Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Old Boy 3 (Edición colecionista), de Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi

Old Boy 3 (Edición colecionista), de Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi
Guion
Garon Tsuchiya
Dibujo
Nobuaki Minegishi
Formato
528 páginas. Blanco y negro. Tomo doble A5 (150x210) cartoné (tapa dura)
Precio
23.95 €
Editorial
Distrito Manga. Marzo 2023
Edición original
Old Boy Loose Senki (オールド・ボーイ ルーズ戦記)

Old Boy me parece que es la historia de venganza definitiva. Con esta afirmación tan categórica comienzo la reseña de la última entrega de la reedición llevada a cabo por Distrito Manga lleno de tristeza, porque la lectura de este manga ha sido una de las experiencias más satisfactorias de los últimos meses.

La venganza es un elemento común en el mundo de la ficción. El odio o rabia que persigue algo o alguien es un carburante que puede mover montañas. En ocasiones puede ser algo virulento como muestra a menudo el Motorista Fantasma, autoproclamado espíritu de la venganza. Otras, puede ser algo más sosegada y reflexiva, como mostró Alejandro Dumas en “La Venganza de Montecristo”, y a veces puede ser reflejada como algo obsesivo, tal y como nos contó Herman Melville en Moby Dick”.

Old Boy. La venganza se sirve más que fría, helada

Por lo tanto, expuesto esto, lo normal cuando se persigue una venganza sería matar. Pero Old Boy exhibe otro tipo de revancha, una exquisitamente cruel y maquiavélica que no se parece en nada a lo que hayamos podido ver antes.

Old Boy

Tras este preámbulo llegamos al desenlace del calvario de Gotô que, por fin, tras diez años de cautiverio y meses de seguir pesquisas varias conseguirá un cara a cara con su captor. Lo primero que debo indicar es que el desenlace del manga de Old Boy es diametralmente distinto al de las dos películas de imagen real que se han hecho sobre la obra. ¿Cuál es mejor? Eso depende de cada uno. Yo particularmente me quedo con el manga pese a que el consenso habitual suele elegir el desenlace de la cinta dirigida por Park Chan-Wook.

Una diferencia fundamental de este último acto de Old Boy en relación a sus adaptaciones es la ausencia de acción. En el manga apenas vemos cómo Gotô emplea los conocimientos de artes marciales adquiridos viendo películas en el primer tomo. En el resto de la obra seremos testigos de un personaje fascinante tal y como lo muestran los autores Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi. Lejos de dejarse llevar por una sed de sangre descontrolada, Gotô opta por un rol más reflexivo y taimado, planeando sus pasos y teniendo mucho cuidado en quien confía.

En todo momento, el equipo creativo consigue mantener el misterio, el interés y el ritmo en Old Boy. El particular juego del gato y el ratón de la obra entrará en su fase definitiva, entrando en juego los recuerdos de Gotô. Hay una escena que narra una regresión en la memoria hasta un momento, muchos años atrás, que cuenta cuál fue el catalizador que sirve para justificar el cautiverio que sufrió el protagonista.

Old Boy

Tsuchiya da peso a la importancia de los recuerdos, al suceso traumático que sirve como catalizador del leit motiv de Old Boy que provoca que Gotô atraviese todo un crisol de emociones en su búsqueda de respuestas. También son fascinantes los nuevos personajes que se suben al carro justo antes del desenlace definitivo de Old Boy, a tiempo para complicar in extremis y retorcer un poco las posibles teorías que nos hubiésemos formado en nuestra cabeza.

Pero nada de esto sería tan efectivo si no fuera por el estupendo trazo de Mineguishi. El artista hace gala de un dibujo limpio, detallado, cuya narrativa desenfrenada es ideal para las numerosas planchas que carecen de texto alguno. Especialmente atractivo es el uso que hace de la luminosidad, empleando con sabiduría el negro para ambientar como es debido el manga.

En resumidas cuentas, Old Boy es un seinen soberbio, planificado al milímetro, donde cada pieza encaja perfectamente en el complejo puzle de la memoria de Gotô creado por los autores en las más de mil quinientas páginas de extensión de la obra.

Con esta son tres las veces que el manga se ha publicado en nuestro país. Dada su aceptación y lo atemporal de su premisa estoy seguro de que no será la última vez. Por mi parte dejaré pasar unos pocos meses para olvidar lo justito y entonces me lo zamparé de una tacada.