Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Reseña: Ugnis, de Kaoru Okino

El otro día comentaba con un amigo (hola, Mariano) que era sorprendente la cantidad de jóvenes que deciden hacer del dibujo su profesión. Me contaba que la Escola Joso de Barcelona cuenta con alrededor de 500 alumnos matriculados. Lo pongo en letra: quinientos. Y recordábamos los tiempos en que aparecía el manga en España y muchos decían “es una moda pasajera”.

Pasajera… la que aquí te espera.

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El manga no sólo no ha sido algo pasajero, sino que ha venido a quedarse en nuestras vidas, y de paso vaciarnos la nevera y cambiarnos la decoración del comedor. Los Salones del manga, grandes y pequeños, proliferan por todo el territorio nacional. Incluso el Salón del Cómic de Barcelona cuenta con un día dedicado al manga, y no con uno dedicado a la BD, los superhéroes o el cómic español. Cosas del marketing, dice mi abuela la mayor.

El nacimiento de una nueva editorial de manga no debería ser algo que nos extrañara a estas alturas. Hay mucho mercado potencial, mucha chavalería ansiosa de leer manga, y más manga, y nada más que manga, y también hay una gran cantera de dibujantes. Pasaos a echar un vistazo por Subcultura, pero poneos una alarma en el reloj para que os avise a la hora de cenar, que si no se os junta la noche con el día y no lo podéis dejar.

Pero claro, con tantas editoriales se corre el riesgo de inundar el mercado de morralla. ¿Recordáis Image, los noventa? Goma de la buena, ¿eh?. Pero haciendo caso a la Ley de los Grandes Números, cuanto mayor es el número de tebeos en el mercado, más probabilidades hay de encontrar uno bueno.

Éste no es el caso de la Editorial Imagion y la obra con la que debuta en el mercado: Ugnis, de la madrileña Kaoru Okino.

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El miedo inicial a “otra editorial de basura para adolescentes” y “otra niña que dibuja manga” se ve rápidamente dispersado al comprobar la calidad del material. No conocía la obra de Kaoru. Sabía que había publicado algunas cosas antes. Pero la tenía ahí, en el twitter, y ya. Porque, aparte de un par de excepciones (hola Henar, hola Belén), la producción de manga patrio nunca me había interesado demasiado. Ahora voy a tener que revisar mis estándares y mi biblioteca.

El dibujo de Kaoru es muy bueno. No diré excelente, porque tiene aún algunas aristas a pulir, como los escorzos o determinadas perspectivas, pero el resultado final no deja de ser destacable. Unos acabados limpios y un uso discreto de los grises y las tramas dan a su estilo una pátina de profesionalidad que se agradece en estos tiempos en que cualquiera que puede coger un estilógrafo sin sacarse un ojo ya se cree dibujante.

La historia de Ugnis… decir que nació de una vuelta de tuerca a un juego de rol de Harry Potter puede hacer que muchos se acerquen con interés a la obra, y que otros huyan despavoridos. Yo hubiera sido de los segundos (la fantasía no es mi género favorito), pero no echo de menos en absoluto el tiempo dedicado a su lectura. Aventuras, magia, un poco de romance, humor… Harry Potter, básicamente.

Kaoru domina no sólo el dibujo, sino también las convenciones del medio. Sabe cuándo meter un chiste, cuándo una caricatura… Por un lado es bueno, porque se nota que ha leído mucho y ha aprendido de lo que ha leído. Pero por otro acusa cierta falta de innovación. Parece que no quiere arriesgarse y recurre a lo que sabe que funciona. La narrativa, las poses, los personajes, el ritmo, son de manual de manga. Repito, no es necesariamente malo, pero estaría bien algo de experimentación, para distinguirse del resto. Creo que Kaoru es perfectamente capaz de hacerlo y sorprendernos.

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A día de hoy Ugnis se publica periódicamente en Subcultura y cuenta con dos tomos recopilatorios que acaban de salir al mercado y un juego de rol basado en el universo de Ugnis previsto para dentro de poco. Los tomos contienen las páginas ya publicadas en Subcultura, además de historias inéditas y algunas páginas de fanarts. Y además, el precio no está nada mal. Buscadlos en vuestra librería habitual.