Planeta Cómic, en su afán de seguir innovando y presentando nuevas maneras de enfocar el cómic USA, se enorgullece de presentar un hito en el mercado español: una historia inédita protagonizada por Red Sonja, La Balada de la Diosa Roja, editada directamente en nuestro país con el beneplácito de Dynamite y Red Sonja LLC. Todo ello en un volumen repleto de extras sobre el proceso de creación de una obra tan especial, publicada en una edición de lujo y en glorioso blanco, negro y rojo.
Conocida como la diablesa de la espada, Red Sonja debutó en Marvel Comics en 1973 de la mano de dos genios, Roy Thomas y Barry Windsor-Smith, basándose en la Red Sonya creada por Robert E. Howard para una historia de 1934 no ambientada en la era hyborea, sino en la renacentista. La idea de Roy Thomas era crear una acompañante /amante para Conan, puesto que éste habría conocido a Belit, su gran amor, con alrededor de 20 años, y ya que en los cómics rondaba los 30, aún no se había presentado a Valeria. Sonja habría de ser, pues, un sidekick de transición, pero Thomas acabó descartando esta idea, y la convirtió en personaje recurrente, que sólo aparecería en ocasiones. La personalidad de Sonja ganó mucho peso con el paso del tiempo, gracias a su indómito coraje, su habilidad con la espada y el juramento que hizo de que no se entregaría a ningún hombre que no la hubiera vencido en combate. Muchos de los que leían las aventuras del personaje sin conocer su origen se preguntaban el origen de tal juramento. Para los que no lo conocimos en su momento, La Balada de la Diosa Roja es la ocasión perfecta.
El origen de Red Sonja fue narrado por primera vez en 1975, y hace referencia a cómo unos malhechores matan a sus padres y hermanos, queman su casa y violan a la joven Sonja de tan sólo 17 años. La diosa Scathach la dota de una invencible habilidad en el combate a condición de que sólo pueda yacer con un hombre que la haya derrotado en un combate justo. Este origen fue rebooteado por Gail Simone en 2014, eliminando la parte de la violación y lo sobrenatural, y adquiriendo Sonja sus habilidades al luchar en la arena tras ser esclavizada. Roy Thomas y nuestra leyenda del cómic Esteban Maroto (quien diseñó el icónico bikini metálico con el que desde entonces se asocia siempre a la diablesa) vuelven a contar su origen retomando la cruda escena de la violación (esta vez en grupo, y no sólo por el líder de la banda de malhechores), y la aparición de una entidad sobrenatural que le proporciona una nueva espada y una (escasa) armadura.
La idea de este cómic nació directamente de Planeta Cómic, y más concretamente del editor David Hernando, quien volvió a poner en contacto a Thomas y Maroto (que ya habían trabajado juntos, pero nunca se habían conocido en persona) para este cómic. Esta nueva colaboración entre las dos leyendas del noveno arte ha dado como origen La Balada de la Diosa Roja, un cómic en blanco y negro (con ocasionales toques de rojo que enfatizan algunas secciones de la obra) en gran formato y papel de muy buena calidad, de venta en exclusiva (por el momento) en nuestro país. Dividido en tres partes, el tomo se inicia en el castillo del despiadado rey Thallos, que ha amasado poder y fortuna, pero repentinamente se hace consciente de su propia mortalidad y del paso de los años. Ya no desea más poder, sino encontrar la fuente de la vida eterna. Una juglar, en su sala del trono, le canta una canción acerca de una joven guerrera que creció y se bañó en dicha fuente. Estas primeras páginas del cómic están dibujadas por Santi Casas (AK-47, Injustice: Gods Among Us), con un estilo más contemporáneo que el de Maroto, pero que sirve de eficaz contraste entre la Sonja presente, más madura y con cicatrices que delatan su pasado guerrero, y la jovencita inexperta del flashback dibujado por Maroto.
Pasamos entonces a la parte dibujada por Esteban Maroto (Las Crónicas de Atlantis, Los Mitos de Cthulhu, Nave Prisión), un autor curtido en los cómics de terror de la editorial estadounidense Warren que se prodigó también en el género de la fantasía, con ocasionales incursiones en el superheroico (Zatanna, Aquaman). Sus páginas están cargadas de la imaginería y el sutil erotismo de aquellos años 70, ambientes tenebrosos y magia que impregna las viñetas, sin artificios informáticos, sino obra tan sólo del lápiz y la tinta. Como muchos de los que se dejaron los dientes de leche con aquellos relatos de terror y fantasía, en el esplendor creativo de la era Toutain y Selecciones Ilustradas, Maroto rehúye la tableta digital y se arma sólo de papel y lápiz para contarnos una historia de inocencia perdida y venganza. Leer estas páginas es como retroceder 40 años y experimentar la lectura de una obra nueva con el estilo de aquella época, en lugar de leer reimpresiones o viejos tebeos de páginas amarillentas adquiridos en un mercadillo.
Cerramos el tomo con la continuación de la historia iniciada por Santi Casas, en la que Sonja irrumpe en el castillo del terrible rey Thallos, atraída por la llamada de la juglar /augur, y tiene lugar una escena que nos demuestra por qué a Sonja la llaman la diablesa de la espada. El estilo de Casas es más dinámico y detallado que el de Maroto, pero carente de su sutileza y su magia, lo que nos da un maravilloso contraste entre el vigor de la juventud y la sabiduría de la madurez. Un contraste que también se puede ver reflejado en los rasgos de Sonja, una niña en las páginas de Maroto, y una mujer curtida en las de Casas. Ambos autores, grandes en su estilo, se complementan a la perfección en ambas partes del relato.
Gracias a la gente de Planeta Comic por la idea de este volumen, que vuelve a reunir a estos dos grandes del cómic, con la inclusión del joven Casas, haciendo a éste partícipe también de una obra única. Un tomo de lujo imprescindible para los amantes del género fantástico y del personaje de Red Sonja, arquetipo ahora y siempre de la guerrera tan hermosa como mortal con la espada.