Es la hora de las tortas!!!

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Namor: Litorales conquistados

Namor: Litorales conquistados
Guion
Christopher Cantwell
Dibujo
Pasqual Ferry
Color
Matt Hollingsworth
Formato
Rústica. 120 páginas. Color
Precio
15,50€
Editorial
Panini Cómics . 2023
Edición original
Namor The Submariner: Conquered Shores #1-5 (Marvel)

No deja de ser curioso que en un universo como el de Marvel, que viene en una especie de presente perenne donde el tiempo se detiene, exista una cierta fascinación por el futuro. Tal vez sea porque nos permite salirnos de la norma y contemplar a nuestros personajes favoritos en situaciones y actitudes que no podríamos ver de otro modo. Tal vez sea por cómo proyectarnos adelante nos permite hablar del presente, sobre todo en escenarios límite postapocalípticos. Sea como sea, los escenarios de un mañana desolado por cualquier tipo de cataclismo, tienen y tendrán siempre algo sugestivo para lectores y creadores, cosa que aprovecharán Christopher Cantwell y Pasqual Ferry para introducirnos en el universo de Namor: Litorales conquistados.

Namor: Litorales conquistados

Por más que existan otros futuros algo menos agoreros, como el universo 2099 o la olvidada línea MC2, el futuro Marvel está sembrado de desolación. Bien sea Días del futuro pasado, Old Man Logan, Futuro Imperfecto o prácticamente toda aquella línea de El Fin nos recuerdan la predilección de la casa de las ideas por los porvenires catastróficos. En esta ocasión nos llevan a un futuro sin apenas héroes, donde los casquetes polares se han fundido hasta cubrir la práctica totalidad de la tierra. En este futuro, donde el poderío de Atlantis es hegemónico, Namor vive entre dos mundos, dividiendo su lealtad entre su pueblo y ayudar a los pocos supervivientes humanos que aún quedan en el planeta. Los problemas de abastecimiento de víveres y combustible son insostenibles, pero un día, como una señal del cielo, podrán ver a lo lejos a su antiguo compañero invasor la Antorcha, que podría ser la solución a sus problemas. Namor: Litorales conquistados nos lleva a acompañar al Hombre Submarino y a su compañero a la fuerza, Luke Cage, en su viaje de búsqueda y a explorar este aciago tiempo.

El responsable del guion de esta historia es Christopher Cantwell, un escritor que llegó a Marvel hace ya algunos años precedido por su trabajo independiente en títulos como Podía volar, pero sobre todo por su extraordinario trabajo en la serie de la AMC Halt and Catch Fire. Desde entonces, nos ha dejado una serie del Dr. Muerte, otra con el Capi o una etapa de extensión más que considerable en Iron Man y siempre asegurando un mínimo de calidad, pero sin terminar de llegar a despuntar y, desafortunadamente, por debajo de las expectativas que su excelente trabajo en televisión nos había creado.

Namor: Litorales conquistados

De nuevo, en Namor: Litorales conquistados nos da una serie de ideas interesantes. Tenemos un Namor de semblante más templado a quien la edad ha apaciguado su fuego y en una situación muy distinta con respecto a una especie humana camino de la extinción. Quien podría vivir su momento de gloria ahora que Atlantis es un imperio sin precedentes, decide dejar el poder del trono para ayudar a los que en más de una ocasión fueron sus adversarios. Los cameos — e incluso más que cameos— de otros héroes, el sentido de la maravilla al visitar el inundado Edificio Baxter o Latveria o la trama política de fondo no terminan de resultar suficientes. La explicación de la situación en la que se encuentra el mundo que vemos o la propia dinámica de este y sus bandos hace unas aguas, que tal vez con unas reglas de coherencia interna más redondas o una mayor implicación emocional podrían pasarse por alto. Sin embargo, la falta de solidez a estos respectos hace que queden más expuestas las inconsistencias en unas explicaciones — que tal vez ni eran necesarias y profusas en verborrea — sobre por qué se han fundido los polos o por qué apenas hay héroes. Los huecos en lo que nos proponen llegan a generar una sensación de aleatoriedad un tanto molesta, pero poco más allá de un leve arqueo de ceja.

Sin embargo, cuando llegamos a la culminación del viaje, todo desemboca en un festival de guantazos, que se podría haber arreglado con apenas intercambiar un par de frases. No me entendáis mal, soy el primero que disfruta del viejo tópico de los mamporros por malentendido, pero este recurso funciona cuando trabajamos con iconos más simples, cuando su trabajo es ser iconos coloristas que nos hablan de la realidad desde fuera de ella en lugar de tratar de parecerse a la misma. El tono grave, un tanto melancólico y excesivamente serio, aleja a Namor: Litorales conquistados de ese terreno del «todo vale» el código de la iconicidad. Cuanto más realista es el tono de una historia, más nos alejamos de las licencias que nos permiten no serlo. Todo esto nos deja un clímax algo descafeinado y gratuito y un giro final un tanto menguado.

Namor: Litorales conquistados

Y mirad que con una estética como la de Pasqual Ferry tenían ya la mitad del camino andado. Sin duda la presencia del catalán es el plato fuerte de Namor: Litorales conquistados. Su estilo de línea sintética nos sitúa en ese nivel más icónico a la vez que su tendencia al detalle, a los diseños regulares y rectilíneos y su escrupulosa limpieza nos ponen en un postapocalipsis distinto de aquello que nos viene a la cabeza al pensar en este concepto, pero sin duda mucho más adecuado para lo que se nos propone. Es lógico alejarnos del polvoriento, sucio y desarreglado futuro que George Miller nos grabaría en la retina con Mad Max. Estamos en un postapocalipsis, sí, pero uno donde el agua y no el polvo han cubierto la tierra, uno que alberga la civilización más grande y refinada que haya poblado el planeta. Es la sociedad humana la que se muere, no la Tierra, y eso es algo que puede respirarse en casi cualquiera de sus viñetas.

Lo mejor de Namor: Litorales conquistados es el modo en que Ferry entiende y destila el sentido de la maravilla que encierra el futuro que nos plantea Cantwell y si bien, la historia no termina de resultar tan sólida como debería, estamos al fin y al cabo en una relato de viaje y, si la esencia de viaje es descubrir por el camino y no tanto el destino, podríamos decir entonces que Namor: Litorales conquistados cumple con su cometido.

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