A los más viejos del lugar nos pilló curtidos, pero una generación entera de lectores entró en el mundo de la viñeta gracias a la serie animada de X-Men, que estrenaba Fox en 1992. Con la información nos han ido dando, sabemos que pronto volverá a estar de moda, ya que en otoño está previsto que Disney + nos traiga X-men ‘97, la secuela de la serie de animación original. Por eso, no es de extrañar que nos encontremos cómics como este Patrulla-X ’92: Dinastía de XCII para ir haciendo boca.
Por descontado que un éxito televisivo de ese calibre tuvo su contrapartida en cómic y no fueron ni uno ni dos, sino cuatro volúmenes de entre doce y quince números los que Marvel dedicó a esta versión de los hijos del átomo, los cuáles fueron publicados por Fórum en su día casi en su totalidad y nunca jamás han sido reeditados. Más tarde, tendría lugar un breve revival en 2015 durante las Secret Wars, que daría pie a una serie de cómics digitales y otra posterior de 10 números en papel el año siguiente, que por el contrario, permanecen inéditas en España. En cualquier caso, desde aquello ha habido silencio hasta este Patrulla-X ’92: Dinastía de XCII, que nos devuelve a este universo pero llevando a él los hechos de los últimos años en la continuidad oficial, toda la era Krakoa que vino de la mano de Hickman llega ahora a Patrulla-X ’92.
De los responsables de Patrulla-X ’92: Dinastía de XCII, tal vez el más desconocido es Steve Foxe, ya que aunque empezó haciendo sus pinitos en 2014 al ser uno de los ganadores de un concurso de talentos de la editorial Top Cow, no es hasta este último puñado de años que se ha empezado a prodigar más, sobre todo en antologías o la línea digital de cómics Marvel Infinite. Pero atentos porque este podría ser su año. En España acaba de llegar a tiendas su Spiderham: Un gran poder, sin responsabilidad y en los USA está también recien salida su nueva serie para Dark Horse, All eight Eyes, y además este verano tendremos Dark X-Men, con lo que parece que pronto oíremos hablar más de Foxe. A modo de curiosidad, además de escritor hace labores de edición y podemos encontrarlo desempeñando este cargo en El Departamento de la Verdad.
El que sí nos pilla más de cerca es el murciano Salva Espín, conocido allende los mares sobre todo por su trabajo en Masacre, pero convertido en un fenómeno mediático en España por sus apariciones en La Resistencia.
Ambos se confiesan fans, tanto de la serie de animación como de los cómics mutantes en general y Patrulla-X ’92: Dinastía de XCII viene a ser el patio de recreo donde han dado rienda suelta a sus filias. Y es que precisamente el público que busca este cómic es viejos fans de los mutantes en sus dos vertientes. que sean cómplices de la nutrida colección de guiños que se nos ofrece.
Dado que adapta los hechos de Dinastía de X, Potencias de X, X de Espadas, La Gala Fuego Infernal y algunos de los momentos cumbre del Amanecer de X, podría decirse que la historia de Patrulla-X ’92: Dinastía de XCII ya nos la sabemos y la gracia reside en cómo se adapta a los personajes e idiosincrasia de la serie de animación. Esto da lugar a una serie de artimañas de despiste con las expectativas y toneladas de guiños tanto a nivel de guion como de dibujo, que buscan la complicidad del lector. Ya desde el inicio, leemos esos diálogos de los personajes tratando de ser ellos muy fuerte y en voz muy alta, tan característicos de lo que vimos en la tele, hay montones de escenas sacadas de la continuidad oficial — ya sean del presente o el pasado — o incluso de fuera del mundo mutante o hasta del mundo Marvel, buscando referencias a la cultura popular noventera. Para muestra, un botón y es que en lugar de las páginas blancas con esquemas y documentos made in Hickman, tendremos portadas de revistas noventeras, anuncios, carteles, juegos de rol o incluso pantallas de Windows 3.1.
La verdad es que si eres fan mutante, el juego para el que te hacen compinche Foxe y Espín resulta divertido, pero el problema es que a 128 páginas le pedimos algo más que una colección de guiños que no da para más de 60. Pasada la mitad del tebeo, la propuesta referencial pierde frescura, potencia y comienza a resultar un tanto repetitiva y vacía. Una miniserie de esta longitud pide un planteamiento más allá del fanservice y el juego metatextual, que terminan por resultar insuficientes.
Probablemente con algo más conciso Patrulla-X ’92: Dinastía de XCII habría salido más airosa. Con todo, aunque olvidable, la propuesta se hace entretenida y, si es solo la antesala de más y mejor por venir de este universo cuando se estrene X-Men ‘97 en otoño, como aperitivo resulta agradable .
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