Yo soy Ministérico, lo reconozco. Me encanta la serie de TV ideada por los hermanos Javier y Pablo Olivares y me parece una de las series más frescas e innovadoras de la TV nacional en toda su historia. Hala, declaración de intenciones para empezar. Dicho esto, cuando supe que Aleta iba a publicar un cómic de El Ministerio del Tiempo, recibí la noticia con algo de escepticismo, como cuando te enteras de que van a adaptar al cine un cómic que siempre te ha apasionado o un libro que te guste. Después supe que El Torres estaba involucrado y tengo que reconocer que eso me tranquilizó un poco. Así que cuando por fin vio la luz, me acerqué todo lo rápido que pude. Sin entrar aún en detalles puedo decir que el cómic es un medio en el que puede y debería prosperar mucho algo como El Ministerio del Tiempo. Es un medio en el que buenos guionistas pueden contar grandes historias del Universo Ministérico y en el que si RTVE sigue maltratando lo suficiente la serie hasta acabar por cancelarla, deberíamos seguir pudiendo descubrir nuevas aventuras relacionadas con estos personajes que a algunos nos tienen encandilados.
La historia.
La historia que se plantea en este Tiempo al Tiempo, comienza con un intento de asesinato de Salvador Martí, el principal responsable del Ministerio a manos de Pelayo Serrano, un ex-legionario y funcionario del Ministerio hasta 1979, y de su hijo, un skin-head sin ningún tipo de formación, pero sí antecedentes violentos. El problema es que tras el intento de asesinato ambos huyeron y el joven llegó a la Madrid de la Noche de San Daniel. Un equipo formado por Amelia, Julián y Alonso tendrá que buscarlo y recuperarlo evitando que alguien tan impulsivo pueda cometer algún acto que produzca un altercado en la historia. La idea es recuperar al hijo y sonsacarle la ubicación y la época de su padre para poder hacerse con él.
Pero como los problemas no vienen solos, el Capitán Ambrosio Spinola asumirá que tras el atentado contra Salvador, el Ministerio está sin autoridad haciéndose cargo Operaciones Militares del mando. Para ello, formará su propia patrulla con el General Marco Ulpio Trajano (padre del Emperador), el filósofo Ibn Gabirol y una pandillera de Carabanchel de los años 80.
Los autores.
La historia es una idea de Joseba Basalo (editor y fundador de Aleta Ediciones) y El Torres (El Velo, Bribones, Camisa de Fuerza...), mientras que el guión está escrito por el propio Torres junto a Desiree Bressend (1937 Objetivo Madrid). El dibujo recae en Jaime Martínez, que ya colaborara con El Torres en Roman Ritual.
La historia resulta interesante. El atentado de Salvador provoca el tener que ir buscando a sus agresores por diferentes épocas, que es algo con lo que el espectador de la serie se encuentra habitualmente familiarizado. Los elementos novedosos son la introducción de esa segunda patrulla, dejando una sensación de libertad de elección de patrullas que hasta ahora la serie de TV no ha dejado ver en ningún momento. Es algo que echo de menos, el poder sorprenderme con que en este capítulo la patrulla la conformen Julián, Alonso y Amelia, pero en el siguiente la puedan formar Velázquez, Argamasilla y Lope de Vega. Incluso el hecho de que nos pudieran ir sorprendiendo con personajes inéditos y que tuviéramos una patrulla como la aquí presentada. Y eso es algo que a este cómic le sienta muy bien.
Sí me hubiera gustado que hubieran empezado haciendo todo aquello que no podemos ver en TV por falta de presupuesto y haber ambientado en un entorno super espectacular que hubiera llamado más la atención, pero aquí habla el fan de la serie, y no es algo que se le pueda achacar al cómic.
Lo que sí me falla un poco es el dibujo. Entiendo que desde la editorial hayan buscado lo que han buscado, porque este es un producto pensado tanto para fans de la serie que estén habituados a leer cómics como para aquellos que no hayan cogido uno desde sus primeros Mortadelos o Don Mikis. Y es que el dibujo de Martínez busca siempre el hiperrealismo y hay muchos rostros que parecen litografías o fotocromos. Insisto en que puedo entenderlo como táctica editorial, pero para los que leemos cientos de cómics al año, es algo que puede parecernos que dificulte mucho la narrativa de la historia y que produzca algunas viñetas demasiado rígidas. Es como si hubiera cogido lo que menos me había gustado del trabajo del dibujante en Roman Ritual y lo hubiera acentuado hasta el máximo. Espero que en próximos números, den más libertad al dibujante responsable, de manera que sacrifiquemos un poco la reproducción exacta de los rostros en pos de la narrativa.
La obra está compuesta por cuatro capítulos que bien podrían haber funcionado como cuatro números en grapa. Supongo que la edición de esta serie en grapa habría sido muy arriesgada, aunque estoy convencido de que si hubieran presentado la serie con portadas como la que se incluye dentro de este tomo en la que se hace un homenaje visual a las Joyas Literarias Juveniles, habrían enamorado a más de un lector nostálgico y habrían ganado lectores.
En definitiva, El Ministerio del Tiempo: Tiempo al Tiempo.
Un cómic con el que cualquier seguidor de la serie puede sentirse cómodo, y en el que reconocerá a numerosos personajes habituales de la serie de TV y disfrutará con los nuevos personajes presentados y los saltos en el tiempo. Por otro lado, un cómic que puede abrir los ojos de algún lector de cómic despistado que hasta ahora no le haya querido dar una oportunidad a una de las mejores series de ficción de la televisión española.
Aleta Ediciones ha publicado este tomo en colaboración con eVolution Cómics en una edición en cartoné con 112 páginas a color a un precio de 18€. Cuenta con un epílogo a cargo de Jaime Blanch (que interpreta a Salvador Martí en la serie) y de un prólogo de uno de sus creadores, Javier Olivares (no confundir con el dibujante de Las Meninas).
Lo mejor: Las posibilidades que abre para los fans de la serie. Las dos patrullas.
Lo peor: El dibujo más pendiente de que se reconozca a los actores que de la narrativa, en ocasiones.
Para fans de El ministerio del Tiempo. Para los que andamos peleados con RTVE por el trato a la serie, por las posibilidades que abre. Para amantes de la historia de España.
