Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Planeta, de Ana Oncina

Planeta, de Ana Oncina
Guion
Ana Oncina.
Dibujo
Ana Oncina.
Formato
Rústica con sobrecubierta de cartón, 224 págs, color. 15x21 cm.
Precio
16.95€.
Editorial
Planeta Cómic. 2023.

La mayor parte del fandom comiquero conoce a Ana Oncina por su fantástica Croqueta y Empanadilla, esa obra dulce que esconde las vicisitudes de la convivencia con mucha más acidez de la que transmite ese dibujo amable y «cuqui». Aparte de esa serie estrella, la autora alicantina ha participado en varias obras antológicas como En tu seno, Voces que cuentan o Efectos Secundarios, pero el resto de trabajos ha sido publicado por autoedición o fanzines. Ahora nos llega, de la mano de Planeta Cómic, dentro de su línea de manga la obra Planeta, la que podemos considerar como su primera historia larga de ficción, teniendo en cuenta que su anterior obra larga, Los f*cking 30, era más una obra humorística en torno a la «crisis de los 30» (el reseñador suspira con nostalgia después de haber escrito esto). Planeta se mueve en terrenos cotidianos para la autora, pero da un paso más, ambientando la obra en el terreno de la ciencia ficción y planteando de manera muy sutil y velada una serie de temas que dejan bastante poso de reflexión.


Valentina es una joven alfarera que vive con su perra Sopa en una cabaña en el bosque. Con cada vez mayor frecuencia tiene más sueños en los que vive en una sociedad futurista, asentada en otro planeta, porque la Tierra ha sido devastada por varias pandemias, y ya es un planeta inhabitable. En Nébulon convive con An3, una chica ideal que es su media naranja. Todo cambiará cuando de repente un día, en el pequeño pueblo donde vive Valentina aparezca Ane, una chica exactamente igual a la de sus sueños con la que no tarda en entablar una relación.

La obra se mueve en esas dos líneas temporales, la contemporánea (para nosotros) y la futurista. Oncina maneja la situación con mucha inteligencia, porque continuamente va a quedarnos la duda de cuál es la línea real y cuál la ficticia, si es que alguna lo es. ¿Es la real la presente y Valentina está teniendo sueños de una posible reencarnación en el siglo LVII o lo es la futura y esta historia del siglo XXI es una simulación? Al tratar la relación entre ambas chicas con tanta sensibilidad, lo que en otro caso podría convertirse en algo que nos distrajese de la historia en sí, por la necesidad de discernir cuál es la «de verdad», se convierte en algo en segundo plano, porque en todo momento queremos acompañar a Vale y Ane para ver hasta dónde llega su relación.


Pero como decía, uno de los puntos más interesantes de la obra es la crítica que encierra y los asuntos que, con una aparente tangencialidad, coloca sobre la mesa. Y es que esa sociedad futura que retrata está completamente dirigida: las relaciones sentimentales están planificadas desde el nacimiento y las amistades se cultivan a través de realidad virtual. La Inteligencia Artificial lo controla todo y el libre albedrío es una mera ilusión que no puede distar más de la realidad. La Val3 de esa línea temporal no está bien, se resiste a ese control encubierto y acaba afectando a su relación, que sí se deja llevar por la corriente de inercia en la que está programada que transcurra su vida.

El dibujo tiene reminiscencias de estilo oriental, con líneas cinéticas, expresiones explosivas y predilección del primer plano con fondos más sencillos. Pero, paradójicamente, la primera referencia que me ha venido a la mente cuando comencé la lectura fue Katie O’Neill, por el trazo sencillo y amable, pero sobre todo por el tono de la narrativa, tranquilo y reconfortante. Esa sociedad ficticia, pese a la línea temporal, tiene el mismo tono que el de La Sociedad de los dragones de té, en el que la curiosidad por conocer más de ese planeta no llega a anteponerse a la necesidad de saber qué pasa entre las protagonistas y enternecerte por su relación. El color también cobra mucha relevancia en esta obra, con una paleta particular para cada línea temporal. El siglo XX está coloreado con tonos marrones con algo más de sensación de policromía, en comparación con las dos futuras que son prácticamente un bitono turquesa para el siglo LVII y magentas para la realidad virtual. Ese sencillo recurso permite algunos efectos muy interesantes, especialmente en el final de la obra cuando algunos colores se mezclan…


En definitiva, Planeta es una historia de ciencia ficción que mezcla costumbrismo, romance, crítica social, salud mental y aviso sobre los peligros del camino que está tomando nuestra propia sociedad. Una historia sencilla y pausada que consigue alcanzar la sensibilidad del lector y que asienten los conceptos planteados, sin darte cuenta porque estás preocupado por averiguar cuál es la línea temporal «real» y saber cómo acaba la historia de amor entre sus protagonistas. Si esta es la carta de presentación de Oncina como creadora de historias de ficción, podemos estar ante una carrera interesantísima. Deseando ver qué es lo siguiente que nos trae.

Lo mejor: Darte cuenta, al día siguiente de haberlo leído, de que sigues dándole vuelta a algunos de los conceptos planteados.

Lo peor: Si te quedas en que es un manga yuri español y no llegas a profundizar en todo lo que contiene la obra.