Gotham Central: En el cumplimiento del deber
Si partimos como base la serie de televisión Canción Triste de Hill Street, podemos hacernos una idea aproximada de lo que es Gotham Central, la lucha contra la delincuencia de los bajos fondos y la supervivencia de los policías de Gotham contra los fenómenos que normalmente se ocupa Batman, además del día a día de los agentes que trabajan en la Comisaría Central. Repartidas las cartas en turno de día y turno de noche, Rucka se ocupará de Renee Montoya, Crispus Allen y la Capitana Sawyer del Turno de día, mientras que Brubaker optará por el Turno nocturno con Marcus Driver (el último detective nombrado por el propio Gordon) y el Teniente Probson, de esta manera el tempo y las decisiones tendrán su propia voz, así cómo los crímenes a resolver. Pero lo que ambos turnos deberán lidiar es con la sombra que proyecta Batman, que ante los ojos de los habitantes de la ciudad resuelve mejor las situaciones que ellos.
Por que ahí está la esencia de esta serie, el cómo demostrar que los agentes de DGPC no solo son necesarios para el funcionamiento de la ciudad, sino que pueden hacer bien y mejor su trabajo que el propio Batman, aunque a veces terminen claudicando y pidiendo su colaboración (directa o indirecta) contra algún que otro supercriminal. De esta manera, en el primer tomo de cuatro que ECC publicará, nuestros intrépidos agentes se las verán contra Mister Frío en su primera investigación, para después tratar con villanos de segunda fila de Batman e inclusive contra la propia oficina de Asuntos Internos, decidida en derribar a la Detective Montoya, protagonista absoluta de la colección y personaje fetiche de Rucka en las colecciones de la línea.
Pero toda serie policíaca debe tener una atmósfera determinada, ese aire de Serie Negra que destilaban las películas de gangster de los años treinta y cuarenta. Para ocuparse de la parte gráfica, los guionistas recurrieron a los lápices de Michael Lark que supo dar a la colección un aire de falso documental, además de aportar un realismo necesario para las tramas policiales, pero sobre todo, para narrar el costumbrismo de la vida civil de los protagonistas y víctimas; eso si, sin olvidar las escenas de acción típicas de estos relatos y las cabriolas de las aventuras de Batman. No es de extrañar que Brubaker lo eligiera como compañero en su etapa al frente de Daredevil en Marvel.
Ayudado por distintos coloristas dependiendo del turno protagonista, Lark consigue dotar de una imagen toda la colección, algo que pesará a sus futuros sustitutos que terminaran siguiendo su estilo y forma, ya no solo para no dañar la estética, sino por que es el lenguaje por el cual se comprende esta serie.
El asesinato de una joven adinerada, el acoso de un delincuente obsesionado por desvelar los trapos sucios de la Detective Montoya, la persecución de la Polilla Asesina, pero sobre todo, la venganza de la cruel muerte de un compañero a manos de Mister Frío son las joyas que rebosan este primer tomo de Gotham Central.