Joseph Michael Straczynski se acerca a sus últimos números después de una larga y controvertida etapa. Los que no vivisteis en su día estos números y habéis leído mis reseñas hasta ahora, sabéis que lo de controvertido viene por combinar unas ideas absolutamente innovadoras y que trajeron aire fresco a una de las colecciones más punteras de Marvel con algunos de los arcos que más convulsionaron al fandom en los últimos años. La idea era que tras Civil War JMS abandonaría la serie, pero desde la editorial le pidieron que siguiera unos meses más y le convencieron con el reto de poner a Spidey De vuelta al negro, recuperar uno de los trajes más emblemáticos del personaje y que ahora volvía a ponerse de moda y había que llevar a las portadas gracias al estreno de Spider-Man 3 en cines. La idea inspiró lo suficientemente al guionista como para aceptar escribir uno de los arcos argumentales más potentes de su etapa y que, como ahora veremos, tenía muchísimo sentido en ese preciso momento, y que en cualquier otro momento habría quedado completamente exagerado y fuera de sitio.
La historia.
Venimos de Civil War. Peter ha jugado sus cartas, apostando por el bando de Iron Man y exponiendo su identidad al público… y a sus enemigos. Con el tiempo se daría cuenta que se había precipitado y que su apuesta había sido al bando incorrecto. Para más inri, su decisión de exponer su identidad de manera pública había acabado con un ataque de un francotirador a Tía May. Y aquí es donde comienza este arco, en el que Peter pierde la paciencia y decide acabar con el chico bueno. De vuelta al negro no hace referencia exclusiva al traje. Se vuelve al negro, sí, pero se vuelve también a los instintos básicos, a la falta de control y a someterse a unas normas. Peter no está dispuesto a que nadie toque a los suyos y así se lo va a hacer saber a sus enemigos, aunque este sea el propio Kingpin que está entre rejas. Kingpin no pierde el tiempo en la cárcel, mueve fichas para acabar con sus villanos incluso aunque no pueda salir de prisión. Lo interesante de esta época es que no solo vemos sus movimientos en esta colección, sino que también vemos el resto de sus movimientos en Daredevil, lo cual daba una sensación absoluta de universo compartido.
Peter llega a su límite y cruza una línea muy importante, incumpliendo la ley. Llega a un punto de tal tensión que será incapaz de controlarse y el instinto protector hacia los suyos hará que tire la toalla y deje de ser el chico bueno. Nunca hemos visto a un Spider-Man como este.
Los autores.
Mantenemos el equipo titular de los últimos arcos: JMS y Ron Garney. Ambos estaban a punto de despedirse de la colección y dieron aquí lo mejor que llevaban dentro. Pocas veces hemos visto a un Garney más serio, con escenas muy bien narradas y con planteamientos de página interesante. Su momento más interesante sea probablemente la lucha del final del arco, un momento de máxima intensidad argumental y al que el dibujo hace justicia por completo.
Pero, ¿por qué esta historia tiene el suficiente interés para no ser considerado un pastiche de Born Again? Decía al principio que esta historia llega en el momento justo. Y es que, si lees esta historia independientemente del resto de la serie, es muy probable que te parezca completamente forzada y que carezca de sentido. Si el disparo a Tía May va a hacer que alguien con el sentido de responsabilidad de Peter vaya a hacerle perder el control y cometer hasta 9 delitos (él mismo los cuenta), ¿por qué no lo había hecho en todas esos momentos críticos previos de la biografía del personaje? Para entender bien su comportamiento hay que entender el momento que ha vivido Peter: Ha tenido que dejar su casa tras un ataque; se ha unido a Los Vengadores, grupo en el que se siente completamente fuera de lugar; se ha tenido que mudar a la torre Stark; ha atravesado un momento difícil con la prensa cuestionando la fidelidad de su esposa; y sobre todo… se ha jugado su status quo exponiendo su identidad secreta al público y le ha salido rana. Y ha sido así porque se ha dado cuenta de que ha apostado por un bando que tal vez no tenga la razón y porque precisamente el darse a conocer ha puesto en peligro a la persona que, con permiso de Mary Jane, más quiere en esta vida. Que pierda el control en este momento tiene lógica. No es el disparo lo que ha roto ese hilo que mantenía su sentido de responsabilidad, sino todo lo que estaba colgando de él…
La escena de la lucha final es uno de los momentos más intensos que ha visto la colección en la etapa de JMS, con una lucha fría y violenta, no tanto por los golpes sino por la dureza de un Peter que invierte los papeles y se convierte en alguien dispuesto a meter el miedo en el cuerpo de alguien que no está acostumbrado a tenerlo, y sí a darlo. Un arco corto, pero intenso, que pone al personaje en un punto en el que solo se puede salir con un gran Deus Ex Machina que veremos en el siguiente tomo…
En definitiva, De vuelta al negro.
De vuelta al negro no es Born Again, pero no lo necesita. Es una historia interesante, que pone al personaje en una situación a la que no estamos acostumbrados. El negro se hace con su traje, y con su alma. Peter está a punto de perder lo que más quiere y eso supone la gota que colma el vaso de su paciencia. Arco que se puede leer completamente por separado, aunque para comprenderlo bien hay que saber de dónde viene el personaje y en qué punto se encuentra para llegar hasta donde llega.
Este tomo incluye los números 539 a 543 de The Amazing Spider-Man. Está editado como el resto de la línea, en cartoné, con 136 páginas a color a un precio de 15€.
Lo mejor: La intensidad. Ver a Peter en plan Frank Castle. La lucha física y mental entre héroe y villano.
Lo peor: Leerlo como tomo independiente y tener la sensación de que está exagerado.
Para fans del arácnido. Para leer uno de los mejores arcos de la etapa de JMS. Para nostálgicos de Born Again.