Decíamos en la reseña de Camino a la Perdición que Max Allan Collins había escrito una secuela de la historia. Y esa información no era del todo correcta. En primer lugar porque lo que escribió fueron varias historias a modo de especiales de 100 páginas, pero que solo eran secuelas en el sentido de estar editadas posteriormente, pero realmente la historia que cuentan son aventuras que podrían haber sido incluidas dentro de la historia original. Ahora ECC recopila en un solo tomo las tres historias que se editaron bajo los títulos Oasis, Santuario y Desvío que se editaron de manera independiente para dar más volumen a una obra que se tuvo que realizar de manera precipitada ante el cierre del sello Paradox Press.
Los prólogos tanto de este como del anterior tomo del propio Collins son extraordinariamente explicativos. Collins no se corta un pelo en detallar cómo sus planes se iban viendo frustrados por el antojo del editor de turno o por los devenires de un sello de la editorial que obligaba a acelerar los planes del autor. Así cuenta cómo tenía planificado toda una saga a lo El Lobo Solitario y su Cachorro, saga en la que está explícitamente inspirada. Pero el final de la obra se vio precipitado y el autor se quedó con ganas de contar más historias. Ante el éxito de la obra original, desde la editorial vieron con buenos ojos sacar más historias, pero en lugar de contar la historia que tenía en mente Collins de contar el paso de Michael Jr a la edad adulta y completar su venganza contra la mafia, decidieron que sería mejor contar algunas historias que tuvieran lugar entre algunos de los diferentes atracos a los bancos donde Al Capone tenía depositado su dinero, cuando intentaba presionarlo para que dejara de proteger a Connor Looney.
Por tanto estas historias tienen lugar durante esos diferentes atracos, con la peculiaridad de que a pesar de ser historias independientes y bien distintas, va introduciendo nuevos personajes y va usando esos personajes como punto fundamental en las siguientes historias.
En Oasis vamos a ver cómo los O’Sullivan intentan buscar protección en casa de una vieja amiga de la familia, mientras los cazadores de recompensas conocidos como «los dos Jacks» intentan buscarles. En Santuario veremos cómo los dos Jacks siguen tras los O’Sullivan con el obstáculo de un delincuente que tiene cuentas pendientes con los cazarrecompensas. Por último en Desvío, tenemos una historia en la que Connor escapa de su protección para intentar acabar personalmente con Michael O’Sullivan. Una vez más, veremos involucrados a los cazarrecompensas.
Los tres especiales son independientes, pero al dar protagonismo recurrente a una serie de personajes que no habían aparecido hasta ahora, se puede entender como una historia única que tiene lugar en medio de los hechos vistos en el primer tomo. Y ese es el principal problema que le veo a la historia. Haya podido o no contar los hechos como él quería, la historia es la que se vio publicada y comercializada. El lector se ha subido a ese carro, y leer una historia que tiene lugar en medio, con todos los inconvenientes que ello conlleva, puede bajar el disfrute de una obra que de por sí atesora bastante calidad. Pero como comprenderéis, la última historia en la que Connor escapa, cuando ya sabemos que no va a pasarle nada ni a él ni a los O’Sullivan… pierde interés, porque no tememos por la salud de ninguno de ellos en ningún momento.
El dibujo ya no corre a cargo de Richard Piers Rayner, sino que los dibujantes responsables serán Jose Luis García López (Superman, Detective Comics) en la primera y tercera historias, y de Steve Lieber (Whiteout) en la segunda. El entintado corre a cargo de Josef Rubenstein en la primera historia mientras que Steve Lieber se entinta su historia y la tercera del dibujante español. Un dibujo fabuloso (especialmente el de García-López, debilidad personal) y que le sienta genial a la historia, aunque se echa de menos a Rayner después de su fantástico trabajo en la miniserie original.
En definitiva, Camino a la Perdición 2: En la carretera.
Una obra que se puede disfrutar mucho entendiéndola como lo que es, una profundización del universo creado en la miniserie original. Es muy curioso leer los entresijos editoriales a cargo de Collins en la introducción, alguien que se muestra proveniente de un mundo tan diferente como el de la literatura convencional, y con un ego del tamaño del estado de Illinois, donde transcurre la acción… Y es que Collins está acostumbrado a esas series de novelas donde un relato como este, que cuenta algo anterior o entre otras dos obras es lo más normal del mundo, pero para el lector de cómic se hace un poco raro, porque no estamos hablando de una larga serie regular o de una obra enrevesada y con muchos recovecos. Si se hubiese editado cronológicamente, sin duda habría sido mucho más disfrutable, pero solo hay que pensar que si la otra obra funcionaba sin esta parte y no quedaba acelerada ni coja… es fácil entender que es una obra que no aporta gran cosa a la historia general. No obstante, es tremendamente disfrutable para cualquier amante del género negro y para cualquier admirador de la obra de García López y/o Steve Lieber.
ECC Ediciones ha editado este tomo conteniendo los tres especiales en un formato similar al de la serie original, en un tomo cartoné con papel de alto gramaje en blanco y negro, con 304 páginas a un precio de 27,50€.
Lo mejor: García López. Algunos personajes secundarios como Queenie, de la cual habría gustado saber algo más.
Lo peor: Ser una historia que no aporta absolutamente nada a la original, y es solo un caramelo para los que la echamos de menos.
Para los que se quedaron con ganas de más de la serie original. Para fans de Jose Luis García López. Para amantes del buen género negro.