Si alguien sigue los Tops que hacemos cada año en el podcast de ELHDLT, habrá comprobado que la obra de Keum Suk Gendry-Kim ha irrumpido con fuerza en la clasificación desde que “Hierba” fue publicada en 2022 por Reservoir Books. Un año más tarde llegó “La Espera” y ahora es el turno de “Perros”, con los que se cierra su particular trilogía no oficial.
En “Perros” (cuya existencia meses antes de que fuera publicada conocimos de boca de la propia autora todos aquellos que fuimos a su encuentro orquestado por la editorial en el Edificio Telefónica de Madrid), Keum Suk Gendry-Kim cambia un poco de tercio, dejando de lado los horrores de la guerra para ahondar en el papel que desempeñan estos animales en una sociedad como la coreana.
Basada parcialmente en sus vivencias y su relación con sus tres perros (Zanahoria, Patata y Choco), la autora nos cuenta la historia de un hombre que para superar la pérdida de su abuela (y tras insistir mucho a su mujer) decide acoger a un perrete como nuevo miembro de la familia. A partir de aquí, será esa mujer la que pase a hacer las funciones de narradora contando cómo su vida cambió en el momento en que Zanahoria irrumpió en su día a día, haciendo de su existencia una experiencia mucho más plena y feliz.
Si tenéis o habéis tenido un compañero de vida perruno seguro que os hacéis una idea de lo que significa convivir con uno: el compromiso y el sacrificio (que cada día que pasa se hace más ligero) que conlleva cuidarlo, así como la enorme recompensa en forma de amor fiel e incondicional que se recibe. Una satisfacción notable formada por un vínculo irrompible que no tiene precio. Es más, sabedores de que la vida de nuestro compañero es mucho más efímera, tratamos de atesorar cada rato que pasamos con él. De hecho, en “Perros”, esto queda en relieve cada vez que la autora narra los paseos matutinos junto a “Zana”.
Son estos paseos el vehículo usado por la autora para denunciar el trato que todavía reciben muchos perros en Corea, donde son infravalorados, descuidados, maltratados o incluso utilizados como “comida”. Por fortuna, a partir del año 2027 consumir carne de perro será ilegal en su país. Del mismo modo (y aunque no son numerosos), en nuestra cultura gastronómica consumimos animales cuyo estatus es sagrado en otros países o culturas. Ojo, con esto no busco realizar un juicio de valor. De hecho, imagino que el consumo de carne de perro se “normalizó” en Corea debido a los horrores de la guerra y a la hambruna subsiguiente. Si dejamos esto atrás será una doble victoria en pos de los animales, que tendrán un derecho más y a favor de una sociedad cuya calidad de vida habrá mejorado en relación a décadas pasadas.
Ahora bien, “Perros” es una llamada de atención que busca concienciar sobre el respeto en general a los animales. La autora escribe con el cariño, el amor y la satisfacción de alguien que, pese a sus dudas y reticencias, supo y quiso abrir su corazón a los seres más desinteresados que existen.
En esencia, “Perros” nos cuenta una historia bonita con algunos fragmentos duros que seguramente arrancarán alguna lagrimita (de pena o alegría según te toque la fibra) a quienes se identifiquen con el relato narrado por Keum Suk Gendry-Kim.
A nivel artístico me ha flipado cómo quedan reflejados los sentimientos de los perros de manera realista, sin necesidad de recurrir a la exageración o caricaturización. También resulta sorprendente cómo transmite la calma y la paz que la protagonista siente en sus paseos matutinos. En estas planchas, donde tan importante es lo que se dibuja como lo que no, los lectores percibimos la serenidad y solemnidad del momento.
A modo de extras, la edición de “Perros” incluye un precioso cuaderno de bocetos así como fotografías reales de los protagonistas de la obra.
Creo firmemente que pese a ir por unos derroteros muy diferentes a las mencionadas “Hierba” y “La Espera”, “Perros” gustará a todos aquellos que se hayan dejado seducir por la particular forma de contar historias de una autora que siempre parece trasladar las barreras del papel para tocarnos directamente en el alma.