Marc Spector lleva años luchando contra el crimen… ¿seguro? Después de despertarse en un manicomio, toda su vida es puesta en cuestión. Algo va mal, pero quizás sea el propio Caballero Luna. Jeff Lemire y la nueva estrella Greg Smallwood van a poner en duda todo lo que sabes sobre este héroe.
Decepcionante. Es la única palabra con la que puedo definir este arco argumental de Jeff Lemire para el nuevo volumen de Caballero Luna. ¿De verdad hacía falta un nuevo volumen y una renumeración para esto? ¡Pero si continúa donde lo dejó el anterior guionista!
El Caballero Luna se ha convertido en la putita de Marvel. Vale que nunca ha sido un personaje de primera fila, pero cuenta con una base de seguidores (entre los que me enorgullezco de estar) que se merecen algo mejor que lo que le está pasando en los últimos años. La serie del Caballero Luna está, como bien dice Bruno Orive en el prólogo, siguiendo el modelo de Legends of the Dark Knight, en el sentido de que cada arco argumental está elaborado por un equipo creativo diferente que trata de dejar su impronta en el personaje. El problema está en que se está poniendo el acento demasiado en la personalidad disociada de Marc Spector, y menos en sus andanzas superheroicas. Y vale, un poco de introspección del personaje de vez en cuando no viene mal, pero cuando toda la serie se está enfocando en lo chiflado que está, está claro que no vamos a acabar bien.
Estos cinco primeros números del octavo volumen de la serie regular nos presentan a Marc Spector ingresado en un centro psiquiátrico de los de antes: con sus celadores que golpean a los internos, sus terapias de electroshock, sus duchas frías… Ninguna sabemos cómo ha llegado a parar ahí, pero lo que le quieren hacer creer es que ingresó huérfano con 12 años, y lleva ahí desde entonces. Por tanto, el Caballero Luna no es más que un producto de su imaginación. Durante el resto del arco Marc intentará escapar del manicomio acompañado de sus antiguos amigos Crawley, Gina, Frenchie y Marlene, ¡que también están ingresados! Para colmo, el mundo exterior ha tomado la forma de un protoEgipto faraónico, con sus pirámides, sus tormentas de arena… y sus dioses campando a sus anchas.
Lo que podría haber sido un excelente whodunnit (¿por qué está nuestro héroe encerrado? ¿quién le ha metido ahí y por qué?) se alarga hasta la extenuación redundando en la fragilidad de la cordura de Spector, sus visiones y sus intentos de escapar. Algo que se podría haber resuelto en dos o tres números, dejando espacio para el enfrentamiento con el villano y la resolución del enigma, se queda en una trama que sobrevuela constantemente los mismos lugares comunes de los últimos años: que Marc Spector ha perdido definitivamente la cabeza.
Atrás quedan las excelentes ideas con las que llegaron Warren Ellis y Brian Wood, que nos presentaron al Señor Luna y a un Khonshu más inquietante que nunca. Jeff Lemire tira por el camino fácil y nos da una clase magistral de decompressive storytelling y de vacuidad con un guion muy por debajo de lo que se puede esperar de él. Y eso que en esta casa somos muy de Lemire, como atestiguan nuestras reseñas de sus Green Arrow y Ojo de Halcón. Y ya en 2011 nuestro compañero Laintxo le dedicó un artículo, describiéndole como una estrella en alza.
Nada malo podemos decir, por el contrario, del dibujo de Greg Smallwood. El dibujante, que ya colaboró con Brian Wood en el segundo arco argumental del volumen 7, presenta un dibujo tan realista como sucio, con grandes manchas y masas de tinta negra que contrastan a la perfección con esas batas blancas de hospital y ese traje de Señor Luna blanco inmaculado, casi sin detalles. Impresionante es también el color de Jordie Bellaire, tanto en las escenas del interior del centro psiquiátrico como en las más oníricas.
Este Bienvenido a Nuevo Egipto, publicado por Panini, no es, en absoluto, la mejor etapa de Caballero Luna. De hecho, de no ser por el maravilloso dibujo de Smallwood, estaría a la altura de ese engendro noventero llamado Muerte en la Familia, obra de Terry Kavanagh y Stephen Platt. Está claro que Marvel no sabe qué hacer con el personaje, y mientras esto siga así, los fans preferimos que no hagan nada con él. Que lo dejen en el limbo hasta que algún guionista con suficiente talento sepa darle las historias que se merece. El siguiente arco (iniciado en noviembre de este año y que finalizará en febrero de 2017) es obra del mismo equipo de autores. Esperamos que hagan algo mejor con él.
Y, de regalo, esta infografía que hizo Laintxo hace unos años, con la evolución gráfica del personaje.