Malditos crossovers! Cómo nos gustan… Pero cómo los odiamos en algunas ocasiones. Especialmente cuando cortan por medio las tramas de una serie como la Patrulla X de Jonathan Hickman. Es cierto que la serie principal del Patriarca mutante del siglo XXI de momento nos va regalando pequeñas píldoras y todavía no está muy claro a dónde va la cabecera principal de Amanecer de X…. Aunque tampoco es que sea algo que importe demasiado, porque la experiencia está siendo muy gratificante. Sin embargo, entre los especiales Giant-Size y la miniserie de Imperio (que al menos cuenta con participación del propio Hickman) la lectura del título que nos ocupa queda muy diluida.
Esta saturación de productos complementarios supone un panorama complicado para todas las partes. Es difícil para Panini, porque debe cuadrar todos los títulos para que estén en sincronía con el evento principal de Imperio. Pero tampoco debe perder de vista la minuciosa sincronización de todas las series mutantes desde su último relanzamiento y con el megaevento de X de Espadas en el horizonte. El resultado es que de la Patrulla X hay meses, como en diciembre, que han salido hasta tres grapas a la venta. Una de ellas a casi siete euros, lo que supone un desembolso muy importante para el lector que quiera o no seguir exclusivamente la serie que nos ocupa. Y si es tiquismiquis (como yo por ejemplo) de no dejar huecos en la numeración, tendrá que apoquinar unos buenos euros por material que no le interesa. Material que por otro lado merece la pena según veremos ahora.
Tamaño gigante para todos
Hace unos meses pudimos disfrutar del primer Giant Size que Hickman dedicó a Emma Frost y a Jean Grey. Aunque mudo, fue un número bastante trascendental con la situación que afecta a Tormenta, y que será retomada en parte por el último de los especiales individuales que se han publicado en estas grapas, el dedicado a Fantomex.
El entrañable y misterioso mercenario creado por Grant Morrison protagoniza un especial que se disfruta de principio a fin, con gran dibujo de Rod Reis (Nuevos Mutantes). Jonathan Hickman demuestra que conoce perfectamente al personaje, ofreciendo nueva información sobre su pasado (cosa que no veíamos desde Imposibles X-Force de Rick Remender) en un número bastante divertido que trae de vuelta también a Arma Plus y nos deja ver, a modo de flashback, al Nick Furia clásico de la Segunda Guerra Mundial junto a sus comandos aulladores. Nostalgia y modernidad dadas de la mano.
Lamentablemente, no todos los Giant Size me han despertado el mismo interés. El primero de todos se centra en Rondador Nocturno. Nuestro adorado elfo no ha gozado de un protagonismo excesivo desde que finalizaron Dinastía de X/Potencias de X. Esto queda subsanado con este puñado de páginas en las que Hickman lo manda a investigar a las ruinas de la antigua Mansión Xavier, acompañado de un par de conocidos. El hecho de que lo dibuje Alan Davis nos retrotrae inmediatamente a los tiempos de Excalibur, así como la abundancia de diálogos que hace que nos acordemos de Chris Claremont. Hickman se marca todo un episodio de nostalgia y estilo que por desgracia resulta anodino e intrascendente.Tampoco ayuda que nos topemos con el Alan Davis más flojo de los últimos años (igual porque se entinta a sí mismo, no sé). No obstante, conociendo a Hickman es más que probable que por aquí haya alguna semilla de lo que está por venir. Habrá que releer con atención.
El otro Giant Size que tendremos ocasión de disfrutar pondrá el foco en Magneto y Namor, reuniendo así el protagonismo que ambos tuvieron en la recordada etapa de Kieron Gillen con el equipo Extinción de Cíclope. Hickman sigue reuniendo todos sus juguetes, haciendo anotaciones en su agenda y colocando las fichas en su tablero de ajedrez mental. La historia es entretenida, aunque lineal, pero los diálogos entre los protagonistas son una gozada. En la parte artística tenemos a Ramón K. Pérez. Poco más que añadir, un dibujo de ensueño y una narrativa apabullante. Ojalá repita más.
A vueltas con el Imperio
Si no estás leyendo la gran saga de Marvel de este año (aquí podéis leer cómo va la cosa en sus primeros números), solo necesitáis saber que los Cotati le han declarado la Guerra a toda la vida “carnosa” del universo. Una alianza entre los Kree y los Skrull les hará frente y, como siempre, los héroes de la Tierra están en medio.
Como ya sabréis, la historia ha recibido un buen tijeretazo en lo que se refiere al número de series regulares, especiales y tie-ins dedicados a sablearnos los bolsillos. No hemos tenido tanta suerte en lo referente a los mutantes. No solo ha habido una miniserie protagonizada por los X-Men (aunque aparecen personajes de todas las series mutis), sino que además el titulo central de la Patrulla también se ha visto interferido. Lo bueno es que al menos Hickman ha guionizado los cruces directos con Patrulla X y ha metido la mano en la miniserie. Así que en la parte literaria la situación está salvada.
La miniserie central es una macarrada de cuidado, divertida, bien llevada y con muchísimos momentos destacables. De manera surreal vemos como millones de mutantes muertos en Genosha y masacrados por los centinelas de Cassandra Nova han sido resucitados por la Bruja Escarlata. A la fatídica isla también han llegado los Cotati, por lo que el resultado es una particular versión del videojuego de Zombis VS Plantas con mutantes de por medio.
Hickman, y el resto de guionistas X, sacan oro de esto. Desde los momentazos de Magma y Magneto trabajando juntos, pasando por la demostración de poder de Vulcano (en la Luna eso sí), el regreso de la Hordacultura con todos sus truquitos o los mágicos diálogos entre Stephen Extraño y Wanda sobre poder y responsabilidad (el hechicero supremo sabe de qué habla porque ya la pifió de manera similar en Las Vegas). Pero especialmente brillante es la conversación entre Chico Explosivo y su contrapartida muerta.
Así sí, de esta manera no me importa que interfieran en mis colecciones. No estoy siguiendo Imperio, y me importa un bledo lo que pase. Pero cuando una desventaja es aprovechada por escritores con talento para hacernos pasar un rato más que divertido simplemente lo único que puedo hacer es aplaudir.
