Después de Bartleby, el escribiente y Cuento de Navidad. Una historia de fantasmas nos llega una tercera adaptación de clásicos literarios a cargo de José Luis Munuera, también editada por Astiberri como en los dos casos anteriores. Pero Peter Pan de Kensington puede resultar engañoso pues no se trata, como puede parecer por el título, de una adaptación del clásico Peter y Wendy, de James M. Barrie, sino de un relato corto publicado dentro de una novela diez años antes. Munuera saca petróleo de ese pequeño relato y construye una historia mucho más estructurada que el relato original, y lo embellece con su espectacular estilo gráfico.
Y es que El pajarito blanco fue una novela publicada en 1902 que relata la relación de un ex militar inglés con un niño al que pasea y cuenta cuentos. ¿Qué tiene que ver con esto Peter Pan? Pues que dentro de la novela se incluyen unos breves capítulos a contarnos su origen y cómo se va a vivir a los jardines de Kensington, y esto precisamente es lo que se adapta en esta obra. Un par de años después se estrenaría la obra de teatro y otros 7 años después la novela Peter y Wendy, que daría lugar a todas las posteriores adaptaciones que hoy día permanecen en nuestro subconsciente como uno de los personajes más conocidos en la cultura popular.
Munuera opta por adaptar este trabajo más desconocido y completar las escasas pinceladas del personaje con fragmentos de lo que llegaría más adelante, como referencias a los propios niños perdidos o los piratas de Nunca Jamás. Cuenta el origen de Peter de una manera muy sutil y utiliza esas dos realidades (la nuestra y la extrasensorial) para mostrarnos cómo se pierde Maimie, una niña pequeña en el parque a la que acaba encontrando Peter y le presenta a todos los personajes que habitan en él. Pero que nadie espere encontrarse en esta historia a Wendy, los niños perdidos, Smee, Campanilla o Garfio.
Incluso siendo una versión prematura de lo que desarrollaría Barrie después, ya estaban presentes esos conceptos que lo han convertido en un personaje inmortal: esa resistencia a crecer, la rebelión contra las normas o la impulsividad y el dar prioridad a lo que apetece sin pensar en las consecuencias. Sin embargo, Munuera nos presenta un Peter Pan más afín al de las novelas, que no es tan dulce como la versión Disney, y tiene algunos comportamientos que pueden llegar a dar miedo, sobre todo a una niña pequeña como Maimie. Además este relato se alimenta mucho de otro coetáneo de Barrie: Lewis Carroll. Algunas décadas antes había publicado su Alicia, y vemos en esta obra cómo la reina de las hadas tiene ese halo que nos recuerda a los personajes de Carroll, y que sirven igualmente de alivio cómico.
Pero, amén del interés que puede despertar la obra por recuperar estos relatos primigenios relacionados con un personaje como Peter Pan, lo primero que salta a la vista cuando abres el tomo de Astiberri es el espectacular trabajo de Munuera a los lápices. Su trazo fino y rostros angelicales combinan con un dominio de la narrativa gráfica y unos encuadres de viñetas con una influencia cinematográficas evidentes, pero que ofrecen un aspecto muy espectacular cuando echas un vistazo general al libro. La delicadeza de los rostros infantiles y las hadas contrastan con ese aspecto de Peter que, sin prescindir de la inocencia del niño, deja entrever que no es de fiar al 100%. La reina del bosque y su cohorte, presentan un aspecto mucho más caricaturesco, con grandes cabezas y, además de ser un guiño al País de las Maravillas aportan ese toque divertido a los personajes.
La edición está presentada en cartoné, con un papel offset que reproduce deliciosamente el dibujo y los colores de la obra. Incluye un artículo introductorio y una carta-epílogo narrada por el propio ¡James Hook! También se incluyem unos bocetos con el tratamiento de los personajes, que enriquecen la edición.
En definitiva, Peter de Kensington es una obra que encantará a los amantes de todo lo que rodea a Peter Pan, construido a partir de un pequeño relato, pero al que se le ha dado forma y volumen suficiente como para ser una historia inteligible y con una estructura narrativa coherente. Con un dibujo maravilloso, y una premisa divertida en forma de acertijo que deberán averiguar para poder devolver a Maimie con su familia, es una obra para niños y adultos, disfrutable con cualquier edad.
Lo mejor: El dibujo de Munuera, espectacular. Lo bien construida que está la historia, a partir de un material con poca base.
Lo peor: Si vas esperando una adaptación de la historia más conocida, te puedes llevar una sorpresa.