Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Reseña de Conan / Red Sonja

Reseña de Conan / Red Sonja
Guion
Gail Simone y Jim Zub
Dibujo
Dan Panosian y Randy Green
Tinta
Dan Panosian y Rick Ketcham
Color
Dave Stewart
Formato
Cartoné. 104 páginas. Color.
Precio
14,95€
Editorial
Planeta Cómic. . 2017
Edición original
Conan Red Sonja #1-4 USA. Dark Horse/Dynamite

He de confesar que no soy un fan ferviente de Conan. He podido picotear partes de las etapas de John Buscema y Barry W. Smith con Roy Thomas en Marvel e incluso el principio de su etapa en Dark Horse con Kurt Busiek y Cary Nord. Menos aún conozco de Red Sonja, personaje de suerte más bien errática en nuestro país. Así que cuando vendían este cómic como el idóneo para acercarse a ambos, me decidí a curiosear.

Los autores a priori prometían. Ya conocemos a Gail Simone, conocida sobre todo por traer un feminismo bien entendido al masculinizado mundo de los superhéroes con etapas bastante memorables en Birds of Prey o Wonder Woman. Un poco menos conocido es Jim Zub, un guionista pujante con dos obras aún inéditas en España con bastante buenas críticas como son Skullkickers y Wayward. Últimamente parece haber encontrado su hueco en Uncanny Avengers de Marvel con un resultado bastante satisfactorio. Si vamos a los dibujos tenemos a Dan Panosian, quien tuviera unos comienzos borrascosos como clon de Rob Liefeld en los 90, pero al que habíamos podido ver en los últimos años en bastantes portadas con un cambio de estilo y una capacidad compositiva bastante interesante. Menos atractivo, por otro lado, se antoja Randy Green, un dibujante forjado en los fuegos de la editorial Top Cow, con todo lo que eso conlleva, pero con tres de cuatro, el tebeo no pintaba mal.

En Conan/Red Sonja asistimos a tres encuentros en distintos momentos en la vida del bárbaro cimmerio y la diablesa hyrkania, todos ellos con el hilo conductor de la raíz sangrienta, una misteriosa planta que acaba a su paso con todo y con todos. Tras todo esta intriga acechará un viejo enemigo de Conan.

El resultado es un cómic que comienza muy bien y poco a poco va perdiendo lo que le hace interesante. Tras un primer encuentro donde se conocen las versiones más jóvenes y temerarias de los protagonistas, el resto de encuentros van sumiéndose en una trama macguffin sin demasiado atractivo. Mientras la historia funciona sin pretensiones, del modo más lúdico y desenfadado, fluye y entretiene con un Conan quizá incluso un pelín más socarrón de la cuenta y una Sonja que sabe ponerse en su sitio y llevar la iniciativa del dúo.

Es también en este primer número donde vemos a un Dan Panosian en forma, con un estilo suelto, personal y con mucha energía, pero casi como sincronizado con el guión, comienza a descuidar su trabajo en un segundo número ambientado en la época de Conan y Belit en la que la historia también se va oscureciendo.

El declive de Panosian, poco acostumbrado a los ritmos mensuales, termina en su sustitución por Randy Green, un dibujante de la escuela de la vieja Image que termina por convertir un cómic relativamente sólido en el típico crossover entre editoriales. Los textos de Simone y Zub, imitando la prosa de Robert E. Howard, tratan infructuosamente de imprimir una épica que no se corresponde con lo que vemos, dejando como fruto una afectación embustera. No hay química. Entre Conan y Sonja debería haber camaradería o tensión sexual o cierta competencia rival… todo eso trata de estar en esta historia y fracasa. Incluso el elemento lovecraftiano-howardiano está ahí, pero sufre del mismo mal que el resto del tebeo, queda aislado y carente de alma.

Si hay, no obstante, un profesional que destaca por su solidez y versatilidad en este Conan/Red Sonja es el colorista Dave Stewart, que no sólo se mantiene en alto durante los cuatro números, sino que es capaz de cambiar su técnica y su paleta con cada dibujante sin que la historia pierda coherencia.

Por lo demás, este Conan/Red Sonja puede tener todos los ingredientes que debería tener un cruce entre ambos personajes, pero ninguno termina de funcionar ni entre ellos ni por sí solos. Un buen arranque y una buena idea que termina naufragando.