100% Marvel. Ojo de Halcón 4 – Wunderkammer
Jeff Lemire y Ramón Pérez
Libro con solapas. 120 páginas.
ISBN: 9788490945070
Fecha de venta: 03/2016
11.50 EUR
Contiene All-New Hawkeye 1-5 USA
¡Nueva etapa, nuevo equipo creativo, mismos arqueros! Con Kate Bishop de nuevo a su lado, Ojo de Halcón se lanza a una nueva aventura en la que chocan pasado y presente. Kate y Clint pondrán en duda todo lo que significa ser Ojo de Halcón.
Hace un par de años, Marvel se marcó un tanto al confiar a Matt Fraction y David Aja la nueva serie regular de Ojo de Halcón. Un personaje secundario, un vengador de toda la vida, pero que no había hecho sino dar tumbos de un lado de otro del Universo Marvel (y de Estados Unidos, hasta la Costa Oeste) hasta que Bendis se lo cargó junto con Scott Lang en su Vengadores: Desunidos. Afortunadamente, y como suele ocurrir en los cómics, dichas muertes no fueron permanentes, y ambos superhéroes vuelven a estar vivitos y coleando.
Y, curiosamente, ambos resultan personajes más interesantes de lo que eran antes de morir. Concretamente, Ojo de Halcón era ese héroe resentido, antiguo villano reconvertido, que creía poder ser mejor líder que el mismísimo Capitán América. Carente de superpoderes, al contrario que la mayoría de sus compañeros Vengadores, sentía esa constante necesidad de demostrarse a sí mismo y a los demás que era igual de bueno que ellos. De ahí su actitud chulesca, su bravuconería, sus «no me impresionan tus superpoderes, tengo un arco y una flecha y sé cómo usarlos».
Y de repente, Clint Barton está viviendo en un edificio ruinoso sin más compañía que un perro amante de la pizza y una sidekick adolescente con ínfulas de vengadora. Parece que Barton ha encontrado su lugar en el mundo, rodeado de sus vecinos, gente corriente, de la calle, humilde, que se ayudan unos a otros, y él a todos los demás. Así transcurrió el Volumen 4 de la serie de Ojo de Halcón, que desemboca en All-New Hawkeye. Por fortuna, de All-New tiene más bien poco, por no decir nada. Es el mismo Clint Barton, continuando la historia donde acabó el anterior tomo, pero eso sí, con un nuevo equipo artístico.
Jeff Lemire y Ramón Pérez toman el relevo de Fraction y Aja, manteniendo el espíritu y el estilo de dibujo de sus predecesores, para que la transición resulte poco traumática. Es decir, venimos de una serie que ha ganado multitud de premios, y que contaba con el respaldo de la crítica y el publico. Si algo funciona, ¿por qué cambiarlo? De manera que Lemire y Pérez evitan cambios drásticos en el personaje y la ambientación: Clint sigue siendo un desastre de tío, cubierto de vendas y tiritas, pero adorable al fin y al cabo, que vive en un apartamento de un edificio que se cae a pedazos sin más compañía que su perro Fortu y de alguna exnovia que viene a ayudar / echar la bronca de vez en cuando.
En este primer arco argumental de la nueva serie, los Ojos de Halcón (Clint y Katie) se infiltran en una base de HYDRA a petición de SHIELD para recuperar unas poderosas armas secretas. Lo que no sabían es que esas armas secretas son en realidad tres niños pequeños con rasgos desfigurados y grandes poderes telequinéticos. ¿Habéis leído / visto Akira? Pues parece que Jeff Lemire también. El problema viene cuando, tras sacarlos de la base, Katie decide que no es bueno que SHIELD tenga control sobre esos niños y se los lleva a casa. Y Clint está de acuerdo. Y, lo que es más grave, la mismísima Maria Hill también. ¿Por qué permite Hill que esas poderosísimas criaturas escapen del control de SHIELD para irse con un irresponsable como Clint Barton? Sólo Lemire lo sabe. Y que me lo explique, si es tan amable.
Como sabe que esta historia no da para cinco números, Lemire la intercala con varios flashbacks en que nos cuenta cómo los pequeños hermanos Barton (Clint y Barney) escapan de su último hogar de acogida y se enrolan en un circo, donde el Espadachín original enseñará a Clint a manejar el arco y la espada y le pondrá su apodo de «Ojo de Halcón». Como origen secreto del personaje no está nada mal, y nos pone en la pista de por qué nuestro arquero morado favorito empezó como delincuente. Pero donde realmente nos tenemos que quitar el sombrero es ante el dibujo de Ramón Pérez, quien más que dibujar ilustra estos retales del pasado con un estilo pictórico, apoyado por el color psicodélico de Ian Herring. Atención a las últimas páginas del tomo, que nos trasladan directamente al futuro del personaje, que ya conocimos en El Viejo Logan. ¡Próximamente, El Viejo Barton!
Lemire y Pérez, como hemos dicho anteriormente, mantienen el estilo del volumen anterior que tan buenas críticas cosechó, pero aún están cogiéndole el ritmo a la serie y al personaje. Esperamos que en el futuro vayan yendo cada vez a mejor, porque es un personaje que, en buenas manos, ha demostrado que puede dar mucho juego.