Cuando estás leyendo una historia tan larga como Please Save My Earth, te sueles esperar que cuando te vas acercando a su parte final, sus creadores vayan cerrando tramas, no presentándote situaciones nuevas. Pero estamos ante una obra en la que las  ideas preconcebidas no tienen cabida. Seguro que si le preguntas a un lector de cómics medio -no a un experto en manga- que en qué género englobaría una serie que trata temas como religión, reencarnación, catástrofes medioambientales y alienígenas, es poco probable que responda que es un shojo, que es exactamente la demografía a la que pertenece esta obra de Saki Hiwatari. Vamos a ver qué nos encontramos en los tomos 8 y 9 que tenemos entre manos.

De nuevo, seguimos alternando escenas largas en el presente en la Tierra y en el pasado en la Luna. Al tratarse de una serie coral, no podemos hablar de protagonistas, pero sí es cierto que algunos personajes tienen más peso en la historia que otros. Y quizás los dos más importantes son los que precisamente tienen más foco en estos dos tomos, Alice Sakaguchi/Mokuren y Rin Kobayashi/Shion. No es que, a diferencia del último par de tomos, la historia se centre en un momento determinado durante todo el volumen, habrá momentos para casi todos los miembros del grupo, pero sí es cierto que tenemos dos tramas que destacan por encima de las demás.

El octavo tomo está principalmente ambientado en la Tierra actual, y el centro de la mayoría que veremos es Rin. Hay un momento muy interesante, que no se había explorado hasta ahora, y es cómo ven a los resucitados las personas externas al grupo. En las más de dos mil páginas que habíamos visto hasta el momento, la narración siempre había estado centrada en los resucitados, de forma individual o central, pero ahora podremos ver cómo se siente al respecto de todo lo que está ocurriendo la madre de Rin. También centrado en Rin, aunque en su vida anterior, nos enteramos de por qué se ha reencarnado tanto tiempo después del resto del grupo, llegando a sentir lástima por él, aunque sea el personaje más turbio y manipulador del grupo. No ayuda a esa percepción que los recuerdos de todos los demás no coincidan con lo que cuenta él que ocurrió.

El noveno tomo, casi en su totalidad, se centra en Alice y Mokuren. Hasta ahora, Alice sólo había tenido un sueño de su pasado, con lo que las dudas sobre si realmente había sido Mokuren o no eran presentes. Pero ahora vuelve a soñar, con lo que las dudas -que casi sólo tenía ella- desaparecen.

El resto del tomo nos cuenta la infancia y juventud de Mokuren, de quiénes fueron sus padres, por qué fue una Kiche, cuál era su papel en el planeta de origen y cómo llegó a enrolarse en la misión que la llevó a la Luna. Además, se nos cuenta, aunque de forma un tanto esbozada, cómo funcionaba la orden de los Kiche-Sarjalianos y por qué eran algo a medio camino entre semi divinidades y monjes. Es curioso que, justo en el tomo en el que termina el tercer cuarto de la serie, se dediquen a darnos la definición en profundidad de uno de los personajes protagonistas, algo que habitualmente habríamos esperado ver en los primeros tomos de la serie.

Gráficamente, el arte de Saki Hiwatari ha evolucionado muchísimo. Si comparamos el primer tomo con el noveno, vemos que estéticamente es mucho más impactante, pero la narración también es mucho más clara. Es una de esas obras en las que vemos la evolución artística de un creador a lo largo de los años, y nos deja con ganas de ver obras posteriores de esta mangaka.

Ya tenemos todas las piezas puestas en el tablero. Cierto es, aún nos quedan tres tomos, en torno a mil páginas más, pero todos los resucitados se conocen ya, y el recelo hacia Rin/Shion ya ha sido verbalizado explícitamente. Para finales de este invierno ya sabremos cómo ha terminado Please Save My Earth.