Primero llegó Radiant Black. Al poco tiempo fue el turno de Rogue Sun. Más tarde tuvimos un crossover en Super Massive y ahora es el turno de disfrutar de la serie regular de Radiant Red. Si me llegan a decir hace un par de años que iba a estar tan enganchado al nuevo universo de superhéroes creado por Kyle Higgins no me lo habría creído.
Radiant Red. Distintos poderes, distinto enfoque
Higgins es un guionista (además de dibujante y entintador, labores que abandonó debido a que sufre esclerosis) muy hábil. En el presente siglo se encargó de hacer despegar la franquicia de Power Rangers en la editorial Boom! Fue su etapa en este tokusatsu a la “americana” lo que despertó su gusanillo por las personas normales que un buen día adquieren poderes extraordinarios.
Por aquí ya hemos dado buena cuenta de las historias protagonizadas por Radiant Black. Ahora toca centrarnos en Satomi Sone, la Radiant Red que tuvimos ocasión de conocer en el sexto número de la serie original. Un prólogo en toda regla que Norma Editorial (emulando el original USA) ha incluído en este volumen junto a los primeros cinco números de su propia miniserie.
Lo primero que me gustaría aclarar es que si alguien quiere leer solo Radiant Red atraído por su protagonista femenina o por el espectacular dibujo de David Lafuente sin pasar por Radiant Black, no tiene de qué preocuparse. La historia planteada y escrita por Cherish Chen tiene la suficiente entidad propia para entenderse y disfrutarse por sí misma. Ahora bien, hay cameos, pequeños detalles (como la necesidad de los villanos de estar siempre “cerca” de los Radiants) que forman parte de este Universo compartido que se disfrutan más si tenemos toda la visión en su conjunto.
Chen nos regala a una protagonista que se resiste a ser incluída en el manido maniqueísmo del bien contra el mal. La portadora del Radiant Red está lejos de ser una heroína, pues usará sus habilidades de absorción y manipulación de energía con fines egoístas. No obstante, tampoco podemos calificarla de villana dadas las decisiones que va tomando según avanza la historia. A menudo leo comparaciones del Massive Universe con el Invencible de Robert Kirkman… Ok, puedo aceptar algunos puntos en común de Radiant Black con Mark Grayson. Sin embargo, Satomi es un personaje radicalmente opuesto.
En estas diferencias radica buena parte de la grandeza de Radiant Red, dando forma a la pregunta que mucha gente se ha hecho: ¿Que harías si tuvieras súper poderes?. Chen aborda la cuestión de manera “realista” y natural, mostrando cómo la adquisición de estos dones puede romper la cotidianidad de cualquiera, alterando su vida para siempre, suponiendo la solución para muchos problemas y la creación de otros tantos nuevos. Con esto, vuelve a quedar claro que lo importante en la serie no son los poderes, sino la persona que los porta y el uso que hace de los mismos.
En esencia, Radiant Red presenta a una protagonista con una moralidad diferente a la de Nathan o Marshall. Su manera de afrontar los problemas y su mente resolutiva hacen que este spin-off resulte más refrescante que la serie madre e incluso que sea superior en según qué aspectos.
Uno de estos aspectos es el dibujo. Me gusta mucho el arte de Marcelo Costa en Radiant Black o de Abel en Rogue Sun, pero lo que hace aquí David Lafuente es superior en todos los aspectos. Su salvaje narrativa en las escenas de acción, su elegante composición de página en las “tomas” más costumbristas, por no hablar del diseño de personajes, la riqueza en la variedad de expresiones faciales, el dinamismo que desprende cada plancha… En fin, todo. Para rematar, se entiende a las mil maravillas con su colorista Miquel Muerto, por lo que el resultado final no podría ser mejor.
Deseando estoy de que lleguen las siguientes entregas del Massive Universe, pues esto no hace más que mejorar. Por último, mencionar que la edición de Norma incluye una extensa galería de portadas alternativas como único contenido adicional.
