BATWOMAN

Guión: Greg Rucka

Dibujo: J.H. Williams, Jock, Scott Kolins

Edición Original: Detective Comics 854-863 USA

Formato: Tomo. 224 páginas.

Precio: 22 €

Editorial: Planeta de Agostini

Volvió Batwoman de la Edad de Plata al calor de las últimas Crisis Infinitas para llenar el hueco simbólico dejado por Batman. Detective Comics como hogar temporal, recopilado por Planeta para calentar este otoño superheroico (DC) donde ya nada parece sorprendernos –exceptuando, quizás, Grant Morrison y Gail Simone en Batman y Robin y Secret Six, respectivamente-.

El tomo que nos ocupa recoge los orígenes de esta nueva versión de la superheroína a la espera de una serie regular que le dé cobijo. Condicionada por la presencia de su inspirador tan solo en el último arco argumental, esta publicación titulada sencillamente Batwoman es una auténtica aventura para los sentidos y un descubrimiento para los que insistimos en relatos mass media que beban de los márgenes.

Greg Rucka y J.H. Williams presentan un cuento de sectas y líderes del crimen (La Biblia del Crimen) como excusa para introducirnos en una partida de ajedrez donde la Reina Roja tiene mucho que descubrir de la Reina Blanca, y viceversa; un juego de espejos fabulosamente representado por J. H. Williams -y que remite a sus mejores páginas de Promethea– donde la lucha entre heroína y némesis detonará un racimo de recuerdos capitales para entender las motivaciones de nuestra protagonista: Con el famoso cuento de Lewis Carrol como guía, la villana Alicia se dedicará a hacer caer por la madriguera a una Kate Kane en estado de transición. ¿Metáfora psicoanalítica? Mucho más que eso.

El excepcional hallazgo de este cómic trasciende el juego especular planteado por sus autores; el milagro es su protagonista -pelirroja, lesbiana, judía-, una post-mujer cuya educación castrense, traumas de infancia y figura paterna darán forma a un igual en femenino para Batman. El romance queda descartado, dando cabida así a la oportunidad de otras formas de relación entre compañeros de oficio; es así como la tradicional relación de dependencia con el Hombre-Murciélago es sustituida por un principio paternalista que se diluirá conforme Kane pruebe que no necesita permisos de nadie para ser Batwoman.

Batwoman “es guapa, es sexy y tiene sentido del humor”. Descarta los tacones para perseguir a los malos y luce los colores de la guerra según dicta la Cábala. Apasionada. Inteligente. Descarada. Creedme, la vida sin hombres nunca fue tan interesante.