Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

El puente del troll

El puente del troll
Guion
Neil Gaiman
Dibujo
Colleen Doran
Formato
Cartoné. 72 páginas. Color
Precio
20€
Editorial
Planeta Cómic . 2019
Edición original
Neil Gaiman’s Troll bridge (Dark Horse)

Las historias son historias, pro dejad que me explique antes de regalarme una piruleta y abandonar la lectura de esta reseña. De uno u otro modo, la práctica totalidad de la carrera de Neil Gaiman se ha centrado en crear historias que hablan de las historias, de su poder, de su magia y su relevancia a todos los niveles. Da igual que las historias sean relatos en prosa, cómics, películas, sueños o incluso experiencias físicas, una historia es una historia en cualquiera de sus formas. El puente del troll nos habla de todo esto en más de un sentido.

El puente del troll

Originalmente, El puente del troll era un relato corto en la antología de varios autores Snow White, Blood Red. Unos años más tarde se recopilaría en otra antología, pero esta vez con historias de Gaiman únicamente y bajo el título Humo y espejos (recoplicación de la que saldrían otras adaptaciones como Criaturas de la noche). Ahora nos llega con dibujos de Colleen Doran de la mano de Dark Horse en los USA y de Planeta en España. Pero el viaje no termina ahí, o mejor dicho, no empieza ahí, ya que El puente del troll es una adaptación made in Gaiman de la fábula tradicional noruega De tre bukkene Bruse o Los tres cabritos Gruff.

De algún modo todo este periplo voluntaria o involuntariamente sirve para apoyar la tesis del tebeo, pero por ponernos antes en situación, en El puente del troll, Neil Gaiman y Colleen Doran nos cuentan los tres encuentros de Jack con el troll del puente, emulando en cada momento temporal a cada uno de los cabritos del cuento original.

El puente del troll

Prácticamente cualquier excusa le sirve a Gaiman para hablarnos de las historias y en este caso tenemos a un troll hambriento de vidas que devorar y un Jack al que aún le quedan muchas cosas por descubrir. De hecho me detendré aquí porque jugar a descubrir el alegórico sentido de la obra es uno de sus mayores atractivos, o al menos debería serlo. la experiencia queda parcialmente truncada en la edición en castellano, no tanto por cuestiones técnicas, sino porque para descifrar este sentido es fundamental un juego de palabras intraducible. Es una verdadera pena, ya que por impecable que sea el trabajo de José Torralba en la traducción, ante semejante brete la única salida es un desglose-explicación de la expresión original, que por completa y precisa que sea, no deja de ser una exposición que rompe parte de la complicidad con el lector.

Pese a este pequeño escollo, la historia es todo lo que podemos esperar de Gaiman. El puente del troll es tan breve como repleto de matices y símbolos que en parte de se interpretan y en parte se sienten. Sin embargo, resulta inevitable adivinar que se trata de un relato escrito para prosa. Los recursos habituales de la historieta son escasos de ver y los cuadros de enormes textos superpueblan las páginas.

El puente del troll

Sin embargo, el que no se ciña a los mecanismos narrativos más habituales del cómic, no quiere decir que Colleen Doran nos deje sin una buena ración de narrativa gráfica. El color y la energía compositiva de cada momento vital de Jack, la plasmación gráfica del cambio de entorno que sustituye las vías por cajas cuadradas idénticas donde la gente vive o incluso el hecho de que en cada etapa de su vida Jack vaya más vestido, reman en la misma dirección que el relato en que se basa. Podemos achacarle que la sinergia no es completa porque pese a que el trabajo de Doran se esfuerza en enriquecer el relato, la parte literaria funciona completamente por libre.

En cualquier caso, al terminar la lectura la historia funciona, el final nos abre todo un universo de significado y el sombrío mensaje nos toca de algún modo a todos en lo personal. Y es que como lleva diciendo Gaiman toda la vida con su obra, se presenten como se presenten, las historias son historias y más vale que siempre tengamos historias que descubrir… más nos vale.