Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Regreso al Edén

Regreso al Edén
Guion
Paco Roca.
Dibujo
Paco Roca.
Formato
Cartoné, 176 págs, color. 24x17 cm.
Precio
18€.
Editorial
AStiberri. 2020.

Con Regreso al Edén , Paco Roca culmina la que se ha venido a llamar la «trilogía de la memoria», compuesta por Los surcos del azar , La casa  y ahora esta. Sinceramente, son obras con algunas temáticas en común, pero absolutamente independientes. Lo más importante que comparten todas es que utilizan la nostalgia y el recuerdo para remover las entrañas del lector… y vaya si lo consigue. Con esta obra, editada por Astiberri, Roca da un paso más, manteniendo esa querencia por el costumbrismo que tan bien se le da, pero aportando una serie de recursos gráficos y narrativos que aportan frescura y suponen, en mi opinión, una apreciable diferencia con las demás.

Y es que desde que abres esta preciosa edición apaisada, pesadilla de algunas bibliotecas particulares, aprecias que esta obra tiene algo distinto: Roca comienza utilizando todas las páginas de la obra y presentándolas a modo de visión general, con las miniaturas de cada una de ella, queriendo ilustrar que en el fondo los recuerdos son pequeños fragmentos que forman parte de un todo, y plantea una declaración de intenciones con lo que nos espera a continuación.


Regreso al Edén  cuenta la historia de su madre Antonia, y de cómo se aferra a una fotografía familiar que va a servir de pequeña guía para contar la historia de toda su familia. La fotografía da pie para presentarnos su infancia, cómo se llegó a realizar esa foto y por qué es tan importante para ella… pero a su vez es una excusa perfecta para ir presentando a los hermanos y madre de Antonia, que aparecen en la foto, y a los que no. Dichas historias, como nos anuncia desde el principio con esa declaración de intenciones que he comentado antes, va a componerse a partir de recuerdos, de fragmentos de la vida de cada uno de ellos, con pequeñas anécdotas o momentos fundamentales en sus vidas, y que sirven para darnos una visión aproximada de cómo eran ellos y sus personalidades. Con algunos profundiza más, con otros menos, pero en conjunto va formando un puzzle de personajes que sirve para conocer mejor a la madre del autor y de cómo fue su vida.

La potencia de esta obra radica en el maravilloso retrato de una época, para algunos, muy lejana, y que cada vez resulta más incomprensible para los jóvenes: Roca retrata una España de la posguerra, con hambre, dificultades, una sociedad machista en la que la mujer tenía poco que aportar salvo para hacer la comida o cuidar hijos, con una violencia familiar aceptada socialmente en algunos casos y donde los niños, a pesar de todo, podían llegar a ser felices… o al menos no tener una percepción de sufrimiento existencial. Y lo que más me ha cautivado es la sutileza con la que lo retrata todo: Estamos acostumbrados a leer relatos ambientados en la pobreza extrema o situaciones de penuria en la que se pone la lupa sobre este tipo de situaciones para impactar más. Aquí queda todo a cargo del lector: aparece una hermana con el ojo morado, sin necesidad de ver cómo su marido le ha pegado; las situaciones de escasez de alimentos a la hora de comer son mostradas con muchísima delicadeza, no necesita mostrarnos a uno de los niños sufriendo por el hambre, sino que tiene mucha más fuerza mostrar el ayuno voluntario de la madre de los niños.


Pero aunque el autor se apoye en una selección exquisita de las escenas, sabiendo cómo llegar al corazón del lector, si hay algo que me ha gustado de esta obra es el aspecto gráfico, puesto que pienso que da un pequeño salto al vacío utilizando ciertos recursos que no le había visto hasta ahora y que ciertamente me han parecido sublimes. Sí es habitual ver cómo utiliza la viñeta para apoyar ciertas ideas, como acercar el punto de vista como con un zoom para mostrar la falta de espacio en una habitación, o una viñeta en blanco que muestra esa barrera invisible entre los miembros de la familia. Sin embargo, me ha sorprendido ese uso premeditado del formato horizontal en el que innova mostrando variaciones en el número y tamaño de viñetas para apoyar ciertos conceptos; o esa mezcla de viñetas en vertical y horizontal en cuanto al sentido de lectura. Teniendo en cuenta que Roca suele usar una narrativa muy estática y con un diseño de página bastante conservador… me ha sorprendido gratamente.

Tal vez sea un recurso al que ya estamos más familiarizado por verlo en otras obras, pero acierta también de pleno con el uso del color, utilizando un bitono para los flashbacks, de tonos sepias, verdosos y grisáceos que recuerdan a las fotografías antiguas; y a cada línea temporal le da su propio color, ayudando así al lector a saber en qué momento se ambienta cada escena. No por ello, deja de recurrir a otros colores cuando quiere destacar algo de la escena, o cuando sencillamente quiere transportar al lector, como un mero juego de una niña con sus muñecas.


En definitiva, Regreso al Edén  es una obra redonda, con la que Paco Roca sube un peldaño más de su leyenda, y compone una historia a base de recuerdos, de momentos y retrata una época marcada por la violencia, el hambre y la supervivencia sin necesidad de regodearse en la pena y la tristeza, sino que muestra cómo el ser humano es capaz de encontrar su felicidad en cualquier situación. Si con sus anteriores obras parecía que estaba llegando a su techo, con esta obra demuestra que todavía tiene muchos ases en la manga, y que disfruta experimentando con las infinitas posibilidades que tiene el cómic como medio narrativo. Deseando ver hasta dónde llega…

Lo mejor: El riesgo formal de la obra. Te retuerce el corazón como solo él sabe hacer. Un imprescindible recuerdo de lo dura que era la vida no hace tanto…

Lo peor: El tinte político de ciertas escenas… por innecesario, no aporta nada a la historia.