Superman: Fuerza
Guión Scott McCloud
Dibujo de Scott McCloud y Aluir Amancio
Tinta de Terry Austin
ECC Ediciones
2016
Para hablar de Superman: Fuerza, voy a empezar rompiendo una regla no escrita de las reseñas. Cuando hay algún palo que darle a la obra, la técnica suele ser dorar primero la píldora para que el mazazo del final no duela tanto, pero esto termina dejando un regusto amargo y no se correspondería con la sensación que tuve al terminar el tebeo.
Superman: Fuerza nos viene de la mano de ECC con tres pesos pesados en sus créditos: Scott McCloud en el guión, compartiendo éste lápices con Aluir Amancio y tintas de Terry Austin. McCloud es una institución. Es el autor de Zot, El escultor o esa imprescindible trilogía de libros teóricos sobre la creación de comics. Terry Austin es uno de los mayores responsables de que los nombres de los entintadores empezaran a brillar en los 70 y 80. Suyas son algunas de las tintas más grandes de John Byrne o Arthur Adams. Aluir Amancio es un poco más desconocido, pero es todo un veterano en el mundo de la animación y el responsable de algunos de los episodios más memorables de la adaptación a cómic de la serie animada de Las aventuras de Superman en los noventa. Y pese a la innegable calidad de estos tres pilares, el resultado al abrir el cómic es de que el dibujo es un tanto feo, casi una especie de Kirby ‘noventizado’. ¿Está alguno de los tres en baja forma? En absoluto y más adelante lo detallaremos, pero por algún motivo, el aspecto final de ellos tres juntos no es tan grande como la suma de sus factores. Vamos que las fresas con mostaza no están buenas por mucho que sean las mejores fresas de Huelva y la mejor mostaza de Dijon.
Y antes de empezar a citar las muchas cualidades que hacen olvidar el hecho que acabo de exponer, es menester introducir el argumento, si bien éste no es muy indicativo de la calidad de la obra. Un nuevo grupo de astutos ladrones roban un artilugio capaz de abrir agujeros en el espacio y pondrán a Superman en más de un apuro. La historia en sí no es en absoluto revolucionaria y es muy ligera, en la onda de las viejas historias de la serie animada. Pero McCloud se las arregla para darle una vuelta de tuerca y transcender lo que por otro lado sería una historia entretenida sin más. Lo realmente bueno de esta obra es la manera en la que nos brinda una historia de historias.
Superman: Fuerza alterna la historia principal con historias del pasado de Superman, del pasado del villano o su padre, flashbacks dentro de flashbacks o incluso un recurso en la escena del atraco que cambia de tiempo durante la narración que es de quitarse el sombrero. Lo que empieza como una narración sobre un plan de futuro, en un momento resulta que ya está pasando y es el momento de levantarse y aplaudir. Puede que el lector piense que estoy pasándome un poco de flipe, pero si conoces la obra de McCloud sabes que todos estos recursos son deliberados y meditados y que su verdadera maestría es usarlos sin que apenas se note ocultos de una falsa máscara de sencillez.
No estamos ante el McCloud de El escultor, por ejemplo. Pese a que McCloud es un autor fundamentalmente experimental, es muy consciente del género que está trabajando. No olvidemos que McCloud es amigo y compañero de afición desde niño de Kurt Busiek (uno de los mayores frikis vivos del género superheroico) y, si bien sus derroteros autorales han ido por otro camino, conoce el cómic de superhéroes a la perfección y sabe en qué margen jugar con sus códigos. Y aquí está el segundo punto de maestría: saber adaptarse al registro en el que trabaja. Así no sólo tendremos una ola de virtuosismo narrativo bajo la apariencia de una sencilla historia al estilo de la serie animada, sino que Superman: Fuerza está plagada de los tics más locos y entrañables del género. Villanos mezquinos, secuaces, Lois atrapada en una botella, artilugios científicos imposibles y ¡hasta clips y monedas gigantes!
Por último, no estaríamos en un tebeo de Superman si no tuviéramos nuestra dosis de lección moral y en Superman: Fuerza nos advierten que da igual que pensemos que la historia la escriban los matones o que estemos convencidos que de que es mejor que cada uno mire por sí mismo, la verdadera fuerza está en la reciprocidad, en tratar a los demás como nos gustaría ser tratados y, aunque todo nos quiera llevar a la mezquindad, en continuar intentándolo para cambiar poco a poco el mundo.
En definitiva, tenemos un tebeo de superhéroes que sigue la línea de las serie Las Aventuras de Superman, pero con ese plus de virtuosismo de McCloud. Es posible que el lector de tebeos que busque algo más en la línea del cómic actual se sienta decepcionado, pero estamos ante un tebeo altamente recomendado para aquellos que disfrutaran con Las aventuras de Superman o el arte de McCloud.