El tungsteno es el elemento químico con el punto de fusión más alto de todos. Tungsteno nos cuenta una historia en la que la tensión hace que todo parezca estar a punto de estallar en todo momento. Una metáfora de cómo esta obra resiste la emoción sin que todo se venga abajo, igual que el tungsteno soporta más y más calor antes de fundirse. Marcello Quintanilha emplea 177 páginas de cómic en contar un momento que no debe durar más de 30-40’. Nos plantea un momento visto desde el punto de vista de cuatro personajes principales y un par más de secundarios. Todos ellos están expuestos a una tensión enorme. Cada uno tiene sus propios problemas, y cuando el escenario de esas historias es la atmósfera asfixiante de Salvador de Bahía, el propio calor ambiental es un elemento más de tensión.
Tungsteno nos plantea la historia del antiguo militar el señor Ney que mientras charla con el joven Caju, escucha una explosión en la playa. Cuando se asoma ve a un par de tipos pescando con dinamita. Ese será el punto de partida de una cadena que implicará a varias personas: Ney no consiente que esos tipos estén pescando así y hará todo lo que esté en su mano para que la policía intervenga. Caju llamará a Richard, un policía para el que hace de soplón. Richard es un tipo poco íntegro y se encuentra con los amigotes tomando cerveza, cuando decida intervenir, su mujer está a punto de huir de casa, harta de los malos tratos que le proporciona Richard. Pero no todo es tan fácil como coger las maletas e irse…
Marcello Quintanilha (Talco de Vidrio) ganó el premio Polar en el festival de Angoulême del año pasado por esta obra. Una obra cuya primera edición data de finales de 2014, y que ha continuado una carrera exitosa todos estos años gracias a su estilo asfixiante y a su mezcla de tensión con brillante caracterización de personajes. Ninguno de sus cuatro protagonistas es lo que parece: El señor Ney es un viejo cascarrabias que mantiene una relación de amistad con Caju… pero hay algún interés de por medio; Caju es un joven desenfadado y de aparente corazón noble… pero no tanto cuando sabes a lo que se dedica; Richard no es ese íntegro policía que parece ser, y mucho menos un buen marido; mientras que Keira es probablemente el personaje más desgarrador, con una visión de los malos tratos que raras veces se ha visto en la ficción: Es consciente de ser una mujer maltratada, pero Quintanilha profundiza en la dificultad, por no decir imposibilidad para alejarse de él. Y no lo hace de una manera caricaturesca, sino que lo hace de manera que puedas llegar a comprenderla, aunque no la entiendas.
El estilo narrativo es trepidante y asfixiante, con un continuo recurso al flashback para permitir comprender algunos aspectos de los personajes. Sobre todo con Richard, son unos flashbacks que hacen honor a la primera parte de la palabra: Son flashes en la historia que poco a poco se van explicando. Es un estilo que puede recordar a películas como Magnolia o Short Cuts, en las que se va saltando de personaje a personaje, aparentemente sin relación entre ellos y que va mostrando los puntos que los conectan.
El estilo gráfico de Quintanilha es muy realista, con una gran habilidad para mostrar gestos muy extremos y exagerados, que la acción demanda por la tremenda acción que contiene. Y lo hace sin hacer economía de viñetas. Esta sí es narrativa descompresiva de la buena, con una tensión que se estira como un chicle pero sin perder ninguna de sus propiedades. Y una cosa que me ha fascinado del dibujo es el uso que tiene de los grises para las sombras, especialmente en las escenas del principio, con el señor Ney descansando bajo un árbol son especialmente meritorias.
En definitiva, Tungsteno.
Tungsteno es una obra que se basa en la tensión y se ceba con ella. Una manera brillante de mostrar cómo crear buenos personajes, y cómo ir mostrando su verdadera naturaleza de una manera natural y fluida. Se apoya en esa emoción continua para contar lo que quiere contar, que es realmente lo que les pasa a esos personajes. Una historia de género negro ambientada en las paradisíacas playas de Salvador de Bahía, y en sus suburbios. Si todo esto fuera poco, cuenta con un desenlace absolutamente brillante con una sorpresa final que termina de poner la guinda al pastel.
Ediciones La Cúpula nos presenta esta nueva edición en un formato rústica con solapas, con 186 páginas de alto gramaje en blanco y negro y un tamaño algo inferior a su anterior edición, de 16×22 cm frente a los 17×24 de la anterior. Su precio es de 16,90€.
Lo mejor: Cómo soporta la tensión la historia, a pesar de estirarla. La caracterización de personajes. El personaje de Keira.
Lo peor: No se me ocurre nada.
Para amantes del género negro en ambientes distintos. Para amantes de historias con buena caracterización de personajes. Para los que disfrutaron con la manera de transmitir emociones de Talco de Vidrio.