Yo quiero ser amigo de Miguel Noguera. Pero no amigo de Facebook, no. Amigo de verdad. De ésos con los que te vas de cañas y te echas unas risas y te lo pasas genial con ellos. Pero también de esos amigos que saben animarte cuando estás mal, y encuentran a todo un lado positivo. Uno de esos amigos junto a los cuales todo es mejor y más hermoso.
Miguel Noguera es licenciado en Bellas Artes. Y humorista. Y escritor. Y muchas más cosas de ésas que acaban haciendo los licenciados en Bellas Artes en vez de dedicarse a las Bellas Artes. Pero Miguel Noguera es un humorista atípico. No cuenta chistes, ni dice cosas graciosas, sino que el humor en él es como la vida para el dandy: todo Miguel Noguera es humor.
Miguel Noguera no concibe la vida sin el factor del humor. Todo tiene algo de gracioso, hasta lo más patético. Y del mismo modo, sabe encontrar la belleza hasta en las situaciones más oscuras y tristes. Como un yin-yang, en el que un punto de blanca belleza resalta la negra tristeza, y una oscura reflexión equilibra una situación cómica.
“La Vieja Tigresa o el erotismo en la senectud” es una colección de dibujos acompañados por un texto explicativo (o textos acompañados por un dibujo explicativo, no lo tengo claro), que plasman ideas, reflexiones y ocurrencias del autor. Todo visto bajo un prisma muy personal en el que confluyen el humor, la ternura, la crueldad, el sarcasmo y la inocencia. Un extraño caleidoscopio sensorial y sentimental, que es lo más cerca que podremos estar de penetrar en la mente del autor.
Algunas de estas jaculatorias blasfemas tienen su origen en situaciones observadas por el propio Noguera, y otras son sencillamente fruto de una imaginación sobreexcitada. Noguera es hijo de los 70 (de finales de los 70, para ser exactos), y el filtro de su mirada está teñido por la cultura pop ochentera y el exceso noventero.
Sus dibujos son feos, para qué nos vamos a engañar. Son como los que haría yo si me esforzara mucho, tratando de ocultar que no sé dibujar. Y uno se pregunta qué demonios aprende la gente en Bellas Artes. Pero lo importante no es el dibujo, sino el humor que lo impregna. Noguera a veces incuso saca a la luz errores de sus propios dibujos, e incorpora la errata al chiste. El dibujo y el texto forman una simbiosis mediante la cual el texto explica el dibujo, y éste refleja el texto. Y funciona.
Blackie Books está haciendo una excelente labor de poner a disposición del público obras de autores minoritarios o que sencillamente bordean el mainstream (pero rascando mucho, como por el filo del disco). La vieja tigresa no es la primera obra publicada de Noguera, y seguramente, a la vista del resultado, no será la ultima.