Qué decir a estas alturas sobre Astro City que no se haya dicho ya. La serie de Kurt Busiek y Brent Anderson que cuando empezó a publicarse a mediados de los noventa a muchos nos devolvió la ilusión por leer tebeos de superhéroes. Un tebeo que transmitía amor y pasión por el género en su forma más clásica, pero que a la vez sabía presentarnos algo nuevo. Más de veinte años después, con sus inevitables altos y bajos, la serie sigue transmitiendo esos sentimientos y permanece como cita en mi opinión obligatoria para los aficionados a las capas y la licra.
ECC continúa recuperando el material más antiguo de la serie mientras en paralelo nos trae los números más recientes de Astro City. El tomo que nos ocupa hoy, Estrellas resplandecientes, corresponde al primer caso (el material había sido publicado por primera vez en nuestro país de la mano de Norma), recopilando cuatro miniseries aparecidas entre los años 2006 y 2010. Veamos pues que nos ofrecen Busiek y compañía en este tomo.
Astro City: Estrellas resplandecientes
En Estrellas resplandecientes nos encontramos con cuatro historias cortas protagonizadas por algunos de los héroes más conocidos del universo de Astro City. La primera de ellas, «El águila y la montaña» (publicada originalmente en 2006), está dedicada a Samaritano y a uno de sus grandes archienemigos, el Infiel. En una cena entre los dos, costumbre anual que deciden establecer cuando se dan cuenta de que ninguno podrá nunca vencer al otro, a través de flashbacks descubrimos la historia de este villano y la relación que establece con Samaritano a lo largo de sus encuentros. Una historia en la que vemos a dos enemigos que se respetan y temen a partes iguales, encerrados en un eterno ciclo de enfrentamientos. De fondo sobrevuela la idea de que héroe y villano tal vez no sean tan diferentes y que sólo sus distintas circunstancias vitales los han convertido en enemigos.
La segunda historia, «Sus oscuras raíces de plástico» (2008), la protagoniza Bonita, esa robot miembro de la Guardia de Honor con aspecto de muñeca Barbie. Nos encontramos aquí un relato muy conmovedor, en el que el personaje intenta desentrañar sus orígenes y encontrar su lugar en el mundo. Es una historia con muchos toques que recuerdan a Frankenstein. Si en la novela de Shelley era la deformidad del monstruo lo que lo convertía en un paria, aquí es la belleza artificial de Bonita la que la aísla del mundo. Una buena reflexión sobre la importancia de la responsabilidad del creador sobre su creación, y lo que su ausencia puede provocar.
En la tercera, «Día de graduación», nos encontramos con Astra, la benjamín del grupo de superhéroes La Primera Familia. Este es un personaje que hemos visto crecer en las páginas de Astro City y con esta historia, publicada originalmente en el año 2009, llegamos a su noche de graduación del instituto. Acompañaremos a Astra y a su novio por distintos lugares, desde los más cotidianos hasta los más increíbles, y veremos lo complicado que resulta ser la pareja de una celebridad. Un relato con un punto algo amargo, pero en el que Busiek muestra la gran imaginación que tiene a la hora de plantear escenarios de fantasía para sus personajes, con un montón de ideas de ciencia ficción muy locas.
Cuando en los inicios de la serie vimos por primera vez esa estatua del Agente de Plata con la leyenda «Para nuestra eterna vergüenza», todos supimos que ahí había una historia digna de ser contada. Pero tuvimos que esperar más de una década hasta que Busiek se decidiera a contárnosla. Fue finalmente en la última historia que recoge este Estrellas resplandecientes, «Servir y proteger» (2010), donde descubrimos los orígenes del Agente de Plata y todo lo que se escondía detrás de esa estatua. En esta miniserie de dos números Busiek consigue dar un magnífico repaso a la historia del género superheroico, dando su particular visión a muchos de sus clichés, a la vez que nos cuenta no solo la propia historia del Agente de Plata, sino de las esencias del propio universo de Astro City y cómo ambos están profundamente entrelazados. Una gran historia con un tono épico digno de ese misterioso personaje.
A pesar de recopilar historias independientes, en este tomo nos encontramos algunos temas recurrentes. Las tres primeras historias protagonizadas por Samaritano, Bonita y Astra tienen ese tono costumbrista típico de Astro City. Aunque es un universo puramente superheroico, las grandes aventuras y escenarios de fantasía sirven como telón de fondo para contar pequeñas historias íntimas donde los sentimientos de los personajes son lo realmente importante.
Todas estas historias tienen un tono algo triste, melancólico. El desengaño, la decepción, la imposibilidad de luchar contra tu propio destino son ideas que se repiten en todas ellas. Y a su vez, el sentimiento de la maravilla y de tener al alcance un mundo más grande que el conformado por nuestras pequeñas miserias cotidianas también está ahí. Una combinación de sentimientos que no es la primera vez que nos encontramos en Astro City, y por eso es una serie tan grande.
Respecto a la labor de Brent Anderson al dibujo, pues excelente como casi siempre. Sin alardes (que tampoco necesita), es capaz de contarnos de modo impecable todo lo que Busiek propone, desde los momentos más banales hasta los escenarios más fantásticos y disparatados que se puedan imaginar. Todo ello manteniéndose fiel al estilo gráfico planteado desde los inicios de Astro City. Y para poner la guinda, no podían fallar las estupendas portadas de Alex Ross, dándonos su interpretación de los héroes de Astro City.
En resumen, en este tomo nos encontramos dos buenas historias, la de Astra y la de Samaritano, y dos excelentes, la de Bonita y el Agente de Plata. En especial esta última es de obligatoria lectura para todos los fans de la serie, pues se explican cosas importantes sobre la historia de Astro City. Este Estrellas resplandecientes es por tanto uno de los imprescindibles de la serie. No os lo perdáis.
—¿Estás listo para reformarte?
¿Para poner tu intelecto al servicio de la humanidad?
—No, este año creo que no.