Cuando hace casi dos años Dolmen se lanzó a editar en castellano Perro de Estroncio, los seguidores de la publicación británica 2000AD nos alegramos muchísimo. El material del que partía la editorial balear era los volúmenes restaurados Search & Destroy que Rebellion estaba publicando desde 2020, con lo que nos asegurábamos que la nueva edición sería la mejor posible hasta el momento. El problema es que Johnny Alpha había pasado por tres editoriales (Norma, MC y Kraken), en ninguna de ella con resultados comerciales especialmente reseñables. Pero Dolmen se comprometió a publicar los tres primeros tomos de Search & Destroy, sacó un cuarto, con el legendario arco de La solución final, y ahora que Rebellion ha sacado un nuevo S&D, tenemos en nuestras manos Perro de Estroncio vol. 4. Parece que, por fin, Alpha ha llegado para quedarse.
A diferencia de los dos últimos tomos del Perro que ha publicado Dolmen, en los que vimos tanto el origen como la muerte de Johnny Alpha, en este cuarto volumen no tenemos ningún momento definitorio en la biografía del personaje. Nos encontramos, al igual que en los dos primeros, una sucesión de historias independientes, de extensión variable, en las que nada ha cambiado para los personajes entre el principio y el final. Pero si ya hemos llegado hasta el cuarto tomo (La solución final es varios años posterior), ya sabemos exactamente lo que esperarnos de esta serie y su tono cifi-punk.
Abrimos el volumen con El asunto Gronk, una historia en la que Alpha y Wulf viajan hasta el amenazado planeta de los Gronks, la raza a la que pertenece su extremadamente nerviosa mascota/compañero. Quizás sea la historia en la que este bicho ha estado más definido y ha sido algo más que un alivio cómico. El caso de Kid Rodilla nos presenta a la pareja protagonista persiguiendo a un mutante metamorfo, a un mutante que en lugar de superpoderes tiene deformaciones de las que tenemos una pista en su nombre.. y nos hace pensar que la mutación secundaria de casi todos los mutantes de Marvel era ser monísimos y sentirse discriminados pese a tener cuerpos y rostros de top model.
El incidente Moses es una historia más introspectiva. En una misión rutinaria cazando a un delincuente genérico, una bala perdida impacta sobre Moses Quest, un niño pequeño que tenía fascinación por los cazadores de recompensas, y acaba con su vida. Johnny, pese a ser un mutante que forma parte de lo más bajo de la sociedad, se siente extremadamente culpable e intenta enmendar su error. Se espera uno que lo del gran poder y la gran responsabilidad sea un argumento más de héroes luminosos enfundados en licra, pero nuestro héroe también tiene principios, aunque intentar arreglar la muerte recurriendo a mutantes no precisamente humanitarios puede ser más problema que solución. Esta historia es la más profunda psicológicamente del volumen, y una de las mejores que hemos leído del personaje.
La matanza da la sensación de haber sido escrita con la intención de aligerar la pesadumbre de la anterior historia. En esta historia, se monta un battle royale entre casi cien personajes ultraviolentos, y el que sobreviva en este multitudinario combate a muerte se llevará el premio del evento. Johnny y Wulf acuden sabiendo que muy probablemente participen indeseables con un precio por su cabeza, y tenerlos todos juntos les facilita la tarea. Así, es una historia de acción tan endiablada como descerebrada. Un entretenimiento escrito básicamente para que Carlos Ezquerra se luciera y los lectores se lo pasaran bien.
Termina el tomo con curiosidades extraídas de los anuales: En la perrera es una revista para los cazarrecompensas de Seguir y Destruir, Incidente al final del más allá es una historia a color firmada por Staccato (un alias de Alan Grant) y dibujo de Robin Smith, y El encargo Iraldi, un relato de prosa firmado por J. H. Teed (otro alias, en este caso de Chris Lowder)
Quien ya haya leído los tres volúmenes anteriores del Perro de Estroncio de Wagner, Grant y Ezquerra ya sabe lo que se va a encontrar. Ni es una serie que nos vaya a cambiar la forma de ver el cómic ni se estanca en sus formas y temas resultando repetitiva. Los que ya disfrutaron de anteriores entregas, también lo harán con esta. Es más de lo misma. Que no es una frase que siempre sea negativa.