Es la hora de las tortas!!!

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Reseña: Kei, Crónica de una juventud 7

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Kei, Crónica de una juventud 7
Kazuo Koike y Goseki Kojima
Rústica, 360 págs. Blanco y negro
Septiembre de 2016
978-84-16840-47-2
13,95 €

De la mano de Kazuo Koike y Gôseki Kojima, el tándem artístico reconocido internacionalmente por obras como El lobo solitario y su cachorro, Hanzô, el camino del asesino y El hombre sediento, nos llega esta obra ambientada al final del período de Edo, que nos relata una historia de amor puro de un joven samurái en busca de su amada.

Continúa el relato del viaje de Kei en busca de su amada Karen. A lo largo de la primera este tomo, y una vez dejado atrás el flashback en el que Koike y Kojima nos contaron la infancia y adolescencia de los protagonistas, y lo que propició que Karen huyera y abandonara a Kei, llegamos al prostíbulo dónde ha acabado ésta. Aquí, el anciano Doshô, jefe de los Bôhachi (proxenetas), tratará de quebrar la voluntad de Karen para convertirla en prostituta. Karen cuenta con el apoyo y la confianza de Santa, el Tizón, un gigante de buen corazón que lleva a Karen en palanquón de su casa al prostíbulo, y que se convertirá en su único amigo y confidente.

Por otro lado, vemos cómo prosigue el viaje de Kei, siguiendo el rastro que Karen ha ido dejando en su huida: un alfiler para el pelo, un peine de plata y laca… El rastro es cada vez más fresco y Kei se siente cada vez más lejos de su amada. No obstante, no dejan de aparecer incidencias y retrasos en su camino. En este caso, se encuentra con un samurai vagabundo que le vende una técnica de esgrima a cambio de comida, y que le cuenta la historia de cómo huía de la hija de un hombre al que asesinó. Más adelante Kei es salvado de morir ongelado en la nieve por una joven viuda que había renunciado a los hombres hasta que conoce a nuestro protagonista.

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Es curioso que este tipo de escenas abunden en las historias de Koike y Kojima. Sus personajes son auténticos machos alfa, irresistibles para las mujeres. Del mismo modo, éstas no dejan de ser meras comparsas en los relatos, víctimas de sus propias pasiones y deseos, e incapaces de pensar racionalmente. Puede que se trate de los delirios de Koike, o que tal vez las mujeres en esa época se comportaban de esa manera, pero es indiscutible que estas situaciones, vistas a través de la mentalidad occidental actual, resultan bastante risibles. Ya las hemos disfrutado, y de manera mucho más, en El Hombre Sediento. Que en una serie tan seria y dramática como Kei, Crónica de una Juventud uno no espera encontrar momentos tan involuntariamente cómicos como éste, pero no dejan de ser de agradecer.

La de Kei es una historia queda, intimista, sin los duelos a espada ni los enemigos pintorescos del Lobo Solitario o Hanzô, pero cuenta a cambio con momentos emotivos y el alivio cómico de la relación de Kei con el cuervo Yokutarô. No es la mejor obra de Koike y Kojima, pero es una historia que engancha y que no puede faltar en las estanterías de los seguidores de estos dos autores, de los que ECC Ediciones está recuperando una gran cantidad de material. Y que siga.