Es la hora de las tortas!!!

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Reseña de cine – Los Mundos de Coraline (3D)

LOS MUNDOS DE CORALINE
Título original: Coraline
Año: 2009
Director: Henry Selick
Productor: Bill Mechanic, Mary Sandell, Claire Jennings, Henry Selick
Duración: 01:41:00
Estreno: viernes 14 agosto 2009
Género: Animación
País: EE.UU.
Distribuidora: Universal
Sinopsis:
Cuenta la historia de una joven que abre una puerta secreta en su nueva casa y descubre una segunda versión de su vida. A primera vista, la realidad paralela es curiosamente parecida a su vida de verdad, aunque mucho mejor. Pero cuando su increíble y maravillosa aventura empieza a tomar un cariz peligroso y su otra madre intenta mantenerla a su lado para siempre, Coraline deberá recurrir a su determinación y coraje, a la ayuda de los vecinos y a un gato negro con el don del habla para salvar a sus auténticos padres, a unos niños fantasmas y regresar a casa.

Sería muy fácil decir que Los Mundos de Coraline es un cuento de terror para niños con moraleja incluida. Sería muy fácil decir que es la típica historia de “niña que ve cosas en una casa encantada y sus padres no le creen”. Sería muy fácil decir que es el relato iniciático del difícil paso de la infancia a la adolescencia. Pero es que Los Mundos de Coraline no es nada más que eso. Muy bien animado, eso sí.


Coraline acaba de mudarse con sus padres a una vieja casa en el campo. Sus padres trabajan todo el día, afuera llueve y ella se aburre soberanamente. Así que para distraerse su padre le propone contar todo lo que vea en la casa: cuántas ventanas, cuántas puertas, cuántas lámparas… Pero Coraline descubre una puerta oculta tras el papel pintado. Dicha puerta transporta a Coraline a un mundo paralelo donde la casa no parece tan vieja, sus padres no trabajan, juegan con ella… ¡y cocinan de verdad! Pero Coraline sabe que ésa no es su casa, ésos no son sus padres y la comida es demasiado buena para ser de verdad. Es lo que siempre había soñado pero, ¿será capaz de dejarlo todo atrás por esa vida tan… interesante?

Coraline es un relato de terror. Vale, es un terror para niños, que puede gustar a los adultos (mira, como ha pasado con Harry Potter). Por tanto, es inprescindible que su adaptación al cine dé miedo. De lo contrario, se hubiera quedado en una simple historia fantástica infantil.

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Henry Selick, director de la maravillosa Pesadilla Antes de Navidad, ha llevado a la pantalla la novela de Neil Gaiman, que ya había sido adaptada al cómic por P. Craig Russell. Y ha decidido hacerlo rodando muñecos en stop-motion, que es lo que parece que se le da mejor (como en Pesadilla… o en James y el Melocotón Gigante).

Los personajes caricaturizados y la animación contribuyen a minimizar el factor aterrador del relato original, y hace que la película sea más “digerible” por el público infantil. Si hacen lo mismo con actores de verdad, no creo que ningún padre lleve a sus retoños a verla.

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Y uno no sabe si esto de la animación es algo bueno o malo para la película. Porque vale que dé menos miedo (aunque lo da, porque hay momentos en que uno lo pasó mal en la butaca), pero por otro lado la animación de Selick es tan maravillosa, su ambientación tan lograda, sus personajes tan adorables, que dan ganas de dejarse arrastrar a ese mundo de fantasía y permanecer eternamente en él.

Como decía al principio, Coraline no se aleja mucho de otras historias de casa encantadas con niños que ven cosas, como Poltergeist o El Sexto Sentido, o de el tierno infante con un traumático despertar a la adolescencia, como El Imperio del Sol o Dentro del Laberinto, con la que los paralelismos son más que evidentes.

Ver la película en pantalla de cine y con las gafas 3-D proporciona una sensación curiosa. No es que esta película gane mucho con este efecto tridimensional (aún he de ver Star Wars en 3-D para apreciar el asalto a la Estrella de la Muerte en todo su esplendor), pero tiene momentos destacables.

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Lo que sí es aberrante es el odioso doblaje de los protagonistas. Por muy profesionales que sean, no puedo creerme a una preadolescente hablando con el timbre y el aplomo de una veinteañera. Si tenéis la ocasión, ved la película en versión original.