Elijah Snow, Jakita Wagner y el Batería. Tres personas que recorren el mundo en busca de rarezas y prodigios y descubren cosas que a otros les gustaría que nunca se encontraran. Son los arqueólogos del misterio, los exploradores de la historia secreta del planeta, los que trazan las fronteras invisibles de un mundo fantástico. Estos arqueólogos del misterio descubren secretos y relatos paranormales y desconocidos, como un superordenador de la Segunda Guerra Mundial que accede a otros universos, un espíritu fantasmagórico de la venganza y una isla perdida habitada por monstruos moribundos.
Tiempo y dinero. Hace años, cuando salió en España esta serie, no tenía ninguna de las dos cosas. O, mejor dicho, sí que los tenía, pero los invertía en otros menesteres. Es por ello que presté más atención a su hermana The Authority que a Planetary. Es sólo ahora que los factores tiempo y dinero (y espacio físico, no lo olvidemos) se han conjugado a mi favor que puedo prestar a atención a las series que dejé pasar en su momento. Para ayudarme cuento con el consejo de mis compañeros tortenses, infinitamente más sabios que yo, que me recomiendan no dejar pasar determinadas colecciones. Y una de las encarecidas recomendaciones que me hicieron recientemente fue Planetary, en este podcast que grabaron junto a nuestros amigos de Destino Arrakis. Y no dejaré nunca de agradecérselo.
No negaré que ya había oído hablar antes de Planetary. Era una serie a la que todo el mundo se refería como «muy exigente para el lector». Y es cierto, no es una serie para todos los lectores, en el sentido de que son tan abundantes las referencias a la cultura popular que es difícil no perderse a menos que se tenga un vasto conocimiento de nuestro pasado cultural reciente. Tal vez sea por eso que ha resultado afortunado el acercarme a esta serie ahora, y no hace 20 años, cuando se publicó por vez primera. Porque si bien siempre he sido un ávido lector de todo tipo de literatura, han sido los años de consumo selectivo los que me han dotado de (casi todos) los conocimientos necesarios para poder abarcar esta obra en toda su magnitud. Y es que si el mismísimo Alan Moore, el rey de la inserción de referencias en el cómic, habla tan bien de ella en el prólogo, por algo ha de ser.
Disculpadme por la perorata introductoria, pero la he considerado necesaria para establecer la premisa sobre la cual se construye Planetary: la arqueología cultural del siglo XX. Cada número lleva a nuestros protagonistas Elijah, Jakita y el Batería a investigar misterios relacionados con elementos culturales definitorios del siglo pasado: tenemos a héroes de la literatura pulp (algunos tan evidentes como Doc Savage, Tarzan, La Sombra o Fu-Manchú), a los gargantuescos monstruos de la productora japonesa Toho, el cine de acción de Hong Kong, e incluso personajes de la vecina Marvel como Hulk, los Cuatro Fantásticos o Thor. Todos tienen su momento de gloria en las páginas de Planetary, y no sólo a base de meros cameos o apariciones puntuales, sino que forman parte de una trama a escala global que vincula a Elijah Snow con el mismísimo Sherlock Holmes o con Jenny Sparks. el espíritu del siglo XX, pasando por un trasunto de John Constantine, en una emotiva historia que es un verdadero homenaje a los cómics del sello Vertigo de los años 80, cargado de ironía y nostalgia.
El guionista Warren Ellis (Trees, Inyección) echa mano de diversas manifestaciones culturales del siglo XX para urdir una conspiración planetaria que incluye visitas de otras partes del Multiverso, superhéroes de otras dimensiones, monstruos primigenios conjurados por un escritor misógino que vive con sus dos tías en Rhode Island… Las referencias son infinitas, y seguro que más de una se me ha escapado. Es un constante ejercicio de autoexigencia para el lector, que se ve obligado a recurrir a oscuros lugares de su memoria visual o cultural para identificar todos y cada uno de los personajes y lugares que pueblan estás páginas. Planetary no es un cómic para todos los paladares. Los lectores menos curtidos pueden hastiarse de la sensación de «sé que me están contando algo, pero no sé qué», mientras que los perros viejos identificamos con menos dificultad a los héroes de nuestros padres (o incluso abuelos). ¡Pero si hasta el personaje de Ambrose Chase es un homenaje nada velado al Morfeo de The Matrix, por amor de Dios! Estas golosinas son sólo el glaseado de una tarta de múltiples capas cocinadas por Ellis y un John Cassaday (Imposibles Vengadores) menos perfeccionista que en su Astonishing X-Men, pero ya dotado de, como bien apunta Alan Moore en su prólogo, un dibujo dotado de tanta fuerza como delicadeza. En mi opinión, prefiero este Cassaday más dibujante que ilustrador, menos preocupado de dibujar bonito que de narrar lo mejor posible la apabullante historia de Ellis.
Este primer volumen de Planetary, publicado por ECC Ediciones, recoge los primeros 13 capítulos de la serie, el Sneak Peek con el homenaje al nacimiento de Hulk y el Planetary / The Authority: Ruling the World (con dibujos de Phil jiménez), en el que ambos equipos trabajan juntos sin llegar a coincidir, haciendo contrastar el secretismo que envuelve a Planetary con la fama nada disimulada del equipo de Jenny Sparks. Planetary es una serie redonda en todos los sentidos, un desafío constante el lector por parte de una dupla de autores (y el muy adecuado coloreado de Laura Martin) que encuentran con esta serie el perfecto vehículo para hacer coincidir su amor por el medio con el de su público. Una declaración de amor a la cultura pop, al cine de acción, al cómic y a la literatura. Un cómic para lectores de cómics.