Es la hora de las tortas!!!

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Puta Madre, de Run y Neyef

Puta Madre, de Run y Neyef
Guion
Run
Dibujo
Neyef
Formato
Cartoné. 200 páginas a color 19,5 x 27,5 cm
Precio
28 EUR
Editorial
Dibbuks. 2019
Edición original
Mutafukaz' Puta Madre

Niland, California. En un pueblo de casas móviles en mitad del desierto y a pocos kilómetros de la frontera mexicana vive un niño de 12 años llamado Jesús, que comparte su existencia con su madre, un hermanastro y Spooky, un amigo imaginario que le incita a cometer actos violentos. Un día es acusado de matar a su hermanastro por celos y, para dar ejemplo, es juzgado como un adulto y condenado a pasar siete años en una de las cárceles más sangrientas de los Estados Unidos. Allí descubrirá cómo es el mundo carcelario y sus múltiples códigos.

Hay cómics que entran como una patada en las tripas, que te siguen pateando durante toda la lectura y que cuando acabas te susurran al oído «¿a que no ha sido para tanto?». Puta Madre es uno de esos cómics. A lo largo de sus 200 páginas somos testigos de la vida del joven Jesús, un niño de origen mexicano nacido en la ciudad de Niland, Caifornia, que por turbios motivos (que no revelaremos aquí) es juzgado y condenado por el asesinato de su hermano pequeño a 7 años de cárcel en una prisión normal en vez de en un reformatorio para menores. La ley estadounidense, desde mediados de los años 90, contempla que un menor acusado de un delito de sangre sea juzgado como un adulto. Y eso es lo que le ocurre al pequeño Jesús, que a los 12 años ve cómo habrá de pasar el resto de su infancia recluido en un penal con compañías… nada recomendables. Un hecho tan traumático como la separación de su familia hará que Jesús se vea obligado a buscar una nueva familia en su entorno más cercano. Y es así como se unirá a una mafia dentro de la cárcel, vivirá con un viejo soldado jubilado, se unirá a una peligrosa banda de moteros y finalmente a un clan de luchadores de wrestling mexicanos. Todo en busca de su sitio, de su gente, de su familia.

Jesús, pese al ser el protagonista de esta historia y a no ser un mal tipo, no es precisamente un héroe. Como cualquier persona, siente deseos de venganza, arrebatos violentos e impulsos criminales, pero la férrea educación recibida en la cárcel le impulsará a hacer siempre lo que parece más justo, aunque no siempre sea correcto. Jesús es un niño, y posteriormente un hombre, marcado física y espiritualmente. Ya en su primera ecografía en el vientre de su madre tenía el aspecto de un muerto, y la mancha negra en su nariz confiere a su cara el aspecto de una calavera. Sus tatuajes carcelarios en brazos y espalda y la marca de Caín tatuada en su frente le acompañarán y le recordarán siempre sus orígenes. Puede que sea esta marca de Caín la que le haya protegido y mantenido con vida durante todo este tiempo, pese a haberse visto involucrado en peleas ilegales, tiroteos e incendios. O puede que sea algo más poderoso que todo eso, llámese destino, justicia divina o mera suerte. El caso es que la azarosa vida de Jesús nos es relatada con todo lujo de detalles violentos, desde su cruda infancia en la cárcel hasta su redención como luchador de wrestling mexicano. La violencia le persigue donde quiera que va, y nunca encontrará la paz y la familia que perdió en su niñez.

puta madre

El guionista y editor del sello Label 619 Run (Doggy Bags) nos trae de nuevo una historia violenta como pocas, en su estilo realista basado en hechos y personas reales (en este caso se trata del joven Cristian Fernández). Incluye también un breve aunque interesante artículo sobre cómo el sistema judicial de EEUU trata a los menores de edad acusados de delitos de sangre. El debate está planteado, pero Run no toma partido ni a favor ni en contra, sino que se limita a contar su historia bajo la premisa de «así son las cosas», creando un personaje fuerte pero al mismo tiempo frágil, marcado por el abandono de su familia y su inocencia perdida. A Jesús le acompaña durante una breve etapa de su infancia un amigo imaginario llamado Spooky, un pequeño ser con cabeza en forma de calabaza de Halloween, que le incita a asesinar su hermanito, pero después de eso desaparece dejándole solo en la cárcel, sólo para aparecer años más tarde en forma de sueño. Lo que en un principio parece ser la historia de un niño con un trastorno esquizofrénico deja paso al relato vital de un luchador y un superviviente, alguien que busca su sitio en el mundo, pero que continuamente aleja de su lado a las personas a las que quiere para protegerlas.

El dibujante Neyef (Room 213 y D.O.A. Rampage, publicados respectivamente en los números 3 y 5 de Doggy Bags), era la elección perfecta para ilustrar esta descarnada historia de supervivencia y violencia cruda. Sangre, músculos y tatuajes pueblan estas páginas recubriendo a unos personajes que no dejan de ser un puñado de perdedores, por mucho poder que puedan acumular en la cárcel o en un club de moteros. Todos los personajes que aparecen en Puta Madre son, de un modo u otro, supervivientes, algunos con mayor fortuna que otros, pero ninguno de ellos se puede definir como un modelo moral a seguir. Esto se refleja en la representación feísta que hace Neyef de todos ellos con excepción de un par de protagonistas (Jesús y Lizzie, concretamente), pero también realiza una exquisita labor de ambientación con el interior de la cárcel, paisajes desérticos donde enterrar cadáveres y cuchitriles de medio pelo donde se aloja Jesús una vez abandona el talego.

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Puta Madre, publicada en España por Dibbuks, es una obra directa e impactante como un puñetazo en el estómago, pero que no presenta a su protagonista como una víctima del sistema o de una sociedad que discrimina a los outsiders. Jesús es un luchador que no importa cuántas veces caiga vuelve a levantarse una y otra vez, buscando continuamente un lugar donde echar raíces, aun a sabiendas de que alguien como él difícilmente podrá encontrar tranquilidad. Un cómic tan duro como hermoso.