Finaliza la nueva edición de Distrito Manga de una de las obras más sobrecogedoras que ha dado el manga del siglo XX. Pies Descalzos 4 cuenta los últimos dos años de estos siete en la vida de Gen Nakaoka que quedan recogidos en los cuatro tomos de esta edición. Si los tomos anteriores os parecieron tremendos por la cantidad de desgracias que le suceden al pobre Pies Descalzos, cabría esperar que el desenlace debiera ser algo más amable con el lector por todo lo que ha tenido que soportar. Spoiler: No es así. Probablemente este último tomo sea el que contiene más desgracias para la familia Nakaoka de toda la saga, y ya es mucho decir teniendo en cuenta las secuelas del bombardeo y el síndrome de irradiación aguda.
Y es que en este tomo veremos nuevos desahucios, contactos con drogas, problemas laborales, pérdida de dinero para proyectos futuros… aunque no todo va a ser malo. Por fin vamos a ver cómo Gen conoce el amor y se enamora de la joven Mitsuko aunque, como es de esperar, que nadie espere un amor sin obstáculos. También veremos nacer en Gen la pasión por el dibujo y la pintura, con una vocación que le animará a formarse con un mentor y a dedicarse a ello para ganarse la vida en el futuro. Nuevos personajes aparecerán en las vidas de los protagonistas, aunque también recuperaremos a algún viejo conocido de números anteriores, con infaustos recuerdos para los Nakaoka.
Al igual que en el tomo anterior, en este vamos a seguir viendo cómo la familia sigue buscándose la vida a través de la moda o el dibujo, una vez finalizada la formación escolar de Gen. Como siempre, por muy buenas que sean sus intenciones y se esfuercen, les irán surgiendo nuevos obstáculos, pero la familia sigue planteando cada obstáculo con optimismo y aprovechando cada revés para levantarse con más fuerza. Las secuelas de la irradiación nuclear siguen estando omnipresentes de manera que cualquiera de los personajes, con mayor o menor protagonismo, se puedan ver afectados por ella. Es algo que Nakazawa deja claro en su narración: al ser una obra tan coral y con personajes tan variados, llega un momento en que se nos puede pasar por alto el tema principal, que no es otro que el efecto del ataque en una población pequeña como Hiroshima, afectando tanto sanitaria como personalmente.
Viendo la obra en conjunto, se aprecia cómo Keiji Nakazawa ha mostrado cómo afectó a Hiroshima el bombardeo. Con efectos secundarios latentes que pueden acabar dando la cara años después de la irradiación, con una sociedad en reconstrucción en la que aparecen elementos gubernamentales opresivos que se aprovechan de los más débiles y personas que encuentran en la transición una oportunidad para hacer negocio y sacar rédito de que las autoridades tengan que optimizar sus recursos y dejar ciertas zonas desatendidas en cuanto a seguridad.
En definitiva, Pies Descalzos es una obra muy dura que muestra la Hiroshima post bombardeo desde el punto de vista de la propia población, poniendo en primer plano los efectos sobre una sociedad obligada a reconstruirse desde sus cenizas. Contada desde la perspectiva de un niño que ve cómo va cayendo todo a su alrededor y perdiendo a la gente que ama, está planteada como una obra coral que permite mostrar decenas de historias y subtramas que la convierten en una lectura muy variada, con ritmo. A pesar de ser una obra con casi cincuenta años, resiste el paso del tiempo con bastante dignidad, y más al estar ambientada a mediados del siglo XX. Una obra que no pierde vigencia y que permite recordar cómo afectan realmente las guerras a las poblaciones y cómo siempre va a haber quien intente aprovecharse de las circunstancias en su beneficio. Una lectura que debería ser obligatoria en los centros escolares.
Lo mejor: Lo bien que ha soportado el paso del tiempo. Lo cruda que es, necesariamente, sin buscar en ningún momento morbo gratuito. Pese al aumento de precio de los últimos tomos, siguen compensando por la cantidad de páginas que tiene cada tomo.
Lo peor: Creo que una historia como esta merecía un desenlace algo más grandilocuente.