Seguro que si menciono la obra Neon Genesis Evangelion lo primero que le viene a la cabeza a más de uno es la mítica sintonía de la serie de TV. No es para menos, estamos ante una de las bandas sonoras más icónicas de uno de los animes más importantes de la historia, cuya versión manga vuelve a ser publicada en nuestro país por Norma Editorial, aprovechando la reciente edición del año pasado llevado a cabo por Kadokawa Shoten.
Hagamos un poco de historia. Los 26 episodios de Evangelion se emitieron originalmente en Japón en el año 1995. Automáticamente, este anime creado por el estudio Khara/Gainax con Hideaki Anno a la cabeza, se convirtió casi de inmediato en un fenómeno mundial. Generó toneladas de merchandising que arrasó en países donde todavía no se había emitido. En España, de hecho, llegó en modalidad de pago por visión a Canal +.
El manga de Neon Genesis Evangelion
Hay que aclarar que, si bien es cierto que el anime es el producto “original”, el manga empezó a publicarse en diciembre de 1994 a modo de calentamiento para ir creando expectación. A España llegó en 1997 (tras una guerra por hacerse con la licencia) de la mano de Norma Editorial, que lo publicó en formato prestigio. En 2003 lo reeditó esta vez en formato tankoubon, a imagen y semejanza al original japonés.
El responsable de la versión impresa de Evangelion es Yoshiyuki Sadamoto, diseñador de personajes del anime, que realiza una versión de la historia primigenia con un montón de añadidos, que permiten un mejor desarrollo de todos los personajes.
A estas alturas de la vida, todos sabréis que Evangelion parte de una premisa explotada hasta la saciedad. A saber, en un futuro no muy lejano (de hecho el año 2000 en la cronología de la obra), un meteorito cae a la Tierra causando grandes daños en todo el planeta, lo que se conocerá como Segundo Impacto. Esto tan solo es el preámbulo de una serie de invasiones periódicas por parte de unos monstruos gigantescos denominados Ángeles. Para combatirlos será necesaria la intervención de la agencia Nerv y sus mechas de combate tripulados por adolescentes llamados Evas.
Al escribir estas palabras he caído en que la obra debió de estar muy presente en la cabeza de Guillermo del Toro cuando concibió la magistral Pacific Rim. Pero, comentarios chorras al margen, puede que el punto de partida recuerde a un buen número de historias de ciencia ficción genéricas. Pero creedme cuando os digo que (al menos en el anime) la cosa se va complicando hasta alcanzar unas cuotas de complejidad psicológica y teológica más propias del género seinen que del shonen. De todas formas, ya hablaremos de eso cuando lleguemos.
Esta edición de Evangelion reúne dos tomos de la edición original en cada volumen de la actual, lo que se traduce en que esta edición de coleccionista contará con más de trescientas páginas por entrega que se devoran de manera insaciable debido al ritmo endiablado de los acontecimientos y a la sensación de drama y tragedia en ciernes que se respira en todo momento.
También resultan destacables sus carismáticos personajes. En estos primeros pasos conoceremos a Shinji, un adolescente que fue abandonado por su padre cuando era pequeño, lo que desembocó en su carácter. Shinji se nos presenta como una persona taciturna sumida en una profunda tristeza que está a punto de devorarle por completo. El protagonista masculino de Evangelion se convierte en una figura fascinante en todo momento gracias a su aura trágica y al perfecto contrapunto que supone para la enérgica Misato.
Misato (junto a su genial pingüino Pen Pen) pone su fuerte genio y capacidad de actuación y decisión a disposición de un Shinji al que le cuesta horrores seguir su ritmo o sencillamente entenderla. Este choque de personalidades dará mucho juego, consiguiendo un equilibrio bastante acertado entre las batallas épicas de Ángeles contra Evas y las dinámicas más propias de un manga de instituto o slice of life.
El dibujo de Sadamoto es realmente espectacular, brillando tanto en las escenas de peleas como en las más pausadas gracias a su total dominio de la narrativa y completo abanico de expresiones faciales. Sobra decir que también es magistral el diseño de personajes, robots, criaturas, etc., pero en su contra debemos añadir que deja los fondos un poco deslucidos.
La edición de Norma Editorial es muy buena, incluyendo 16 páginas a color y una sobrecubierta con mayor gramaje de lo habitual. Carece por completo de extras, pero desconozco si la edición de la que parte los tenía.
Sea como fuere, deseando estoy de pillar el siguiente tomo para ver cómo se va complicando el asunto.