Año 2028. Una batalla campal entre héroes y villanos arrasa Metropolis. Dick Grayson, alias Nightwing, toma una decisión trascendental. Año 2040. Dick Grayson, el antiguo Nightwing, lidera un cuerpo policial que persigue a los metahumanos y evita que utilicen sus poderes para que la tragedia no se repita. No obstante, el mundo está a punto de volver a cambiar, y todo comenzará con un muchacho llamado Jake. Jake Grayson.
Con este texto con el que la editorial presenta este tomo, vienen dos ideas inmediatas a la cabeza. La primera, que tenemos una interesante distopía entre manos. Y la segunda, que ya son ganas de meterse en fregados con posibles futuros en el mercado superheroico. Como hemos comentado en otras ocasiones, el sello Elseworlds está actualmente desaparecido aunque con indicios de resurgimiento, pero de haberse publicado en la década pasada, El nuevo orden habría tenido este logo en su portada, del mismo modo que lo llevaba Kingdom Come, una de las obras de las que bebe directamente. La otra sería Injustice: Dioses entre nosotros.
El nuevo orden
En algún momento de un futuro más o menos cercano, llega la batalla final. Una batalla entre héroes y villanos que no tiene en cuenta a los ciudadanos de a pie, que acaban siendo las víctimas inocentes, como los civiles que se ven metidos en un conflicto armado entre dos ejércitos rivales. Esta idea de partida no es precisamente novedosa, ya la hemos visto en la citada Kingdom Come o en el evento de Marvel Civil War, por poner un par de ejemplos. Lo que sí es algo más original son las consecuencias de este suceso: si los superpoderes han sido los causantes de la destrucción de Metrópolis, hay que prohibir los superpoderes.
Mmm. Este argumentario me suena… de los partidarios del control de armas en Estados Unidos.
Y precisamente esta es la metáfora en la que se asienta esta obra. El punto delicado es que los partidarios del control (de superpoderes) en El nuevo orden se salen con la suya y convierten la sociedad en un estado policial militarizado, con su ejército especializado en cazar metas, los Cruzados (nada que ver con los de Garth Ennis). En Europa la idea de defender la libertad de posesión de armas de fuego sin control nos resulta totalmente alienígena, pero es una idea tan arraigada en la cultura norteamericana que la existencia de dos bandos con ideas contrarias en este tema y que se plantee que ambos tienen su punto de razón no es sino el reflejo de dos opiniones existentes en esa sociedad.
Y es que en El nuevo orden los dos bandos, los pro-control y los pro-libertad de los metas, reconocen que en algun momento han ido más allá de lo razonable y que el otro tiene parte de razón en alguna de sus ideas. Tenemos una situación similar al reciente Imperio secreto de Marvel, pero sin el maniqueísmo (y la incoherencia) del reciente evento de la competencia. Aquí, el estado policial pro-control no son el mal encarnado, realmente hacen lo que hacen porque piensan que es lo correcto.
Los autores
Este es el tercer trabajo que Kyle Higgins y Trevor McCarthy hacen juntos, tras Las puertas de Gotham y la serie regular de Nightwing durante los Nuevos 52. Kyle Higgins empieza su carrera poco antes, en 2010 con un número de la serie limitada Captain America: Theater of war, saltando inmediatamente a DC para escribir los trabajos mencionados. Por su lado, Higgins también ha pasado por Deathstroke, Batman Beyond y Batman: Eterno, y McCarthy, que empieza a publicar a finales del siglo pasado, ha puesto sus lápices en la etapa de Chuck Dixon como guionista de Nightwing, en Batwoman, con J.H. Williams III y Haden Blackman de guionistas, y en Aquaman mientras lo escribía Cullen Bunn.
En resumen…
El nuevo orden es una interesante distopía en la que se reflexiona sobre conceptos muy reales. También está presente la idea de que, salvo en muy contadas ocasiones, en todo conflicto ambos bandos creen que hacen lo correcto, no hay buenos y malos. En esa amplia zona de grises, más reales pero menos espectaculares para contar historias, es donde se desarrolla esta historia protagonizada por uno de los personajes más significativos de la historia de DC, al que hemos visto de niño, de adolescente, de adulto y aquí, aunque en un futuro alternativo, en una canosa madurez.