Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Pierre Nodoyuna y Patán, de Garth Ennis y Mauricet

Pierre Nodoyuna y Patán, de Garth Ennis y Mauricet
Guion
Garth Ennis
Dibujo
Mauricet
Tinta
Mauricet
Color
John Kalisz
Formato
Cartoné (Integral omnibus), 160 págs. A color.
Precio
16,95 €
Editorial
ECC Ediciones. 2019
Edición original
Dastardly & Muttley núms. 1 a 6 USA

Desde hace algunas décadas DC Comics se encarga de publicar las aventuras en papel de los personajes de Hanna Barbera. Han sido miles de páginas de historieta donde hemos podido seguir en viñetas las peripecias de Scooby Doo, los Supersónicos o Los Picapiedra entre otros. Tebeos en muchas ocasiones bien hechos pero que normalmente resultan convencionales y un tanto insulsos si los comparamos con sus contrapartidas animadas.

homenaje

Probablemente por este motivo la editorial comenzó la iniciativa Hanna Barbera Beyond en 2016. En esta ocasión los autores tendrían total libertad creativa con los personajes, los cómics no estarían necesariamente destinados a los más pequeños y entre los géneros a tratar podríamos encontrar la ciencia ficción más hardcore, el noir, survival zombie, la sátira política o la comedia más gamberra. De momento en España ECC ha publicado las series de Los Picapiedra, del León Melquíades, así como la primera tanda de crossovers entre Hanna Barbera y DC. Mención aparte para el especial Batman / Elmer Fudd, que vio la luz aparte en formato prestigio con cartoné y a tamaño comic book.

Ahora es el turno de Pierre Nodoyuna y Patán. Muchos recordarán a estos personajes por ser parte importante de la plantilla de la mítica Wacky Races (Los autos locos en España), pero además fueron los protagonistas de otra serie llamada El escuadrón diabólico o El palomo mensajero (dependiendo del año y la zona recibió un nombre u otro) que es la serie animada que hoy vemos adaptada. Emitida por primera en 1969, contó con más de cincuenta episodios (de pequeños me parecían muchos más debido al elevado número de repeticiones que las ficciones animadas tenían en España) y los protagonistas eran Dick Dastardly y Muddley, como eran conocidos en el idioma de Shakespeare.

Pues bien, Pierre Nodoyuna y Patán es puro placer culpable, una miniserie divertida, pasada de rosca. Cada página rezuma un humor cafre, en muchas ocasiones crítico e incluso negro, suponiendo una lectura muy disfrutable. El guionista Garth Ennis es el responsable de esta actualización de los personajes. Ennis, con un estilo más cercano a The Boys o sobre todo a Las aventuras de la brigada de fusileros, nos cuenta una historia surrealista donde el palomo mensajero de los dibujos animados es sustituido por un dron llamado Cerdo de guerra uno. El dron va cargado hasta las cejas de un elemento llamado inestablium, que esparce por donde pasa una sustancia que convierte a las cosas y las personas en elementos propios de los dibujos animados. De fondo la amenaza de una posible guerra absurda con la nación de Improbablistán. La misión de nuestros ineptos pilotos será muy sencilla: detener el dron y evitar una nueva Guerra Mundial.

war pig one

Con tintes de obras como Rebelión en la granja o películas del corte de ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, Ennis nos ofrece más de cien páginas donde cualquier cosa puede pasar. La persecución del Cerdo de guerra uno nos dejará un reguero animado de puños gigantes, asteriscos y exclamaciones que aparecen sobre las cabezas de los protagonistas, nubes de polvo que cobran vida, animales que hablan y en definitiva cualquier cosa propia de los dibujos animados.

El guionista mezcla con eficacia los elementos que serían propios del mundo real con los creados por el Inestablium en un relato de metaficción que funciona perfectamente como vehículo de entretenimiento, ofreciendo cameos en muchas de sus páginas (por ahí asoman el Coyote y el Correcaminos o incluso Kung Fu Panda que no es HB) y una lectura agradecida y amena. Si bien es cierto que este guion, más propio de las obras alimenticias de Ennis que de su Hellblazer o su Punisher, queda cojo si lo comparamos con el nivel que se gasta Mark Russell en las mencionadas Los Picapiedra o Melquíades, donde no deja títere con cabeza. Tampoco pasa nada, son obras muy distintas, con objetivos muy distintos y me atrevo a decir que para públicos distintos.

mauricet

No quiero terminar sin destacar la excelente labor del artista belga Alain Mauricet a los lápices, con un trabajo detallado, muy expresivo y con una narrativa muy elegante que ha sabido captar a la perfección la esencia de los personajes animados originales, dándoles una vuelta de hoja para adaptarlos a la esencia de la línea Hanna Barbera Beyond. El color de John Kalisz completa la parte artística que debo reconocer que en esta ocasión queda por encima de la literaria.

Esperemos que funcione bien a nivel de ventas para que ECC se anime a editar lo que queda inédito en nuestro país: Wacky Races, Scooby Apocalypse, Future Quest y el resto de crossovers. Cruzo los dedos.