De entre las páginas del megaevento Secret Wars (que va desgranando nuestro compañero Enrique Acebes cada mes aquí), surge esta interesante iniciativa: ¿Y si los Vengadores fuera un grupo compuesto exclusivamente por mujeres?
En contra de lo que se podría pensar en un inicio, no se ha tratado de cambiar de sexo a los Vengadores originales y ver qué sale, sino de reunir a un grupo de superheroínas y ponerlas al cargo de cuidar un utópico paraíso matriarcal: Arcadia.
El propio nombre de Arcadia ya trae reminiscencias del género pulp (recordemos que así se llamaba la ciudad donde habitaba la heroína neopulp Ghost de Adam Hughes), lleno de mujeres fatales y misterios, así que le viene como anillo al dedo. Pero, ¿qué encontramos en estas páginas?
En los dos primeros números publicados de esta serie nos encontramos con la Fuerza-V, que patrulla cada día y vigila cada noche las calles de Arcadia, sin salir de sus muros, y cumpliendo la voluntad de la nueva deidad: Muerte. Pero empiezan a suceder fenómenos extraños que obligan a la líder, Hulka, a expulsar de la ciudad a una de sus miembros, casi al tiempo que aparece a través de un portal dimensional una extraña joven. ¿Estarán estos sucesos relacionados? ¿Quién está detrás de todo esto?
Las respuestas a estas preguntas las conoceremos en los siguientes números de esta miniserie (aunque ya la han convertido en serie regular gracias a su éxito). Pero otras preguntas surgen al margen de éstas: ¿Funcionan los grupos superheroicos compuestos sólo por mujeres? ¿De verdad no necesitan a hombres en el equipo?
Son preguntas difíciles de responder, y no pretenden hacerlo las dos guionistas, G. Willow Wilson y Marguerite Bennett, responsables de recientes éxitos protagonizados (otra vez) por mujeres: Ms. Marvel y Angela, respectivamente. Queda claro que el comportamiento de estos personajes ante las situaciones planteadas no es el mismo que el que tendrían sus compañeros masculinos: estas mujeres se enfadan, lloran, son rencorosas… pero también son fuertes, decididas, responsables. Es decir: mujeres de verdad.
¿Habría sido diferente la serie en caso de haber sido escrita por un hombre? ¿Se habrían comportado igual los personajes? En mi opinión, no habría sido mejor ni peor: no todas las personas se comportan siempre de la misma manera, y un buen narrador, conocedor de la psique humana, podría dar un enfoque diferente, aunque seguramente igual de acertado.
Si bien es cierto que el núcleo de Fuerza-V está compuesto por mujeres, no dudan en echar mano de ayuda masculina en determinadas situaciones: así pues, vemos aparecer a Namor (aunque flanqueado por Namora y Namorita), a quien acuden para que les ayude a explorar el fondo oceánico, y al Dr. Extraño, sheriff de Mundobatalla, y al Thor Sam Wilson. Por tanto, estos personajes no adoptan una actitud de «no necesitamos a los hombres», sino que simplemente se encuentran cómodas trabajando con otras mujeres. Podríamos decir que no es un cómic feminista, sino femenino.
A los lápices está el joven mexicano Jorge Molina, cuyo trabajo ya hemos podido ver en abundantes cómics Marvel, así como en menor medida en publicaciones de DC y Valiant. Su estilo es ágil y dinámico, confiriendo a sus páginas una narrativa fluida, aunque sin perder calidad en el detalla de cada dibujo. Si bien abusa en algunas ocasiones de poses pin-ups, no podemos olvidar que es un cómic protagonizado por mujeres, y el fanservice es casi obligado.
Secret Wars: Fuerza-V es un cómic que, afortunadamente, se puede leer si tener que seguir todas las historias y tie-ins de la serie principal, aunque es necesario conocer el origen de todo. Para ello, vuelvo a recomendaros los artículos mensuales de Enrique Acebes en esta misma web. La edición en grapa de Panini se complementa con las portadas alternativas y excelentes artículos de Julián Clemente, lo que la convierte en una excelente compra mensual.