El mercado del cómic infantil lleva unos cuantos años en un estado de forma fantástico. Con solo asomar el hocico por alguna de las principales librerías de cómics se puede apreciar que cada vez ganan más espacio. Y bueno, si ya hablamos de librerías generalistas, ni os cuento. En España, HarperCollins, a través de su sello Harperkids, va ampliando cada vez más su catálogo de tebeos destinados a los más pequeños de la casa. Entre sus últimas novedades podemos encontrar “Pico y Kay: Amigos por sorpresa”. La primera entrega de una saga de cuatro libros hasta la fecha.
Pico y Kay, la extraña pareja
En este libro, el historietista Norm Feuti nos presenta a Pico, un pájaro cantarín y dicharachero, que un buen día se posa sobre el morro de Kay, una caimán solitaria a la que le gusta leer y que no la molesten. A lo largo de los seis capítulos de la obra, el autor nos narrará la incipiente relación entre dos personajes que nada tienen en común.
Como suele ser habitual en este tipo de historias, la lectura de “Pico y Kay” tiene varias capas. La más inicial, basada en el puro entretenimiento para los niños y niñas que se divertirán con las peripecias de los protagonistas. Luego tenemos una capa más profunda que, como las fábulas de Esopo, incluye elementos de carácter más educativo (que no adoctrinador).
El aspecto más lúdico de “Pico y Kay” nos regala algunas escenas de lo más desternillantes. Pico es incapaz de estar callado un solo instante, incluso canturrea cuando está dormido. Esta circunstancia resulta poco menos que exasperante para Kay, quien acostumbra a estar en silencio con la única compañía de sus pensamientos. La forma en que Feuti construye una oda a la amistad me parece brillante por su capacidad de síntesis y de lo más tierna en su ejecución y resultados. El autor se sirve de muchos tópicos para construir la relación entre el pájaro y la caimán.
El mensaje de “Pico y Kay” queda claro en todo momento, abogando por ser abierto de mentes,y no negar el saludo o la palabra a aquellos que puedan parecernos diferentes, haciendo caso omiso de los estereotipos habituales a los que nos enfrentamos día a día al vivir en sociedad. Un canto a favor de la tolerancia que también incluye una clara denuncia a uno de los problemas que más afecta a los niños y niñas: el bullying.
Ahora bien, es innegable que gran parte de la magia de esta primera aventura de “Pico y Kay” reside en el precioso dibujo de Norm Feuti. Me ha parecido fascinante la capacidad que tiene el artista de contar tanto con tan poco. Sus personajes están formados por unas pocas líneas pero son inmensamente expresivos. Sobre todo Kay, cuya cara es un poema cada vez que Pico le da la brasa. A nivel narrativo, podría perfectamente haber prescindido de las palabras, pues cualquier lector (sin importar la edad) puede comprender perfectamente lo que sucede solo con la fuerza de las imágenes.
En las contraportadas de los libros de Harperkids se puede leer “Porque nos tomamos en serio a los niños”. Publicando obras tan interesantes y divertidas como “Pico y Kay: Amigos por sorpresa”, desde luego que lo hacen.
Este cómic está destinado a niños de 6 a 10 años. Este tipo de recomendaciones siempre son un poco laxas, pero ahí quedan. Espero que las ventas acompañen y no tardemos en volver a disfrutar de las peripecias de Pico y Kay.