Es la hora de las tortas!!!

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Reseña Sección Ocho

Sección ocho portada

Sección ocho
Guión de Garth Ennis
Dibujo de John McRea
ECC Ediciones
2016

No creo exagerar si digo que Garth Ennis es uno de los mejores guionistas de cómics en activo. Sólo con citar Predicador, Punisher Max o Hellblazer: Hábitos peligrosos, creo estar respaldando mi afirmación. Sin embargo, de vez en cuando le gusta hacer el macarra, desatarse y mearse en todo aquello que le digan que no debe hacer.

A veces el resultado es una gamberrada simpática como The Pro y otras veces, lo que empieza siendo una salvajada como en The Boys, termina siendo la base para algo más completo. Este caso vamos a hablar de Sección Ocho y se trata de una obra excesiva en todo, excepto en calidad. No quiero decir con esto que sea un truño (es una reseña de Sección Ocho, se puede decir truño), pero estamos hablando de algunos de los personajes más molones de una de las series más molonas (y más infravaloradas) que tiene Garth Ennis en su haber: Hitman.

Sección ocho 01

La sección ocho era una serie de personajes secundarios surgidos en Hitman con todo lo más estrafalario y delirante que podía salir de Garth Ennis y John McRea (con la ayuda de Steve Dillon, la mente detrás de Sueldaperros). Estarán comandados por Six Pack, que vendría a ser el típico borracho sin conocimiento de qué es el espacio personal que te calienta la oreja con batallas absurdas. La diferencia es que éste va vestido de superhéroe y no te cuenta nada de la mili, sino del día que salvó el universo de una invasión de Apokolips. Del resto de la Sección ocho original solo queda Bueno Excelente, un psicópata sexual que solo dice su nombre. Para completar el equipo rescatan al demonio Baytor de la serie de Demon (otra joya ignorada), Manitas, El del gancho, Visceras y una nueva encarnación de Sueldaperros (que en la edición de ECC traducen como ‘Soldaperros’ y, sin saber del todo si es incorrecto, no puedo evitar que me chirríe).

Sección ocho es sórdida, sucia, de mal gusto y desagradable, como no podía esperarse menos. Lo que realmente me sorprende es que DC haya permitido publicarlo, cuando por ejemplo The Boys tuvo que emigrar a Dynamite. Este cómic está repleto de vómitos, mocos, mierda, meados y todo lo más asqueroso que te pueda venir a la cabeza. Ennis tiene esa virtud de conseguir que aquello que no muestra aparezca en tu cabeza de manera aún más sucia de lo que podría dibujarse y eso que no hay mejor estilo que el dibujo feo, deformado y desordenado de McRea.

Sección ocho 02

Pero si olvidamos toda esta sordidez (que es la manera de Ennis y McRea de vendernos el tebeo), ¿aporta algo más este tebeo? Pues la verdad es que sí, tiene algunas ideas francamente buenas, algunos chistes descacharrantes e incluso un mensaje final que le da a la obra más enjundia de la que pudiera parecer en un principio. ¿Justifica esto la miniserie de seis números? Ni mucho menos. Con la excusa de sacarnos a un primera fila de JLA por cada número, esta miniserie resulta un chiste alargado que habría funcionado de cine en la mitad de números o incluso en un one-shot. Aún así, por cosas como las apariciones del Fantasma Errante o Etrigan merece la pena leer este tebeo. Y si terminamos con la sugerencia de Garth Ennis de que todo el universo DC es la fantasía de un borracho (no sé qué opinará de esto Dan Didio), al final algo de la genialidad de Ennis tenemos en este tebeo.

Pese a su errores, este tebeo sigue siendo bastante disfrutable, pero si alguien no conoce la historia original en Hitman, quede aquí mi recomendación y mi sugerencia de reedición a ECC.