¡Power Pack está de vuelta! Katie, Julie, Jack y Alex Power han sido superhéroes desde que estaban aprendiendo a atarse los zapatos, pero han pasado siglos desde que lucharon juntos como familia. Ahora, una ocasión especial, y un antiguo rencor, está a punto de unir a la familia de nuevo. Solo hay un problema: ¡una nueva ley prohíbe a los vigilantes menores de edad!
Lo mío con Ryan North es algo personal. Le conocí en persona, en una entrevista que le hice hace años, en un Salón del Cómic de Barcelona, y creo que apenas había leído de él sus páginas para los cómics de Hora de Aventuras. Tras conocer que se haría cargo de la colección de La Chica Ardilla, quise inmediatamente leer esa serie (y no salí en absoluto decepcionado). Luego llegó el reconocimiento del sector más gafapasta gracias a Matadero Cinco. Y lo que muchos no saben es que también ha escrito artículos científicos en el ámbito del lenguaje humano en la programación informática. O sea, que es un tío tan inteligente como divertido. Así pues, ¿qué podía esperar de cinco números de Power Pack escritos por quien se convirtió de repente en mi escritor de cómics favorito? Justo lo que encontré. Humor inteligente y más de una carcajada.
No podía fallar. Una serie protagonizada por niños y escrita por un autor tan versátil como Ryan North tenía todas las de ganar. Mira que nunca me han interesado los chicos de los Power, y aparte de alguna cosilla suelta hace años, y la inolvidable historia en la que Lobezno se encuentra con Katie Power (en el Uncanny X-Men Vol 1 205, obra de Chris Claremont y Barry Windsor-Smith), no había leído nada de ellos. Y a decir verdad, últimamente me sentía bastante lejos de ser el público objetivo de un cómic protagonizado por un puñado de mocosos. Peeeeeeero he aquí que el señor North (La Imbatible Chica Ardilla, Marvel Rising) anuncia que va a escribir un arco argumental de la serie y entonces todo cambia. Inmediatamente los Power Pack pasan a ser el centro de mi atención. Y después de esperar meses llegó por fin el momento de disfrutar de esta historia que entronca directamente con la Ley Kamala, que entra en vigor justo la misma tarde que nuestros chicos salen juntos de nuevo a combatir un crimen. Afortunadamente pasaba por allí el Agente Alquimia, que se ofrece ante C.U.N.A. a ser el mentor de los jóvenes héroes, y de paso les enseña un nuevo significado de ser un superhéroe.
Ryan North se suelta la melena en esta historia en la que, con muy buen tino, cada uno de los cuatro hermanos tiene su propia voz y personalidad muy bien diferenciadas: Katie es el corazón, Jack es el valor, Julie es el cerebro y Alex es el líder que mantiene unido al equipo. Se nota que North ha hecho los deberes y es un buen conocedor del Universo Marvel, porque juega con muchos tropos y personajes de sus cómics, haciendo que este cómic resulte un excelente divertimento tanto para los jóvenes lectores como para los veteranos, que pillarán muchas de las referencias. Se nota que el público objetivo de este cómic no supera los 20 años merced al dibujo de Nico León (Jennifer Walters: Hulka, Ms. Marvel). Su estilo de dibujo digital está poderosamente influido por el manga no sólo en la forma de dibujar los personajes, sino también en el lenguaje que utiliza para narrar. Vemos muchos recursos propios del manga y el anime que acercan a los jóvenes héroes a los lectores menos acostumbrados a los patrones del cómic superheroico. Como las hamburguesas en forma de Mickey Mouse que se les da a los niños, para entendernos.
O sea que… ¿merece la pena este cómic si no tienes hijos ni te atraen demasiado los personajes? Sí, si estás dispuesto a leer un divertimento ligero, con mucho humor y, desde luego, grandes cápsulas de información proporcionadas por North, que no desaprovecha oportunidad para introducir datos, trivia y anécdotas científicas que harán las delicias de los devoradores de conocimiento como un servidor. Si hubiéramos de poner una nota negativa a la edición sería que, al estar todas las páginas dibujadas a sangre, la lectura en formato grapa habría permitido abrir bien el tebeo y poder leer los textos más cercanos al centro, mientras que la edición en tomo oculta gran parte de esa zona central, y algunos textos son difíciles de leer. Un problema de difícil solución, imagino.
Uno nunca pensaría hoy día en Power Pack, los benjamines del Universo Marvel, como en un equipo de primera línea. Pero oye, bastó con una buena serie para llevar a la Chica Ardilla a la palestra, de modo que no descartemos que en el futuro los chavales Power vayan cobrando cada vez más protagonismo. Este relanzamiento de la serie, titulado Proscritos, puede ser la prueba de fuego que necesitan para ver si estos niños son capaces de seguir andando solos. Y oye, si siguen estando al timón Ryan North y Nico León, que cuenten conmigo para lo que sea.