un oscuro personaje que acabará siendo el centro de toda la intriga.
La historia del número 223 es un relato en el que Constantine tendrá que ayudar a Mapa que parece estar perdiendo su poder de conexión con el espíritu de la ciudad.
El segundo arco es La mano derecha roja, donde tras un final del arco anterior al más puro estilo Constantine, tendrá que contar con la ayuda de Angie Spatchcock, Chas y Gemma para detener la epidemia de empatía que se extiende desde Glasgow al resto del mundo. Dados los acontecimientos de la anterior etapa de Mike Carey, algunos de los personajes no están muy por la labor de ayudarle…
Los autores.
Ya hemos esbozado el currículum de Mina en la introducción. Saltó a la fama por la trilogía de novelas de Garnethill, cuyo primer libro le valió el premio John Creasy Dagger a la mejor primera novela negra en 1998. Posteriormente escribió un par de sagas: las de la periodista Paddy Mehan, cuyas dos primeras novelas están editadas en España y que cuentan con adaptaciones televisivas (una de ellas en 2011 con el último Doctor Who, Peter Capaldi); y la más reciente con el detective de policía Alex Morrow. Mina era una gran admiradora del personaje, y de hecho, pudiendo haber hecho una etapa autolimitada e independiente del resto, pues la historia que cuenta no tiene por qué implicar a nadie más de su entorno, decide rescatar a personajes recientes como Anita Nelson (la niña del relato El don de la etapa de Carey), Chas, Gemma y Angie; además de ir añadiendo alguna referencia a personajes de etapas más antiguas como Kit o la mona Putilla.
La historia está bien planteada, no está mal, aunque se nota que Mina no está acostumbrada a escribir cómics. Cuando lees la etapa de una sentada, parece que estés leyendo una novela. Algunos recursos son más propios de la novela y, aunque no desentonan del todo con el mundo de la viñeta, es cierto que te extraña y sientes que estés en el medio incorrecto. La historia que nos cuenta Mina podría haberla contado en muchos menos números, y sinceramente, creo que cuando se publicó mes a mes, debió resultar algo pesado. Tener que esperar un año para saber cómo acaba una historia debe resultar tedioso. Eso es algo que queda minimizado en esta edición, pues cuando te la lees de un tirón, parece que funciona mejor.
Si en algo me gusta el trabajo de Mina es en los diálogos. Tiene algunos ciertamente brillantes, y ahí sí se nota su procedencia. La presentación de Nicola White, la representante de Chris Cole y su conversación con Constantine es realmente magnética. Igualmente, algunas de las conversaciones de Constantine con Evans. Como curiosidad, el nombre del gran villano de esta historia es el de su por entonces novio…
El dibujante sigue siendo Leonardo Manco, que ya estaba en la anterior etapa y seguiría con Diggle en la posterior etapa. Poco que añadir a lo ya dicho en mis reseñas de su trabajo con Carey. Me parece un dibujo soberbio, con gamas muy monocromáticas que dan una sensación de oscuridad y agotamiento a la serie que le sientan como anillo al dedo. El fill-in del número 223 está dibujado por Cristiano Cucina, con un trabajo correcto.
En definitiva, Hellblazer de Denise Mina.
Probablemente no sea la etapa más recordada de la larga serie de Vertigo, pero funciona muy bien como historia autoconclusiva. Mina escribe a un Constantine que no contrasta con el personaje que conocemos, y que en ningún momento parece que está escrito por alguien ajeno al medio. Gustará a los seguidores de la serie, aunque no apasione.
El Hellblazer de Denise Mina está editado en un tomo cartoné de 320 páginas a color a un precio de 30,50€. Incluye los números 216 a 228 de la edición original americana.
Lo mejor: Lo cohesionada que resulta la historia. Hubiera podido ser una gran novela. Manco sigue a gran nivel.
Lo peor: La sensación de que Mina no está habituada al cómic y que habría hecho una novela fantástica con esta historia.
Para seguidores de la serie. Para amantes del género negro. Para los que gustan de historias desarrolladas, o más largas (es una novela gráfica de 320 páginas).
