Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Reseña de Inyección nº1

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Inyección nº1

Guión de Warren Ellis.
Dibujo de Declan Shalvey.
Color de Jordie Bellaire .
Diseño y rotulación de Fonografiks.
Norma Editorial. 2016
Rústica 120 pp
16,50

¿Qué es la Inyección? Cuando termine este primer tomo lo tendremos un poco más claro, porque durante toda su extensión habrán tratado de explicárnoslo Warren Ellis y Declan Shalvey. Pero “un poco más claro” queda un poco lejos de estar claro del todo y es que es una de esas obras en las que Ellis te vuelca su mundo y creedme que no es un mundo fácil de entender. Cada vez que se responde a una pregunta otras dos aparecen en su lugar como la proverbial cabeza de la hidra.

Sinopsis y concepto

Es todo un reto escribir la sinopsis argumental de Inyección sin caer en el spoiler, pero sería algo así. Hace años una científica, un detective, una hacker, un agente secreto y un mago se reunieron por encargo del Ministerio de Tiempo y las Medidas para estudiar las claves del futuro. El resultado no fue el esperado y decidieron tomar medidas. Hoy cada uno de los cinco por separado tendrá que hacer frente a las consecuencias de ello.

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Entiendo que esta sinopsis puede ser algo críptica, pero ése es el tono de Inyección. Los seguidores de la obra de Warren Ellis ya deberían estar acostumbrados al misterio, la sobredosis de datos y los conceptos pseudocientíficos extravagantes, pero en el caso de esta obra llega un nivel por encima en todo esto. Inyección guarda muchas similitudes con otras grandes obras del británico, pero sobre todo con Planetary. Por decirlo de algún modo, Inyección vendría a ser un Planetary sin el componente referencial, con extra de enigmas y un toque de AIDP.

la historia

Empezamos con un personaje que se encuentra apartado de la sociedad como ya teníamos en Planetary o Transmetropolitan. Seguimos con organizaciones de fondo y presentaciones de personajes sobre la marcha como en Global Frequency o de nuevo Planetary. Los personajes principales serán del estilo al que Ellis nos tiene acostumbrados, es decir, todo lo que puedan flojear en caracterización y tridimensionalidad lo suplen con molonismo absoluto y one-liners de quitarse el sombrero.

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Nada más arrancar nos bombardearán con mil conceptos de los que no tenemos la mínima idea. Seguimos moviéndonos de personaje en personaje sin que sepamos muy bien si existe alguna relación entre ellos. Por si fuera poco, saltamos a distintos flashbacks constantemente… un no parar, vamos. La sensación de desorientación irá bajando a medida que avanza la lectura pero nunca se terminará de ir del todo. En cualquier caso, Ellis y Shalvey saben dosificar la información y hacer ciertas concesiones al lector y para cuando tu cabeza está a punto de explotar, es el turno de alguna escena de acción, algún one-liner, idea loca o cliffhanger que te vuelve a mantener pegado a la lectura.

¿Qué es la Inyección? ¿Qué es Ministerio de Tiempo y las Medidas? ¿Qué es la FPI? ¿A qué bando pertenece cada personaje? ¿Qué cojones está pasando? Todas estas preguntas se irán respondiendo poco a poco, pero nunca del todo y cada página estarás más enganchado. Al menos lo suficientemente enganchado como para que te esté colando el Otromundo celta como un concepto científico y que la magia pueda explicarse con ondas y campos. La inyección será la responsable de todo, pero tendréis que descubrir qué es leyendo este tebeo plagado de ideas increíbles.

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El apartado gráfico

No puedo negar que el protagonista de Inyección es el guión, pero no funcionaría tan bien si no fuera por este equipo que, como la propia acción del cómic, no sale de las islas británicas. Ya conocemos al irlandés Declan Shalvey y sabemos de lo que es capaz con Warren Ellis gracias a Caballero Luna. En este tebeo está algo más comedido, dado que no está tan orientado a la acción, pero narrativamente funciona tan bién en la acción como en las escenas de conversación.

Hay una cosa que me ha llamado poderosamente la atención de este dibujante, ya que por lo general cuando hay escasez de fondos se suele deber a la falta de ganas, a la prisa o la incompetencia del dibujante y la verdad es que pocas veces recuerdo un dibujante que sepa convertir tan bien la falta de fondos en un recurso narrativo. No quiero decir con esto que no haya fondos, que los hay y muy detallados, sino que también hay muchas viñetas donde sus ausencia consigue acrecentar emociones o encuadrar personajes en el tiempo narrativo y no hay mucha gente que sepa hacer eso. En cualquier caso he de decir que es posible que este hecho se me hubiera pasado por alto si no fuera por Jordie Bellaire, que se encarga de realzar este hecho con su paleta muy tendente en este cómic a los colores pastel, que aumentan esa sensación de espacio blanco.

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Completa el equipo Fonografiks y si menciono al rotulista cuando no es habitual que lo hagamos en estas reseñas es porque hasta este aspecto contribuye a crear ese ambiente de ir resolviendo enigmas , por ejemplo, cuando descubramos por qué la voz en voz tiene una tipografía distinta.

Sólo espero que, pese a lo apabullante de la dosis de información, los lectores le den una oportunidad o se estarán perdiendo una de las mejores series que se publican en la actualidad