Es la hora de las tortas!!!

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Reseña: El Playboy, de Chester Brown

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El Playboy
Chester Brown
Ediciones La Cúpula
Formato: 11,5 x 17,8
ISBN: 9788416400201
Páginas: 236 blanco y negro
Precio: 14 €

Podríamos resumir este tebeo diciendo que es la historia de un tío que:

a) Se compra un Playboy
b) Se masturba con él
c) Se siente culpable y lo tira
d) Vuelve al paso a)

Chester Brown es un viejo conocido en el ámbito del cómic independiente. Cuenta con una legión de fieles seguidores, que disfrutan con sus desventuras y desnudos emocionales sobre el papel. Ha recibido cuatro Premios Harvey y ha sido nominado a muchos otros galardones, y entró en el Canadian Comic Book Creator Hall of Fame en 2011.

Brown posee un estilo que se aleja de los patrones establecidos para el tratamiento del cómic, en el sentido de que no diseña páginas como tales, sino que dibuja viñetas sueltas y luego las compone en la página. O, como en este caso, se limita a poner una o dos viñetas por página. Esto hace que este El Playboy se lea en mucho menos tiempo de lo que podría esperarse, a pesar del grosor del tomo.

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Estamos en 1975, y vemos cómo un Brown quinceañero se acerca por primera vez a un Playboy, atraído por la chica de la portada. Al llegar a casa se masturba con él (usando una curiosa técnica en que pone su pene entre las palmas de ambas manos), para inmediatamente después sentirse tremendamente repugnado por lo que acaba de hacer. Así comienza una relación de amor-odio hacia la revista, que hace que a lo largo de los siguieñtes años Brown tire la revista, la vuelva a recuperar, arranque sólo las páginas que le gustan, queme el resto, vuelva a tirarlas, compre números antiguos, los tire todos…

Semejante tira y afloja se nos narra aquí de un modo crudo y sin tapujos, con un dibujo de línea clara y muy expresivo. Sin recrearse en la sordidez y sin ser demasiado explícito (no vemos escenas con órganos sexuales), Brown nos muestra sus diferentes técnicas masturbatorias, y el profundo desprecio que siente hacia sí mismo después de cada acto. No en vano, el título original de la obra iba a ser Disgust.

playboy

Como no podía ser de otra forma, estas primerizas experiencias sexuales acabarán definiendo la interrelación de Brown con las mujeres a lo largo de su vida, y su incapacidad de mantener relaciones sexuales con ellas sin pensar en alguna playmate. Hay quien ha acusado a Brown de concebir El Playboy como una crítica a esta revista, y a cómo crea estándares de belleza imposibles. Por supuesto, la respuesta de Brown dejó bien claro que si no hubiera sido con esta revista, hubiera empezado a masturbarse con cualquier otra de mujeres desnudas que abundaban por los kioscos de la época. Y respecto a los estándares de belleza, responde que dichos estándares han existido en todas las épocas, y que han cambiado con el tiempo. Lo único que hizo la revista Playboy fue reflejar los estándares del momento.

La obra autobiográfica de Brown deja muy claro su incomodidad en las relaciones de pareja, hasta el punto de que en su novela gráfica Pagando por ello (también en La Cúpula) describe cómo fueran las relaciones sexuales que mantuvo con 23 prostitutas tras la ruptura con su última novia. En Nunca me has gustado (Astiberri, 2007) también explora el lado más oscuro de sus relaciones interpersonales. Al final va a ser cierto eso que decían los curas de que si te la tocas se te pudrirán los sesos.

Os dejamos con la portada de una edición antigua a cargo de Brut Comix, y una muestra de las primeras páginas, disponibles en el blog de La Cúpula:

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