Aunque Georges Bess no tenga una gran cantidad de títulos publicados en castellano, muchos de ellos son considerados auténticos clásicos del género. Destacan, en particular, sus múltiples colaboraciones con Alejandro Jodorowski (Aníbal Cinco, El Lama Blanco, Juan Solo y Los Gemelos Mágicos), pero desde hace cinco años se ha embarcado en un proyecto personal junto a su esposa Pia Bess, adaptando clásicos de la literatura universal. Tras las dos primeras entregas, Drácula y Frankenstein, nos llega ahora su versión de Notre Dame de París, la novela de Victor Hugo.
Nuestra Señora de París es, junto a Los miserables y El hombre que ríe, la obra más conocida de Victor Hugo, y no sólo por la suavizada y almibarada adaptación de Disney. La historia de Quasimodo, el campanero jorobado de la Catedral de París, es parte de la cultura popular desde hace décadas. Hemos visto películas, series de televisión, adaptaciones a cómic o libro ilustrado… incluso los niños de la generación Spectrum disfrutamos de un peculiar videojuego. El gran problema que tiene afrontar una adaptación de Notre Dame de París es que es una historia extensísima (nada menos que casi mil páginas repartidas en once libros) que trata muchos y muy complejos temas. Podríamos decir que la auténtica protagonista de la obra es la catedral como símbolo de la ciudad de París a finales del siglo XV, y que lo que vemos aquí es un retrato de la sociedad medieval en la capital francesa.
Notre Dame de París es una dramática historia que gira alrededor de cinco personajes protagonistas. Esmeralda es una bella artista gitana, que se gana la vida con espectáculos callejeros mientras busca a sus padres. Quasimodo es el campanero de la catedral, jorobado, tuerto, sordo y feo como el pecado. Claude Frollo, archidiácono de la catedral, el personaje fanático que no tiene ni un mínimo ápice de bondad dentro de él. Pierre Gringoire, un aspirante a artista que en ciertos momentos sirve como alivio cómico. y el Capitán Phoebus de Chateaupers, un personaje atractivo y gallardo, pero bastante rastrero. Entre todos ellos se teje una maraña de atracciones, obsesiones y odios que acaba de forma tremendamente dramática para todos ellos. Pero lo importante, más allá de los personajes, es la representación de las clases sociales y las relaciones de poder entre ellas. Tenemos al Clero, a la Nobleza, al Ejército, al pueblo llano, y a los mendigos que están por debajo de ellos representados por la Corte de los Milagros.
La adaptación que hace el matrimonio Bess de la obra es correcta para la extensión de la que disponen. Se resumen algunas tramas de la novela original y se recortan otras, incluso llegando a desaparecer algún personaje. Pero la adaptación de Notre Dame de París tiene la misma extensión que las de Frankenstein y Drácula teniendo la novela original muchas más páginas que las obras de Shelley y Stoker. Aún así, consiguen captar la esencia de la obra original y los pasajes omitidos no hacen que su comprensión se resienta. A nivel narrativo, pese a que las obras originales en las que se basan estas tres novelas gráficas tienen voces totalmente diferentes, las tres tienen una estructura y una técnica muy similar, muy basada en amplias ilustraciones y cuadros de texto. El dibujo de Bess es espectacular, aunque puede dar la sensación de estar un punto por debajo de las dos anteriores. Y quizás se le pueda hacer una crítica: siendo Esmeralda un personaje totalmente puro, casi inocente, víctima de la lujuria de varios de los hombres de la obra, podría dar la sensación de estar representada de una forma excesivamente sexualizada.
La edición de Norma es, como nos tiene acostumbrados la editorial catalana, espectacular. La portada con tintas metalizadas color bronce hace juego con las de oro y plata de las obras anteriores, y la calidad de la reproducción de los dibujos de Bess es perfecta, sin más. Como únicos extras, tenemos cinco ilustraciones a página completa a modo de epílogo.
Los que ya hayan leído las anteriores adaptaciones literarias de los Bess sabrán lo que se van a encontrar aquí, y harán bien en leer también esta tercera entrega. Los que no las hayan leído… pueden -y deben- empezar por cualquiera de las tres, según gustos personales. Y aunque los colores de las portadas puedan dar la sensación de representar un podio literario y ser una trilogía, nos encantaría seguir leyendo obras de esta serie. Ahora bien, los tres títulos vistos hasta ahora pueden ser englobados en dos categorías diferentes. Por un lado, los tres son clásicos de la novela gótica. Pero también inspiraron películas clásicas de la Universal, teniendo El Jorobado de Notre Dame en el papel de Quasimodo a Lon Chaney Sr. Siguiendo en la misma línea, ¿sería demasiado soñar una versión Bess de El Fantasma de la Ópera…?