Encontrados sentimientos me levanta ésta obra escrita por Pascal Rabaté e ilustrada por Sebastien Gnaedig. Si bien del primero ya tenía los antecedentes de su genial Ibicus o su Rio abajo, del segundo debo reconocer que a priori no me sonaba en absoluto. Y hay que tener en cuenta que un apellido tan peculiar suele llamar la atención.
Y ésa dicotomía que me plantea la obra viene marcada precisamente por éso, porque nos encontramos con una buena historia que tengo la impresión que con unas ilustraciones algo más trabajadas y menos toscas me habría calado algo más. Y es que la economía de recursos que utiliza Gnaedig para los escenarios, unido a la ausencia de color que tenemos en éste volumen bitonal y a lo torpe de algunos de los elementos que dibuja (los coches, por poner un ejemplo) me ha descolocado en más de una ocasión sacándome de la historia.
Y es una lástima, porque una historia de venganza fraguada durante los 20 años que ha pasado Martino en prisión por asesinar escopeta en mano a una pareja por equivocación (equivocación en las víctimas, porque él sí que pretendia matar a alguien: su mujer y su amante) y el hecho de tener la firme decisión de no sólo ejecutarla con ellos sino también con toda la familia que han formado durante su temporada en presidio, es más que interesante.
Asistimos al acercamiento, acecho y ejecución de la venganza de Martino poco a poco, hasta el desenlace menos esperado. Menos esperado y un poco precipitado, para qué negarlo.
Y aún así, aunque dé la impresión de que no me ha gustado el album, debo reconocer que el regusto final que me ha quedado al terminarlo sí que ha sido agradable. Y es que los ojos hacen mucho y, repitiendome un poquito, es una lástima que el apartado gráfico me haya empañado el disfrute de la obra.