Gabriel Hernández Walta estudió Bellas Artes en Granada, dedicándose al terminar la carrera a la pintura y la ilustración infantil.

Tras recibir el premio de cómic del INJUVE en 2002, decide dedicarse profesionalmente al dibujo de historietas, comenzando entonces una serie de trabajos para la editorial estadounidense IDW Publishing, entre los que destacan “Clive Barker´s The Thief of Always” (publicado en España por Norma como “El Ladrón de Días”), “The Veil” (publicado como “El Velo” por DIBBUKS) y “The Suicide Forest” (publicado como “El Bosque de los Suicidas” por DIBBUKS), éstos dos ultimos con guión de El Torres.

También ha realizado el guión y el dibujo de “The Werewolf of Fever Swamp“, para la editorial SCHOLASTIC, trabajos para VERTIGO y varias historias cortas y el one-shot “X-Club: Smoke and Blood” para MARVEL.

La portada elegida por Gabriel ha sido el clásico de Bill Sienkiewicz, Elektra Assassin 1:

Y aquí tenemos su versión (pinchad para ver la portada en todo su esplendor):

1) ¿Por qué has elegido esta portada? ¿Qué significa para ti?

Bill Sienkiewicz ha sido mi autor preferido durante mucho tiempo y, además, esta portada en concreto me recuerda a la época en que empecé a leer unos tebeos completamente diferentes a los que estaba acostumbrado: Watchmen, Ronin, etc…

2) ¿Qué cómics eran los que leías cuando eras niño? ¿Cuáles eran tus favoritos y cuáles no te gustaban nada?

La verdad es que leía todos los tebeos que caían en mis manos, tanto los de superhéroes como los Mortadelo y Filemón, Astérix, Tintín…no recuerdo ninguno que aborreciera especialmente.

3) ¿Has regalado últimamente un cómic a un niño? Si es así, ¿cuál? ¿Le gustó?

El último cómic que le regalé a mis hijas fue “Scary Godmother” de Jill Thompson, y les gustó mucho.

4) ¿Crees que las editoriales están haciendo suficientes esfuerzos para atraer a los lectores más jóvenes, o por el contrario se están concentrando en retener a los lectores actuales?

Entiendo que hoy en día los niños tienen una variedad mayor de ofertas de ocio de la que tuvimos nosotros, por lo que a las editoriales les resulta complicado apostar por captar nuevos lectores. Pero si queremos llegar algún día al nivel de países como Francia en cuanto a producción de tebeos, no hay más remedio que arriesgarse e intentar sacar al cómic de esa especie de “ghetto” en el que está hoy en día.