No se puede ir contra la naturaleza humana. Al menos tienta rendirse a ello. Nos va el morbo y lo prohibido, lo agresivo e inesperado. Por eso los comportamientos estándar no suelen ser el epicentro de las historias. Batman no vuela ni lanza rayos por los ojos. Batman no posee objetos mágicos que le ayuden en su lucha y hagan de él un personaje más vistoso. Batman no posee supervelocidad ni superfuerza (por muchas horas de gimnasio que se haga en la Batcueva con Alfred acercándole las mancuernas); y pese a todo, los tebeos de Batman son probablemente los cómics superheroicos que más disfruto. Vistas sus ventas, entiendo que no soy el único.
¿Es que esa carencia de aptitudes extraordinarias le hace tan especial que capta nuestra atención? ¿Es el más cercano para nosotros los lectores? ¿Es tan meritorio que se codee con tipos como Superman o Linterna Verde que nos resulta entrañable? Vaya, una cosa así como ir con el equipo “pequeño”. Yo creo que no. Yo creo que son sus villanos quienes hacen especial a Batman, y el Joker el personaje más divertido del cómic mainstream.
El tebeo “deceíta” que traigo hoy es otro claro ejemplo de que “Grandes Autores de Batman” es una expresión desacertada e injusta en algunas ocasiones. Estamos ante un “Grandes Autores del Joker”.
Intercambio es otro título dentro de la colección Grandes Autores de Batman, publicado por ECC Ediciones. En esta ocasión está dedicado al dibujante londinense John Bolton. El tomo, además de la obra que le da título, Intercambio, guionizada por Devin Grayson, incluye un pequeño capítulo sacado del Gotham Knights de 2003 con Ann Nocenti como responsable de su guion. Repasaré al final esta segunda parte.
John Bolton, nacido en 1951 en Londres, fue uno de los primeros británicos en desembarcar en el tebeo americano. Ganador de un premio Eisner por su dibujo en Batman: Man-Bat (guionizado por Jamie Delano y reeditado por ECC Ediciones en octubre del año pasado) y nominado en otras cuatro ocasiones al galardón, ha trabajado con guionistas de la talla de Neil Gaiman, Chris Claremont o el ya mencionado Jamie Delano. Su gusto por el terror le llevó a colaborar en las versiones en tebeo de clásicos del género como Hellraiser o El ejército de las tinieblas (Evil Dead III).
El dibujo de John Bolton tiene un marcado estilo pictórico. Ese uso del acrílico tan característico que consigue dar un gran volumen a sus ilustraciones. En este sentido, muchas veces recuerda al genio Richard Corben, con el que supongo que más gente esté familiarizada y se pueda hacer una idea, aunque no es exactamente el estilo de John Bolton. Veo mejores proporciones en el dibujo del señor Bolton. También señalar que hay mayor variación de ese estilo tan fotográfico en primeros planos de escenas para el lucimiento, con ilustración más convencional en otras partes del tebeo. Me gusta mucho su Batman, fortachón, con las orejas de la capucha pequeñitas y el murciélago del pecho en negro, bastante grande y bordeado por una fina línea amarilla. Contrasta este Batman, con el Batman de Batman: Man-Bat, del mismo autor, ya que aquél iba en la línea del Batman más gótico, con largas orejas puntiagudas y una capa exageradamente dinámica y llena de pliegues imposibles que envolvían al personaje, como la capa de Spawn, que puede decirse que es un personaje más.
Batman: Intercambio se sitúa en Londres, ciudad natal del dibujante. Lo cierto es que no hay detalle en los fondos, y la ubicación de los personajes queda determinada por unas pocas viñetas donde se nos muestran lugares emblemáticos de la capital inglesa. Esta ausencia de fondos, hace de Intercambio un tebeo algo claustrofóbico, en el que el Joker, cuando despierta en la ciudad, se encuentra con que su boca ya no está donde debería, sino en su nuca. Sí, el eje de la trama es tan original que roza el absurdo, pero da pie a mostrar a un Joker que, sin dejar de lado su locura, entra en un estado de desesperación por momentos. El “payaso” comienza una loca investigación para descubrir al responsable, y de paso poner remedio a su “problemilla”.
Es una historia corta, con un final un tanto abrupto, y cuyos puntos fuertes son su dibujo y las pinceladas de humor del Joker. Os juro que me ha hecho esbozar varias sonrisas con sus comentarios y la violencia que atesora siempre. Definitivamente, los diálogos del villano son bastante buenos en Batman: Intercambio.
Como comentaba anteriormente, al final del tomo se incluye un pequeño capítulo en blanco y negro extraído de Gotham Knights, con Nocenti al guion, que pese a que comienza siendo un tanto confuso, cuando al final comprendes lo que sucede realmente, te deja un buen sabor de boca. John Bolton alimenta esa confusión con tintas y líneas más sucias, sin las cuales la historia perdería toda la gracia. No puedo entrar en detalles para explicar todo esto sin arruinaros la experiencia. Son solamente ocho páginas.
Puede que este Batman: Intercambio sea un tomo más para “completistas” y para aquellos, como yo, que disfruten de las historias donde el Joker es el centro de atención, que para un lector ocasional que busca una mayor complejidad en los guiones del murciélago. En cualquier caso, es disfrutable.
Supongo que los jóvenes lectores en su gran mayoría fantasean con ser Batman, pero yo fantaseaba con ser el Joker (después de esto, la CIA habrá rastreado mi IP y estará viniendo hacia aquí). No me faltan tornillos y mi conciencia está moldeada según los cánones occidentales (no digo que para bien), pero pensar que puedes rendirte a la aleatoriedad y el caos es… ¡tan tentador!